Tras unas semanas de ausencia (demasiado calor para estar sentado en este hornillo tecleando clásicos), aquí voy con otra de esas grandes obras que nos ha dejado el metal a manos de una de las bandas mas famosas del thrash metal. Que lo disfrutes!!
Desde su creación en 1981 nuestra banda protagonista ha sabido leer entre líneas y transitar el camino que más ha convenido a sus intereses sin importarles ni las críticas, ni variar su sonido de un disco a otro, ni liarse en batallas legales pensando más en el dinero que en otras cosas… Las diversas jugadas les salieron tan bien que la banda aireaba a los cuatro vientos, en los momentos de máximo esplendor, que tenían dinero suficiente para vivir varias vidas seguidas sin preocupaciones de ninguna clase…
Las raíces de la banda surgen cuando su batería, Lars Ulrich, pone un anuncio en un pequeño periódico y James Hetfield, guitarra y voz, contesta al mismo. En solo unos meses ya tenían line-up estable, redondeada con el bajista Cliff Burton (rip) y el segundo guitarrista Dave Mustaine, y unos temas en formato demo.
A pesar de que la situación parecía perfilarse de manera favorable, la formación no las tenía todas consigo llegando a tener problemas para juntar el dinero suficiente para entrar a grabar su debut y hasta su manager tuvo que rascar de donde pudo para montar un sello, Megaforce, con el que poder editar aquella primera obra. Y por si fuera poco, una enorme pelea en la que se llegó a las manos, entre James y Dave, concluyó con la salida de este último (se rumoreó que le montaron en un autobús, totalmente borracho, con dirección a otra ciudad). De aquel suceso obtuvimos la entrada en la banda del guitarrista Kirk Hammer (procedía de EXODUS) aquel mismo día y la aparición, poco después, de la nueva banda de Dave MEGADETH.
Volviendo a su carrera, ese primer trabajo, titulado «Kill’em All» (1983), mostraba a los músicos totalmente enamorados del sonido NWOBHM y solo les hizo falta meterle aceleración y un sonido garajero para cumplir la papeleta. Sin embargo al público le costó digerirlo a pesar de mostrar muy buenas maneras («Seek & Destroy», «Whiplash», «The Four Horsemen», «Jump In The Fire»…), y hasta que no pasó el suficiente tiempo quedó como un disco más de los muchos que se lanzan al mercado cada año. Solo el empeño de la formación en destacar y su gran labor sobre las tablas (tocando junto a ANTHRAX, VENOM o RAVEN) consiguieron que la base de fans fuera cada vez más numerosa y las ventas comenzaran a despuntar.
La banda se marchaba a los otrora famosos Sweet Silence Studios de Copenhagen (Dinamarca) para registrar la continuación de su debut junto al mítico productor Flemming Rasmussen y el salto cualitativo conseguido en los nuevos temas fue simplemente espectacular y tan alejado del anterior que parecía otra banda; «Ride The Lightning» (1984) mostraba a la banda como dominadora absoluta del arte del «riffeo» con ese sonido musculoso pero ágil que tanto nos encandiló a muchos y que dejaba el listón del thrash metal realmente alto para los competidores (hasta 2012 ha vendido más de 6 millones de copias solo en Usa). Temazos como «Fight Fire With Fire», «Ride The Lightning», «For Whom The Bell Tolls», «Fade To Black» o «Creeping Death» hablan por si solos.
El álbum fue lanzado en agosto y solo un mes después tenían nuevo sello discográfico, pasando de la modesta (pero fundamental para el devenir del thrash metal) Megaforce a la gigante Elektra además de un nuevo manager. Las ventas se animaron una barbaridad pero la locura se desataba cuando consiguieron reunir a 60 mil personas en el festival californiano Day On The Green, o actuar en el famoso Monster Of Rock de Donington (Inglaterra) frente a 70 mil almas rendidas a sus pies.
Siempre se ha dicho que el tercer álbum de una banda es el que realmente marca su carrera; en el primero haces lo que te da la gana y con el segundo pules y asientas lo creado. Así que la gente estaba ansiosa por ver por donde salía la banda con aquel tercer disco y todo lo conseguido por ellos hasta el momento empequeñecía ante la que se avecinó con el lanzamiento de «Master Of Puppets» (1986), un álbum que está considerado como una de las obras cumbres del Thrash Metal y un sonido que miles y miles de jóvenes se pusieron a copiar hasta la saciedad.
La grabación se realizó nuevamente en los Sweet Silence Studios y desde su edición en marzo de aquel año todo fue directo hasta la cima. El disco llegaba al puesto 29 de la lista de ventas en su país gracias a vender, en solo tres semanas, unos 300.000 discos. En solo 7 meses ya era disco de oro y hasta 2003 consiguió vender 6 millones de copias.
La banda salía de gira con el viejo maestro Ozzy por su país y era tal el nivel de expectación que atraían que incluso daban conciertos con James Hetfield con el brazo escayolado (el guitarrista de METAL CHURCH, John Marshall, fue su sustituto) con tal de no parar esa máquina de hacer dinero en que se estaban convirtiendo.
Desde el inicio acústico de «Battery» hasta la final «Damage, Inc.» uno se encuentra una sola cosa en este influyente álbum: toneladas de riffs. La banda confesaba que creaban cientos y cientos de riffs que unían en el local hasta que aquel «engendro» sonaba como una canción y este «Master Of Puppets» da fe de ello. Genial «Battery», espectacular «Master Of Puppets», infecciosa la arrastrada y de regustillo épico «The Thing That Should Not Be» e inolvidable la lenta «Welcome Home (Sanitarium)».
La cara b del vinilo comenzaba tremenda con la alucinante «Disposable Heroes» y la banda soltándose la melena al viento a base de mágicos riffs (con diferencia mi tema preferido). Continuamos con la marcada «Leper Messiah», la extensa instrumental «Orion» y cerrando obra la final «Damage Inc.» que nos despista con su etérea intro ya que después vienen los minutos más sangrantes de la obra (en cuanto a velocidad).
Por cierto, cómo sé que os gustan los datos: la portada fue obra de Don Brautigam (rip) quién también trabajó para ANTHRAX, VICIOUS RUMORS, AXE, TESTAMENT, MOTLEY CRUE, EL&P o CITY BOY entre muchos otros. La mezcla del álbum estuvo en las manos del currante Michael Wagener (un fijo del hard de los 80) en los Amigo Studios de California, estando la masterización en manos de George Marino (rip) en los famosos Sterling Studios de Nueva York.
Durante la gira de este disco la banda sufrió un accidente en la carretera (en Suecia) y Cliff Burton, bajista, perdía la vida quedando el futuro de la banda en el aire. Una vez mitigado el shock inicial, los restantes músicos decidieron, con el beneplácito de la familia Burton, que Cliff hubiera deseado que continuaran y eso hicieron. Se hizo audición a 40 músicos y finalmente el elegido fue Jason Newsted, procedente de los thrashers FLOTSAM & JETSAM, y tras aprenderse el setlist continuaron la fatídica gira a principios de 1987.
Después de este álbum, la banda siguió haciendo caja con sus largas giras y discos como el oscuro y técnico «And Justice For All», el pelotazo de «Metallica» o esos flojos «Load/Reload» y demás sandeces que la banda ha ido lanzando con el tiempo, huyendo del estilo que les hizo famosos y perdiendo seguidores a manos llenas (cierto que también ganando otros alejados de sus raíces). Pero bueno, el mérito de haber grabado esos 5 primeros discos imprescindibles no hay quién se lo quite a esta cambiante formación.
Temas:
01 – Battery
02 – Master Of Puppets
03 – The Thing That Should Not Be
04 – Welcome Home (Sanitarium)
05 – Disposable Heroes
06 – Leper Messiah
07 – Orion
08 – Damage, Inc.
Formación:
James Hetfield – voz, guitarra
Kirk Hammer – guitarra
Cliff Burton – bajo
Lars Ulrich – batería