Última retro-crítica a manos de Panzer y se va hablando de una de las bandas más queridas de la escena en los 80. El clásico elegido fue la última obra que el quinteto germano WARLOCK nos ofreció en su corta pero intensa carrera y se despidieron a lo grande: mejor interpretación, mejor producción, mejor diseño gráfico…y grandes temas hímnicos por delante (la genial «All We Are»…). Aquí su texto:
En cualquier colección de discos clásicos del Metal que se precie, desde luego que nunca puede faltar alguna de las obras de la más grande entre las grandes féminas que el Hacedor ha tenido a bien poner a disposición de los pobres mortales, la inigualable Doro Pesch. Durante los últimos 25 años esta diosa del Heavy ha sido capaz de encandilar a generación tras generación aunando en una sola persona a la vez ese aire de niña inocente y dulce con ese torbellino de fuerza y sensaciones subida sobre el escenario.
La primera banda que le ofrecería la oportunidad seria de dar rienda suelta a su energía no sería otra que los germanos WARLOCK, allá por 1983. Recién formados y a la caza y captura de vocalista se encontraron en una taberna teutona a este pequeño vendaval, que por aquel entonces hacía sus primeros pinitos en un grupúsculo llamado SNAKEBITE. Poco tardarían en convencerla para subirla a bordo y a partir de ahí arrancarían las andanzas de una de las más laureadas bandas de Heavy de los ochenta.
Tras codearse con las grandes formaciones europeas durante varios años, compartiendo cartel con todo grupo de aquella época que seáis capaz de nombrarme, llegó la hora de la despedida. Y no sería precisamente por la eterna cantinela de querer sacar discos en solitario, ni la de buscar nuevos horizontes, ni tonterías por el estilo, sino por una sencilla pero razón legal (uno de sus miembros fundadores no quiso cederles el nombre), llevaría a la desaparición de la banda como tal, que a partir de 1988 pasaría a llamarse simplemente, DORO.
Cuarta obra (y última con esa denominación de origen) es para mi un auténtico placer presentaros, “Triumph & Agony” o el cómo conseguir la mayor maravilla sonora con el mínimo de ingredientes. ¿Os preguntaréis por qué digo esto? Pues porque a pesar de ser un disco brutal en cuanto a resultado final, musicalmente se trata de una concepción tremendamente simple, con riffs resultones pero sin ninguna dificultad técnica, solos escuetos en los que resulta difícil encontrar ni siquiera media escala, un bajo que a pesar de hacer bien su trabajo acaba diluido entre la niebla… En fin, la simplicidad al poder.
¿Quién no conoce este tema? “All We Are”. Una arrolladora Doro comandando uno de los más escuchados himnos del Metal de la Historia. Poderoso riff acompañado de una atronadora batería que hacen de perfecta escolta a una febril y arrolladora sonoridad vocal por parte de la germana. Dicen los mentideros que este tema ha llegado a tener tanta repercusión que la señorita Pesch casi le tiene odio, debido a que es incapaz de subirse a un escenario sin que poco menos que se le exija la interpretación del mismo. Brutal…
A continuación “Three Minute Warning”, probablemente el corte más rápido y agresivo que el grupo haya compuesto nunca. Un auténtico latigazo que con sus escasos dos minutos y medio aun seguirá resonando en tu cabeza varias horas después de haberlo… disfrutado. Rugen las guitarras para dar la bienvenida a “I Rule The Ruins”, con una configuración más británica en cuanto a composición, con un juego de coros abrumador y de nuevo la vocalista jugando a dos bandas, desde las texturas más desgarradoras hasta esas vocecilla aterciopelada. Exquisita.
Aullar de lobos, arpegios de guitarra, como si se tratara de la introducción a una película de la Hammer nos llega “Kiss Of Death”. Medio tiempo, pesado y semiacustico por momentos, con unos malabarismos en cuanto a los tempos realmente brillante. Y desde luego las cuerdas vocales de la rubia, si no han gripado con esta canción no creo que lo hagan nunca, porque poco más al límite las puede llevar, ¿o no?
Después de tanto ajetreo, llega el descanso del guerrero ¿o debería decir, de la guerrera?. Una semibalada, que va ganando fuerza y pesadez con los minutos. Por primera y, si no me falla la memoria, única vez a lo largo del disco, un solo digno de mención. No por su complicación o virtuosidad, sino por poseer un feeling acorde con el espíritu del tema. ¿Y ese tramo final? Con una Doro dominando con su chorro de voz el espacio, el tiempo… todo. De juzgado de guardia.
En una época en la que los muros no es que se cayeran por si solos, sino que la gente se decidió a derribarlos, nos llega la reivindicativa “East Meets West”. Otro de esos himnos de puño al viento que nos traen estos chicos. Porque cuando algunos no quieres oir palabras de libertad, creo que la mejor forma de hacérselas escuchar es gritándoselas a la cara. ¿Dije antes que Doro había llegado al límite de su capacidad? Pues me temo que me voy a tener que comer mis palabras con patatitas….
“Touch Of Evil”, personalmente uno de los temas de WARLOCK que más me gustan, por esa atmósfera de película de terror con la que se inicia y ese increscendo inmediato hacia un poderoso corte de puro y duro Heavy Metal, rápido y eficaz a partes iguales. Destacar sobremanera la base rítmica con un Eurico que ponen de manifiesto tanto su liderato en la oscuridad como sus buenas maneras de profesional. Vale, tenéis razón, me vuelvo a comer mis palabras de antes y esta vez no solo con patatas, sino con toda la guarnición. Halford, avergüénzate.
Nos acercamos a la parte final del disco y la cosa no decae ni un ápice. “Metal Tango”, no tan iluminada como los antes descritos himnos, pero con esa clara intención de crear un corte para tocar en directo y ser coreado por miles de enfervorecidas gargantas. De nuevo un aplauso para la magnífica sección rítmica de la formación y un Niko Arvanitis que más vale tarde que nunca se decide a darnos una pequeña muestra de sus habilidades, eso sí, sin cansarse demasiado en el empeño.
Otra patada sonora en los dientes, “Cold, Cold World”. Estridente riff y saturación de trémolo sientan cátedra de cómo deben ejecutarse un tema para mover la cabeza hasta partirse la nuca. Compacto, sin fisuras, demostrando una vez más que el grupo solo ha perdido su nombre, que no su identidad ni sus maneras.
Y para cerrar una obra de arte, un auténtico diamante. Probablemente el mejor tema no solo de la banda o de la solista, sino uno de los más brillantes de la última mitad del siglo pasado. La balada “Für Immer”. Desde luego no creo que ningún tema en la historia cantado en alemán haya tenido semejante repercusión en el mundo de la música. Desde luego en la del Rock y herederos seguro que no. Un piano, un tambor de corte marcial y una voz, son suficientes para convertir una canción en un canto a la amistad (y que alguno se baje de la burra, que no todas las baladas hablan del amor y similares). Si ya para cantarla en alemán es necesario tenerlos como los del Espartero, intentar mezclar hasta tres idiomas a lo largo de la lírica es simplemente para quitarse el sombrero.
Ya sabéis que me gusta acabar mis clásicos con una conclusión final y la de hoy es: disco imprescindible para cualquier amante de la buena música. De escucha obligatoria, al menos una vez en la vida y cuando las cosas se os tuerzan en algún momento, una orejada a “Für Immer”. Probablemente no os solucionará vuestros problemas, pero casi seguro que os reconforta el corazón, porque siempre hay un amigo ahí dispuesto a dar su vida por ti (el coyright de estas palabras no es mio).
TRACKLIST:
01. All We Are
02. Three Minute Warning
03. I Rule The Ruins
04. Kiss Of Death
05. Make Time For Love
06. East Meets West
07. Touch Of Evil
08. Metal Tango
09. Cold,Cold World
10. Für Immer
FORMACIÓN:
Doro Pesch – Vocals
Niko Arvanitis – Guitars
Tommy Bolan – Guitars
Michael Eurich – Drums
Tommy Henriksen – Bass