Los maestros del riff

Tras unas semanas de ausencia (demasiado calor para estar sentado en este hornillo tecleando clásicos), aquí voy con otra de esas grandes obras que nos ha dejado el metal a manos de una de las bandas mas famosas del thrash metal. Que lo disfrutes!!

Desde su creación en 1981 nuestra banda protagonista ha sabido leer entre líneas y transitar el camino que más ha convenido a sus intereses sin importarles ni las críticas, ni variar su sonido de un disco a otro, ni liarse en batallas legales pensando más en el dinero que en otras cosas… Las diversas jugadas les salieron tan bien que la banda aireaba a los cuatro vientos, en los momentos de máximo esplendor, que tenían dinero suficiente para vivir varias vidas seguidas sin preocupaciones de ninguna clase…

Las raíces de la banda surgen cuando su batería, Lars Ulrich, pone un anuncio en un pequeño periódico y James Hetfield, guitarra y voz, contesta al mismo. En solo unos meses ya tenían line-up estable, redondeada con el bajista Cliff Burton (rip) y el segundo guitarrista Dave Mustaine, y unos temas en formato demo.
A pesar de que la situación parecía perfilarse de manera favorable, la formación no las tenía todas consigo llegando a tener problemas para juntar el dinero suficiente para entrar a grabar su debut y hasta su manager tuvo que rascar de donde pudo para montar un sello, Megaforce, con el que poder editar aquella primera obra. Y por si fuera poco, una enorme pelea en la que se llegó a las manos, entre James y Dave, concluyó con la salida de este último (se rumoreó que le montaron en un autobús, totalmente borracho, con dirección a otra ciudad). De aquel suceso obtuvimos la entrada en la banda del guitarrista Kirk Hammer (procedía de EXODUS) aquel mismo día y la aparición, poco después, de la nueva banda de Dave MEGADETH.

Volviendo a su carrera, ese primer trabajo, titulado «Kill’em All» (1983), mostraba a los músicos totalmente enamorados del sonido NWOBHM y solo les hizo falta meterle aceleración y un sonido garajero para cumplir la papeleta. Sin embargo al público le costó digerirlo a pesar de mostrar muy buenas maneras («Seek & Destroy», «Whiplash», «The Four Horsemen», «Jump In The Fire»…), y hasta que no pasó el suficiente tiempo quedó como un disco más de los muchos que se lanzan al mercado cada año. Solo el empeño de la formación en destacar y su gran labor sobre las tablas (tocando junto a ANTHRAX, VENOM o RAVEN) consiguieron que la base de fans fuera cada vez más numerosa y las ventas comenzaran a despuntar.

La banda se marchaba a los otrora famosos Sweet Silence Studios de Copenhagen (Dinamarca) para registrar la continuación de su debut junto al mítico productor Flemming Rasmussen y el salto cualitativo conseguido en los nuevos temas fue simplemente espectacular y tan alejado del anterior que parecía otra banda; «Ride The Lightning» (1984) mostraba a la banda como dominadora absoluta del arte del «riffeo» con ese sonido musculoso pero ágil que tanto nos encandiló a muchos y que dejaba el listón del thrash metal realmente alto para los competidores (hasta 2012 ha vendido más de 6 millones de copias solo en Usa). Temazos como «Fight Fire With Fire», «Ride The Lightning», «For Whom The Bell Tolls», «Fade To Black» o «Creeping Death» hablan por si solos.

El álbum fue lanzado en agosto y solo un mes después tenían nuevo sello discográfico, pasando de la modesta (pero fundamental para el devenir del thrash metal) Megaforce a la gigante Elektra además de un nuevo manager. Las ventas se animaron una barbaridad pero la locura se desataba cuando consiguieron reunir a 60 mil personas en el festival californiano Day On The Green, o actuar en el famoso Monster Of Rock de Donington (Inglaterra) frente a 70 mil almas rendidas a sus pies.

Siempre se ha dicho que el tercer álbum de una banda es el que realmente marca su carrera; en el primero haces lo que te da la gana y con el segundo pules y asientas lo creado. Así que la gente estaba ansiosa por ver por donde salía la banda con aquel tercer disco y todo lo conseguido por ellos hasta el momento empequeñecía ante la que se avecinó con el lanzamiento de «Master Of Puppets» (1986), un álbum que está considerado como una de las obras cumbres del Thrash Metal y un sonido que miles y miles de jóvenes se pusieron a copiar hasta la saciedad.

La grabación se realizó nuevamente en los Sweet Silence Studios y desde su edición en marzo de aquel año todo fue directo hasta la cima. El disco llegaba al puesto 29 de la lista de ventas en su país gracias a vender, en solo tres semanas, unos 300.000 discos. En solo 7 meses ya era disco de oro y hasta 2003 consiguió vender 6 millones de copias.
La banda salía de gira con el viejo maestro Ozzy por su país y era tal el nivel de expectación que atraían que incluso daban conciertos con James Hetfield con el brazo escayolado (el guitarrista de METAL CHURCH, John Marshall, fue su sustituto) con tal de no parar esa máquina de hacer dinero en que se estaban convirtiendo.

Desde el inicio acústico de «Battery» hasta la final «Damage, Inc.» uno se encuentra una sola cosa en este influyente álbum: toneladas de riffs. La banda confesaba que creaban cientos y cientos de riffs que unían en el local hasta que aquel «engendro» sonaba como una canción y este «Master Of Puppets» da fe de ello. Genial «Battery», espectacular «Master Of Puppets», infecciosa la arrastrada y de regustillo épico «The Thing That Should Not Be» e inolvidable la lenta «Welcome Home (Sanitarium)».
La cara b del vinilo comenzaba tremenda con la alucinante «Disposable Heroes» y la banda soltándose la melena al viento a base de mágicos riffs (con diferencia mi tema preferido). Continuamos con la marcada «Leper Messiah», la extensa instrumental «Orion» y cerrando obra la final «Damage Inc.» que nos despista con su etérea intro ya que después vienen los minutos más sangrantes de la obra (en cuanto a velocidad).

Por cierto, cómo sé que os gustan los datos: la portada fue obra de Don Brautigam (rip) quién también trabajó para ANTHRAX, VICIOUS RUMORS, AXE, TESTAMENT, MOTLEY CRUE, EL&P o CITY BOY entre muchos otros. La mezcla del álbum estuvo en las manos del currante Michael Wagener (un fijo del hard de los 80) en los Amigo Studios de California, estando la masterización en manos de George Marino (rip) en los famosos Sterling Studios de Nueva York.

Durante la gira de este disco la banda sufrió un accidente en la carretera (en Suecia) y Cliff Burton, bajista, perdía la vida quedando el futuro de la banda en el aire. Una vez mitigado el shock inicial, los restantes músicos decidieron, con el beneplácito de la familia Burton, que Cliff hubiera deseado que continuaran y eso hicieron. Se hizo audición a 40 músicos y finalmente el elegido fue Jason Newsted, procedente de los thrashers FLOTSAM & JETSAM, y tras aprenderse el setlist continuaron la fatídica gira a principios de 1987.
Después de este álbum, la banda siguió haciendo caja con sus largas giras y discos como el oscuro y técnico «And Justice For All», el pelotazo de «Metallica» o esos flojos «Load/Reload» y demás sandeces que la banda ha ido lanzando con el tiempo, huyendo del estilo que les hizo famosos y perdiendo seguidores a manos llenas (cierto que también ganando otros alejados de sus raíces). Pero bueno, el mérito de haber grabado esos 5 primeros discos imprescindibles no hay quién se lo quite a esta cambiante formación.

Temas:

01 – Battery
02 – Master Of Puppets
03 – The Thing That Should Not Be
04 – Welcome Home (Sanitarium)
05 – Disposable Heroes
06 – Leper Messiah
07 – Orion
08 – Damage, Inc.

Formación:

James Hetfield – voz, guitarra
Kirk Hammer – guitarra
Cliff Burton – bajo
Lars Ulrich – batería

Los sajones, segunda parte

Continuamos con esta breve revisión de la historia de la banda británica SAXON y lo hacemos justo por donde dejábamos el primer capitulo.  Espero que la disfrutes.

En la anterior entrega lo dejábamos justo cuando la formación decidía cambiar de aires y probar las mieles de uno de los más grandes sellos discográficos, EMI Records.

El primer álbum que sacan con este sello es «Crusader» (1984) y a pesar de las críticas que recibieron por su paso al lado más comercial del metal, hay que reconocer que el nivel técnico seguía in crescendo y que la producción era bastante más elegante que nada de lo creado anteriormente, coño, ¡hasta el apartado gráfico mejoraba una barbaridad!!. De ahí que el álbum acabara vendiendo 2 millones de copias y que el tema título terminara convertido en uno de los temas estrella de su carrera.

Además del citado tema, «Sailing To America» tiene unas melodías muy agradables (y fácilmente recordables), «Just Let Me Rock» con ese ritmo balanceante que es un seguro de vida en esto del rock duro…, la chulería de temas como «A Little Bit Of What You Fancy» (muy a lo VAN HALEN) o «Bad Boys» no desagrada lo más mínimo, esa «Rock City» que suena a QUIET RIOT, los cánticos de «Run For Your Lives»…, desde luego el cambio era llamativo pero nunca para echar pestes (como he leído en importantes portales). Desde el principio tenían en mente conquistar el mercado norteamericano (con enorme diferencia el mayor del mundo) y con este nuevo álbum comenzaron el acercamiento a la música que allí estaba vendiendo discos a paladas. Es más, cuando montaron la gira de presentación de este álbum en aquel país se buscaron a MOTLEY CRUE como compañeros de viaje (los californianos seguían explotando su «Shout At The Devil» de 1983), una banda que ejemplarizaba a la perfección el sonido reinante en Usa y que les aseguraba mucho público por el jaleo y controversia que perseguía a los MOTLEY allá por donde iban (la otra formación que cerraba el cartel de la gira era la mítica banda suiza KROKUS).

«Crusader» abrió el camino e «Innocence Is No Excuse» (1985) llegaba para mejorar su nueva etapa. El sonido era pulido de manera bestial con respecto al anterior plástico y se les notaba mucho mas centrados, incluso la producción mejoraba aún más, con coros muy cuidados, excelentes guitarras y, en definitiva, mejores ideas que en «Crusader» (también mejor ejecutadas). Fruto de ello nos llegaron temas como «Rockin’ Again», «Call Of The Wild» (genial ritmo), «Back On The Streets» o «Rock’n’Roll Gypsy» y, aunque las ventas se resintieron un poco, conforme pasaba el tiempo y el boca a boca (amen de la labor de la prensa) hacia su trabajo la cosa se fue entonando y la formación consiguió colgar, de nuevo, el cartel de no hay entradas en su gira mundial, aunque entre ellos comenzaron a surgir algunos roces que acabaron con la salida del bajista Steve Dawson en 1986.

Precisamente esta salida obligó a Byford a grabar las pistas de bajo de su siguiente álbum, «Rock The Nations» (1986), aunque en los créditos aparece Paul Johnson como el encargado del citado instrumento (entró en la banda un poco antes de la edición). La portada -genial, por cierto- volvía a estar a cargo de Paul R. Gregory, que ya estaba colaborando con ellos desde el «Crusader», y como nota curiosa cabe mencionar que el famoso Elton John colabora metiendo piano en un par de cortes (7 y 9).
En cuanto al contenido musical se debe añadir a las favoritas de la banda el tema título «Rock The Nations» -canción creada con el directo en mente-, la acelerada «Battle Cry», la animosa «Waiting For The Night» que es una de mis favoritas de toda su carrera,  «Running Hot», la marcada «Empty Promises» o la final «Northern Lady» mezclando lo baladístico con lo rupestre.
La banda se hacía la ruta europea presentando el disco y dejaba Usa para finales de aquel año, donde se hicieron acompañar de un inspirado Yngwie Malmsteen que iba a dar a conocer su genial «Trilogy».

Tras un pequeño descanso el batería Nigel Glockler dejaba la formación, aunque volvería a la banda a lo largo de 1988, para unirse al efímero proyecto GTR siendo sustituido por Nigel Durham. Y no era el único problema de la banda ya que su popularidad estaba cayendo en picado y su relación contractual con Emi estaba a punto de llegar a su fin; justo tras la edición en 1988 de su álbum «Destiny» ambas partes seguían caminos separados. Para colmo, durante la gira (acompañados de Manowar) el bajista Paul Johnson decía adiós y se vieron obligados a buscarle sustituto rápidamente; finalmente el elegido fue Tim Carter y acertaron de pleno con él porque sigue en la formación desde entonces.
«Destiny» ha quedado como uno de sus discos más pobres, y es que abrir el álbum con una versión del «Ride Like The Wind» del cantautor norteamericano Christopher Cross ya daba malas vibraciones (y eso que les quedó muy bien la versión). Después uno se encontraba la aor «I Can’t Wait Anymore» o los teclados poperos de «Calm Before The Storm» y se quedaba sin palabras. Afortunadamente la producción y el nivel de los músicos seguía a un gran nivel, y temas como «Where The Lightning Strikes», la épica «S.O.S.», «For Whom The Bell Tolls», «We Are Strong», «Jericho Siren» o «Red Alert» salvaban de la quema la manifiesta comercialización de la mitad del álbum y solo nos quedaba esperar mejores tiempos. De todas formas tampoco te asustes y escúchalo si tienes oportunidad.

La banda se tomaba un buen respiro mientras buscaban nuevo sello discográfico y durante los siguientes 3 años solo editaron un álbum en directo («Rock And Roll Gypsies»), un recopilatorio de éxitos («Greatest Hits») y una antología de vídeos («Power And The Glory, the video anthology»). Es más, una banda acostumbrada a vivir en la carretera y que llevaba casi una década sin descanso desaparecía de los escenarios y solo ofrecía algún que otro concierto benéfico.

Los Sajones, primera parte

La banda británica que hoy os ofrezco puede ser clasificada, sin temor a equivocarse, como uno de los pilares del Heavy Metal. Desde su misma creación se metieron al público en el bolsillo y décadas después siguen gozando del favor del oyente, y todo ello siendo fieles, con leves altibajos, a su visión musical.

Los primeros esbozos de la banda se remontan a 1970 pero oficialmente se formaron en 1976 bajo el nombre de SOB por Graham Oliver (guitarra) y Steve Dawson (bajo), cambiado poco después por SON OF A BITCH cuando unieron fuerzas con sus paisanos COAST, en donde formaban Biff Byford (voz) y Paul Quinn (guitarra). El nuevo nombre sonaba mal («Hijo de puta»), así que en 1978 se lo cambiaron por el definitivo y asentaron la formación con la entrada de Peter Gill (batería).
En su país el punk arrasaba con todo y los problemas para encontrar una discográfica interesada les hicieron fichar con un sello francés, así que una vez estaba resuelto el problema todo estaba listo para debutar y en 1979 aparecía «Saxon». La formación nos ofrecía un debut con un aire muy setentero, de excelente calidad, aunque muy alejado de lo que sería su posterior carrera. De hecho manda el rock (incluso rock’n’roll) y los temas lentos, contrastando con la portada una barbaridad.
La banda tuvo que esperar varias semanas hasta que las radios propagaron lo suficiente su creación para conseguir salir de gira acompañando a dos pesos pesados de la época: MOTORHEAD y NAZARETH. A finales de aquel mismo año volvían al estudio para grabar su segunda obra «Wheels Of Steel» y la locura se desataba en su país, llegando al top 5 de ventas y apareciendo incluso en televisión. Aunque su debut había sido interesante, los cinco músicos se apretaban los machos y volvían con aires renovados además de mejores temas y también más potentes. Sirvan como ejemplo «Motorcycle Man», las míticas «747 – Strangers In The Night» y «Wheels Of Steel» o la final «Machine Gun».

Lejos de dejar enfriar el asunto, antes de que acabara 1980 ya tenían nuevo álbum grabado, «Strong Arm Of The Law», y las ventas seguían en alza colocando el álbum nuevamente entre los más vendidos de su país mientras las giras atravesaban fronteras aumentando su fama y legión de fans. Para el recuerdo quedan temas como «Heavy Metal Thunder» (con Byford muy rabioso al micro), la rock’n’rollera «Strong Arm Of The Law», la premonitoria de su posterior sonido «Taking Your Chances», la acelerada «20000 Ft» o una de sus andanadas más queridas: «Dallas 1pm».

La vida en la carretera y la fama conseguida apenas les dejaba tiempo para otra cosa que no fuera tocar y tocar pero en 1981 sacaban al mercado su cuarta obra, «Denim And Leather», y parecía que su carrera no tenía techo. En tan solo 3 años habían pasado de ser casi unos desconocidos a codearse con JUDAS PRIEST, OZZY, RAINBOW, RIOT…, triunfar en Japón o conseguir encadenar 8 conciertos seguidos en Los Ángeles (5)/San Francisco (3) con llenos absolutos. De este álbum cabe destacar los temas «Princess Of The Night», «Never Surrender» y la genial «And The Bands Played On».

Para poner un poco de orden y tomar un respiro, en 1982 se lanza el directo «The Eagle Has Landed» consiguiendo, nuevamente, vender grandes cantidades de discos en muy poco tiempo. Aunque eso de «respiro» hay que tomarlo con pinzas ya que se tiraron todo el año girando sin descanso llegando a terminar un concierto en Usa, coger un avión a su país, tocar en el mítico Monster Of Rock y volver a tomar otro avión de vuelta a Usa para seguir con la gira como si nada.

A finales de aquel año graban el genial «Power And The Glory», su quinto disco de estudio, lanzado en 1983. Álbum con un sonido más poderoso, y enormes temas como «Power And The Glory», «Warrior», «Nightmare», la acelerada «This Town Rocks», «Watching The Sky», la cambiante «Midas Touch» o la extensa «The Eagle Has Landed» para el recuerdo. Nuevamente hacen las maletas para continuar apuntalando su carrera con más conciertos pero se van con la mosca detrás de la oreja: la banda sospecha que su sello les está engañando con las cifras de ventas porque ven que el éxito que tienen no se corresponde con lo que les dicen sobre los discos vendidos. Así que al finalizar la gira ponen punto y final a su relación contractual y fichan con la gigante EMI.

Continuara…

Los reyes del metal melodico

33 años en activo, se dice pronto pero les ha costado llegar hasta aquí y más aún viniendo de un país que, aunque guarda grandes formaciones (léase FATE, SKAGARAK, KING DIAMOND/MERCIFUL FATE, PYRAMAZE, ROYAL HUNT, CORNERSTONE…), jamás alcanzó y seguramente nunca alcanzará el tirón de suecos, alemanes o británicos en esto del metal, y su procedencia fue un obstaculo más que superar (los italianos no inventaron eso de usar nombres ficticios para despistar al oyente y evitar prejuicios por venir de algún sitio en concreto).

Su historia comienza en 1981 cuando, junto a otros músicos, Ken Hammer (Kenneth Hansen, guitarra) pone en marcha una banda de versiones llamada PRETTY PRETTY PANICK (su repertorio eran, maximamente, covers de THIN LIZZY), aunque aquello de apoyarse en lo creado por otros duró poco y tras la entrada de Ronnie Atkins (Paul Christensen, voz) en 1982 se lían a componer temas propios, recogidos en varias demos, que les consiguen su primer contrato discográfico y la aparición de su ep de debut «Pretty Maids«, en 1983, ya bajo el nombre de PRETTY MAIDS (completando la formación con John Darrow al bajo, Pete Collins a la segunda guitarra, Alan Owen a los teclados y Phil Moorheed a la batería). Aprovechando que su sello era británico, inician una gira allí que pone su nombre en boca de mucha gente, consiguiendo que la gigante CBS Records se fije en ellos y les fiche para su debut, aunque también remezclaron y relanzaron, con diferente artwork, aquel primerizo ep.
La cosa pintaba realmente bien así que rapidamente se ponen manos a la obra para finiquitar su ansiado larga duración y en 1984 aparecía «Red Hot & Heavy», álbum con el que logran cierta fama y que encierra una de las mejores canciones que el metal de los primeros 80 nos ofrecía, la espectacular «Back To Back» (con la intro «Fortuna Imperatrix Mundi», extraída de la obra clásica de Carl Orff «Carmina Burana», abriendo boca).

A pesar de que solo hubo un cambio de formación (se fue John y entró Allan Delong), se produce un parón en su carrera que solo es abandonado para editar un par de demos y hasta 1987 no se volvía a saber de ellos. Ya en aquel año se lanzó el ep «Love Games» en el que pasaron a ser un quinteto (el guitarrista Pete Collins lo dejó) y que servía como aperitivo de lo que vendría muy poco después, este «Future World» que hoy os ofrezco, y cuya portada fue creada por el mítico Joe Petagno (MOTORHEAD).

Arrancando este genial trabajo nos encontramos con otro de los grandes temas de los 80 y una de las mejores composiciones de estos jodidos daneses. «Future World» nos enamoraba desde la misma intro y servía como entrada a lo que ha sido la posterior carrera de la banda, aunando lo más melódico con la fuerza del metal (aunque rebajando un poco la potencia ofrecida en su debut), dualidad que también se da en la voz. Una puta gozada (haz click en el título para ver el video).
Continuamos con «We Came To Rock», un medio tiempo muy marcado, con un excelente tratamiento guitarrero y la voz con garra de Ronnie poniendo coraje al asunto (al igual que los coros), amén de un sanote toque épico que adorna a la perfección este buen corte.
Seguimos con la marchosa «Love Games» totalmente teñida de aor/rock melódico americano, estilo del que esta banda siempre se sintió muy enamorada, y las siempre geniales guitarras del maestro Ken para redondear el asunto.

Avanzamos con «Yellow Rain», sentida y acústica en su primera parte y bastante más metálica en la segunda, con temática politico-militar mostrando las verguenzas de los conflictos bélicos. El siguiente corte, «Loud ‘n’ Proud», musicalmente nos llevaba al sonido de su anterior trabajo, algo más metálico que el recogido en este segundo álbum, como bien muestra el metalero estribillo y la guitarra a lo sierra.
«Rodeo» nos devuelve a lo expuesto en «Love Games», aunando ese amor por el rock melódico con las guitarras un pelín más animadas, sirviendo los teclados de contrapunto, y esos coros/estribillos tan bien cuidados como siempre (una de sus grandes señas de identidad).

Se vuelve a pisar un pelín el acelerador, al menos a manos de la sección rítmica, para la marchosa «Needles In The Dark» de la que cabe destacar la voz de Ronnie y ese coro a lo W.A.S.P.. A la balada «Eye Of The Storm» no se la puede clasificar de otra manera que no sea de maravilla, comenzando por la acústica, los teclados (geniales) y la fabulosa actuación de Ronnie desarrollando tanto las estrofas como el estribillo, terminando de enamorar el sentido solo a manos de Ken.
Y llegamos al final de este añorado trabajo con «Long Way To Go», y la banda se despide con un sonido chulesco, con batería muy marcada, Ronnie enseñando amígdala y otro señor puente/coro para cantar a la mínima oportunidad.

Tras esta obra la banda editó el también muy recomendable «Jump The Gun» (ahondando en lo aquí mostrado) y modernizando su ataque a partir de «Sin-Decade» hasta el día de hoy, manteniendo el nivel cualitativo absolutamente intacto a pesar de pequeños parones de actividad, idas y venidas de músicos… Sirva como muestra la absoluta maravilla de «Never Too Late» aparecida en su «Spooked» de 1997.

Para mi los auténticos reyes del Metal Melódico.

01. Future World – 5:24
02. We Came to Rock – 4:30
03. Love Games – 4:14
04. Yellow Rain – 5:28
05. Loud ‘n’ Proud – 3:51
06. Rodeo – 4:14
07. Needles in the Dark – 5:02
08. Eye of the Storm – 4:55
09. Long Way to Go – 3:26

Ronnie Atkins – voz
Ken Hammer – guitarra
Phil Moorhead – batería
Allan Delong – bajo
Alan Owen – teclados

Muerte al falso metal

No recuerdo si ya os ofrecimos en la antigua web algún retro-análisis de Manowar y como no se encontraban entre los rescatados, ya iba siendo hora de traerlos y nada mejor que hacerlo con el disco que les dio fama a nivel mundial, el genial «Fighting The World».

La historia de la banda arranca cuando el bajista Joey DeMaio y el guitarrista Ross The Boss se conocen durante una gira de Black Sabbath. Joey era el técnico del bajo, además de encargado de la pirotecnia, de la mítica formación británica y el punky Ross hacía de telonero con su banda Shakin’ Street. Poco tiempo después llegaban el fabuloso cantante Eric Adams y el batería Carl Canedy (The Rods).
Al comienzo la formación actuaba como una banda de versiones dando conciertos aquí y allá hasta que al año siguiente grabaron una demo con material propio. Justo tras dicha demo, Carl abandonaba la formación y entraba como nuevo aporreador Donnie Hamzik, con el que comenzaron a preparar su debut tras conseguir fichar con Liberty Records.
En 1982 aparecía «Battle Hymns» y la banda encaraba su primer tour nacional (teloneando a Ted Nugent), además de dar el salto hasta Reino Unido y Alemania. Desgraciadamente tanto concierto seguido consiguió que Donnie dijera adiós y se produjera la entrada del que siempre será considerado el batería del clásico sonido Manowar, Scott Columbus (rip).

Como la situación parecía ir viento en popa deciden fichar con el sello Megaforce para su país y con Music For Nations para Europa, y se ponen manos a la obra con su segundo álbum «Into Glory Ride» que sería publicado en 1983. Debido al éxito del álbum en Reino Unido planean una gira por aquel país que, finalmente, se cancela a última hora, así que a modo de disculpa, la banda tiene a bien tirarle un guiño a su público británico para su tercera obra titulada «Hail To England» (además del título, la bandera Union Jack ondea en la caratula) que saldría en 1984. Curiosamente aquel mismo año sale su cuarta obra, «Sign Of The Hammer», y álbum con el que les conocí (era imposible conseguir sus primeros discos en aquella época).
El nombre de la banda ya estaba en boca de todo el mundo y los músicos conseguían montar una gira que les llevaría 2 años finalizar, afianzando su posición de aspirantes al trono del heavy metal además de reclutar más adeptos para blandir espadas contra el falso metal. Y hubo más movimientos en su carrera: dejaban a Megaforce para fichar con la gigantesca Atlantic Records, contrato que les proporcionó mayores y mejores medios para encarar el cambio que se produjo con su siguiente álbum.

El primer cambio era visual. Atrás quedaban las portadas poco afortunadas y se contrataba al mítico artísta gráfico Ken Kelly (los comics de Tarzán, Conan… o, en terrenos musicales, portadas para Kiss y Rainbow). El segundo cambio era sónico; la banda grabó todo el disco en digital (el primer álbum heavy grabado con esta mejora tecnológica) y, además, todos se ponían las pilas y refinaban una barbaridad sus canciones, dando casi la sensación que nos encontrábamos delante de otra banda. Solo hay que ponerse a oir, después de haber escuchado algo anterior suyo, esa sección rítmica (impresionante DeMaio al bajo), esos coros, las guitarras y, sobretodo ello, la increíble voz de Eric -que está que se sale por los cuatro costados tanto en melodías como con esos espeluznantes y alargados gritos-, para ver que la banda iba a por todas.

Las cartas estaban echadas y la siguiente jugada recaía en el oyente. Era darle al play y tu vida (juventud, más bien) cambiaba. Un disco con temazos de puño en alto como «Fighting The World», «Blow Your Speakers» (alentando a molestar al vecindario, jajaja), la genial «Carry On», la más animada «Violence & Bloodshed», la maravilla épica de «Defender» («dueto» vocal entre el actor/director Orson Wells y Eric, proveniente de su primera demo de 1982), el himno «Holy War» y, rematando faena, la espectacular y acelerada «Black Wind, Fire And Steel» que nos dejaba extasiados cantando a grito pelado su estribillo y flipando con la velocidad que DeMaio le metía a su bajo.
Ni una sola pega se le puede poner al álbum, quizás que se hagan muy cortos esos 34 minutos que dura (aunque se disfrutan intensamente).

A partir de aquí, y aunque nunca han sido unos super-vendedores, conocieron las mieles del éxito y engordaron sus cuentas bancarias con enormes giras mundiales, el lanzamiento de sus posteriores «Kings Of Metal» (me emociona enormemente esa maravilla titulada «Kingdom Come» o su himno «Kings Of Metal»), «The Triumph Of Steel» (con los 28 minutazos de «Achilles…»), «Louder Than Hell»…. , aunque tampoco ha sido un camino de rosas llegar donde están ya que por el camino se han quedado varios músicos, con los consiguientes cambios de formación.

Dudo mucho que si te gusta el Heavy Metal no conozcas este disco, pero si fuera tu caso, te recomiendo que no pierdas tiempo y lo devores sin pudor, como si no hubiera un mañana (mira en la sección Vídeos).

1. Fighting the World      3:46
2. Blow Your Speakers      3:36
3. Carry On      4:08
4. Violence and Bloodshed      3:59
5. Defender      6:01
6. Drums of Doom      1:18
7. Holy War      4:40
8. Master of Revenge      1:30
9. Black Wind, Fire and Steel  5:17

Eric Adams – voz
Ross the Boss – guitarra, teclados
Joey DeMaio – bajo de 4 y 8 cuerdas
Scott Columbus – batería

METAL CHURCH

Uff, ¡ya casi no recuerdo cómo se analizaba un clásico!! Tras más de un año echando mano de los rescatados de la antigua web me ha dado por sacar brillo al teclado a base de golpear teclas para daros a conocer, caso de no haberlos oído, a otra de esas grandes bandas que nos ha dado el metal. Para la ocasión nos vamos de viaje hasta Estados Unidos para presentar a la banda diseccionada; ellos son METAL CHURCH.

La formación nacía en California en 1980 de la mano de su guitarrista Kurdt Vanderhoof y, como nota para los curiosos, Lars Ulrich hizo una prueba para unirse a ellos antes de entrar en METALLICA. Su primer lanzamiento fue la demo instrumental «Red Skies» de 1981 con una line-up que duró un suspiro ya que Kurdt decidió volver a su tierra (Aberdeen, Seattle) y comenzó una nueva aventura junto a Craig Wells (guitarra), Duke Erickson (bajo), Tom Weber (batería) y Mike Murphy (voz) llamada SHRAPNEL. Tras grabar una nueva demo, Mike y Tom abandonan la formación y entran en escena Kirk Arrigton a la batería y el mítico David Wayne al micro, dando forma a la line-up clásica de la banda. Tras otra demo («Four Hymns», nuevamente instrumental), deciden volver a llamarse METAL CHURCH y comienzan a gestar temas mientras los van presentando en directo.

Kurdt y los suyos son citados, junto a los neoyorkinos OVERKILL, como los padres del thrash metal así que sus primeras obras son sabias mezclas entre heavy metal y ese novedoso toque más poderoso que acabaría convertido en uno de los estilos con más tirón de mediados/finales de los 80. Su primer lanzamiento fue su debut homónimo de 1984 (incluía versión del «Highway Star» de los DEEP PURPLE), producido a medias entre Kurdt, Kirk y el afamado Terry Date.
Tras la excelente acogida, la banda se lió con su segundo álbum titulado «The Dark» (1986) y que ha quedado como uno de sus discos con mejores ventas, lo que les llevó a poder grabar su primer video oficial del tema «Watch The Children Pray». Por cierto, un título de álbum muy acertado a tenor de lo contenido en las letras: violencia, asesinatos, rituales…; y otro dato para los curiosos: el álbum está dedicado a Cliff Burton, bajista de METALLICA, fallecido aquel año.

Desgraciadamente (aunque no para mi) tras la posterior gira la formación se desintegraba. Kurdt, cansado de la vida en la carretera, decide centrarse en componer y producir a la banda dejando libre su puesto de guitarrista, puesto que consiguieron cubrir echando mano de las amistades (el elegido fue John Marshall, roadie de los METALLICA); por otra parte David Wayne prefiere largarse a formar su propio proyecto (REVEREND) debido al uso/abuso de las drogas (no he conseguido saber si era David o el resto de miembros los que tenían problemas). Así que la banda se encontró sin dos de los pilares de su sonido y con el sello y fans pidiendo nueva obra…
Como ya he comentado, Kurdt dedicaba su tiempo a componer pero también a producir a otras bandas y fue precisamente ahí donde encontró el recambio perfecto para la excelente voz de Wayne; produjo a la joven formación, con raíces hispanas, HERETIC (su «Breaking Point» de 1988) y el vocalista de la banda, Mike Howe, fue invitado a pasar la prueba con METAL CHURCH, puesto que consiguió sin grandes esfuerzos ya que su voz se asemejaba, en cierto modo, a la de Wayne pero con mayor carga melódica y un tono incluso más épico aún. En este punto quiero dar otro curioso dato para los amantes de los mismos: quiso el caprichoso destino que los músicos que acompañaron a Wayne en REVEREND fueran, precisamente, los músicos de HERETIC!! La banda tocaba en un club de L.A. cuando reconocieron entre el público a Wayne y le invitaron a subir al escenario para interpretar unas versiones de METAL CHURCH. Al finalizar el concierto, Wayne les propuso unirse a él en su nuevo proyecto.

Me pongo ya a hablaros de este genial «Blessing In Disguise» (1989) y lo primero que me gustaría hacer es aclarar un detalle que he leído en varios sitios de la red cuando hablan de este disco. Todo el mundo toma la caratula de este álbum como en blanco y negro pero os puedo asegurar (tuve, en su momento, en mis manos el vinilo) que la caratula era plateada, negra y verde, y al girarla se perdían los detalles de los músicos en un efecto curioso.

La obra es abierta con «Fake Healer» y sus espectaculares rítmicas que invitan a mover el esqueleto, con Mike Howe mostrando sus increíbles posibilidades vocales desde el mismo comienzo de la obra (fijarse en el estribillo y cómo desarrolla las estrofas…jojojo). Continuamos con la curiosa «Rest In Peace (April 15, 1912)» que sirve como homenaje a los músicos que actuaban en el tristemente famoso transatlántico Titanic y que intentaron mantener la calma de los viajeros mientras el barco se hundía tras chocar con un iceberg. Imagina la estampa: cientos y cientos de personas correteando alocadamente sabiendo que van a morir y tu, músico, en vez de intentar huir en uno de los pocos botes salvavidas que habia disponibles decides quedarte en cubierta tocando música aparentando una calma que era imposible tener en dichas circunstancias. Musicalmente pido atención para la impresionante voz de Howe aquí.

Seguimos con la machacona «Of Unsound Mind» de la que cabe destacar el riffeo que se trae la banda (más palpable de la mitad hacia el final) y, nuevamente, la voz de Howe (ya te habrás dado cuenta que su voz me gusta, jejeje). «Anthem To The Estranged» es interpretada in crescendo; una primera parte en plan balada acústica super tranquila solo voz/guitarra para, después, ir apareciendo el resto de instrumentos apretando cada vez más, incluso Howe que parecía haberlo dado todo en los anteriores temas se marca una actuación impresionante!!!!
«Badlands» te recordará a QUEENSRYCHE por el tratamiento tanto de guitarras como de la sección rítmica (recordemos que su «Operation:Mindcrime» apareció el año anterior y también son de Seatle), incluso Howe se muestra mucho más comedido, metiendo hasta dobles voces. Un tema para disfrutar en silencio, una y mil veces.

Hasta el momento la obra está siendo comedida en cuanto a velocidad así que llega el momento de apretar el acelerador para «The Spell Can’t Be Broken», algo más thrashica pero con un estribillo totalmente machacón. Pido atención para la zona central, con repiquetear cuasi militar y un poco más de velocidad a partir de ahí. Pasamos a «It’s A Secret», un tema instrumental ejecutado in crescendo, con la banda jugando con el thrash metal en sus múltiples cambios rítmicos. En «Cannot Tell A Lie» nos encontramos con otra de las grandes actuaciones vocales de Mike y sus compañeros dando un aire entre progresivo y thrashico al corte, pero con estribillo más heavy, y como siempre, excelentes cambios rítmicos.
Y llegamos al final con la genial «The Power That Be» y esas guitarras desprendiendo buen rollo nada más comenzar el tema. Potente ritmo, con puentes más calmados, y estribillo épico que te obliga a cantarlo con Mike (la zona central es aún más épica!!).

Este álbum fue uno de esos trabajos que me hicieron pasar de gustarme a amar profundamente esta jodida música que tan atrapado nos tiene a muchos. Aunque ya tiene 25 años el lanzamiento, ruego escuchar a la más mínima oportunidad lo conozcas o no!!

Temas

«Fake Healer» – 5:55
«Rest In Pieces (April 15, 1912)» – 6:38
«Of Unsound Mind» – 4:44
«Anthem To The Estranged» – 9:31
«Badlands» – 7:21
«The Spell Can’t Be Broken» – 6:46
«It’s A Secret» – 3:47
«Cannot Tell A shit» – 4:17
«The Powers That Be» – 5:22

Formación

Mike Howe – voz
Craig Wells – guitarra
John Marshall – guitarra
Kirk Arrington – batería
Duke Erickson – bajo

*Kurdt Vanderhoof – guitarras adicionales

Último clásico rescatado

La «aventura» que comenzó hace más de un año ha llegado a su fin y hoy os ofrezco el último de la lista. Este clásico corrió de mi cuenta y quise dedicárselo a una de aquellas bandas europeas con gran futuro pero que, finalmente, quedaron solo para el recuerdo de los que la conocieron en su momento o como gratísima sorpresa de quienes bucean en el pasado buscando algo que llevarse a las orejas y se topan con ella. Aquí tenéis el texto:

Esta banda no estuvo nunca entre las grandes de Europa, ni es conocida por haber vendido una barbaridad, pero si que contaron con un excelente apoyo por parte del aficionado y un gran respeto por parte de sus compañeros de profesión, así que si te extraña verlos en esta sección solo hay un culpable, yo. Soy culpable y no me arrepiento de querer presentar bandas que aún tienen la oportunidad de hacerse un hueco entre los que tengan un momento de oírlas, a pesar de que muchas ya no existen desde hace largos años; y es mejor así, que cuando se ha pasado tu momento y quieres forzar que vuelva el tiempo de vino y rosas sueles cagarla, querido músico.

Adje Van Den Berg (Adrian para los amigos) es el líder y artífice de la banda que hoy os propongo. Un guitarrista holandés que se tiró toda su vida de músico buscando su momento de gloria y que cuando lo consiguió, unos difíciles ejercicios guitarreros a punto estuvieron de apartarlo del mundo de la música (de hecho su participación en ese momento de gloria fue peculiar, pero ya lo explico después).

Sus orígenes en el mundo de la música se remontan a 1970 cuando monta su primera banda, llamada MOTHER OF PEARL, junto con el batería Jos Zoomer, un músico/amigo que le ha acompañado en varias de sus aventuras (incluidos estos VANDENBERG). Desde aquellos primeros tiempos haciendo versiones de FREE y MOUNTAIN, hasta que su guitarra quedó registrada en una grabación, pasaron unos años de aprendizaje. Aquella primera grabación fue un single de la banda DARLING y sus primeras actuaciones profesionales fueron como guitarrista de directo de POINTER SISTER, todo ello entre 1973/1974. Tras girar y grabar con bandas de poca monta (JAAP DEKKER BOOGIE SET, MAGIC BOX…) llegamos a 1977 y la creación de TEASER (junto al vocalista Jos Veldhuizen, Peter van Eyk al bajo y Nico de Gooyer a la batería), banda con la que su nombre ya se dio a conocer de manera más multitudinaria. La banda grabó «Teaser» (álbum altamente recomendable para amantes del rock clásico de los 70) en 1978 y, aunque todo pintaba muy bien, tras la consiguiente gira su vocalista prefirió dejarles para unirse a un proyecto más bluesero y eso a pesar de que el sonido de la banda ya mamaba de FREE y BAD COMPANY cosa mala!!
En vez de buscar un nuevo vocalista, los músicos prefirieron finiquitar este excelente combo y Adrian se puso en contacto con los míticos THIN LIZZY ya que Snowy White les había dejado y buscaban guitarrista pero, desgraciadamente, un tal John Sykes le quitó el puesto. En 1981, viendo que las cosas no pintaban bien, Adrian reformó a TEASER y grabaron unas demos, pero cuando consiguieron un contrato discográfico, el nombre de la banda se cambió por VANDENBERG, y ya con esa denominación fue lanzado su debut «Vandenberg» en 1982 y la balada «Burning Heart» como tema estrella (llegó a triunfar hasta en Usa).
En 1983 saldría su segundo trabajo «Heading For A Storm» y gracias a su gran acogida, la banda estuvo en boca de todos tras girar acompañando a gente como Ozzy o MSG. Fue precisamente en este momento cuando desde las islas británicas le llegan cantos de sirena a Adrian: el famoso David Coverdale le propone unirse a su banda para el lanzamiento de «Slide It In» pero…Adrian rechazó el puesto (por fin su banda estaba triunfando y no le quiso poner punto y final aún) y se largó con su banda a Usa para girar como teloneros de KISS (un magnífico escaparate, ¿no creéis?) y, posteriormente, por tierras niponas. Curiosamente su sustituto en la serpiente blanca fue, jejeje, otra vez John Sykes!!
Llegamos a 1985 y el lanzamiento del disco que retroanalizo, este «Alibi», último de la banda.

Es darle al play y recibir uno de los mejores cortes del plástico, la afamada «All The Way» y su inolvidable intro. Este gente no espera ni un segundo para poner las cartas sobre la mesa y de esas cartas hay que destacar la siempre enorme guitarra de Adrian y esos señores coros que la formación nos regala a cada instante, y si le unimos el sanote toque a lo hard germano (más potente que el americano) pues…para cojer pan y mojar!!! Aparte de ese hard/heavy ochentero europeo, la formación no le hizo ascos a incorporar mucho hard clasicorro y más de un ramalazo a lo rock melódico.
El siguiente corte deja sus intenciones claras con solo ver el título: «Pedal To The Metal». Hard/Heavy con coros a mogollón, algo más potentes que en otros temas, y esa jodida guitarra poniendo la guinda (la rítmica está de vicio pero es que la solista está a la altura de los mejores!!). Otro de los grandes cortes de esta gente.

Cuando llegamos al tercer tema, la balada «Once In A Lifetime», me mosqueo un poco porque suena a plagio absoluto ese ritmo suave, y es que es imposible no acordarse de THE POLICE y su clásico «Every Breath You Take» (tema aparecido un par de años antes). Eso si, les queda super elegante y si encima le metemos una más que excelente voz (Bert se porta como un campeón en toda la obra) y esos, también inolvidables, coros en plan QUEEN en algún momento pues solo nos queda sacar el mechero y acompañar a la banda allá donde quiera llevarnos.
«Voodoo» tiene un riff muy de la escuela Lynch/DOKKEN, tremendamente bien llevado por la banda y coronado por otra ración de coros marca de la casa (los propios músicos se hacen cargo de ellos, nada de contratar a magos vocales como hacían otros!!) contestando durante buena parte del corte a su vocalista. Hora de sacar las muñequeras para disfrutar de un poco de caña con «Dressed To Kill» y esa guitarra que podrá recordarnos a los momentos más «radicales» de los primerizos PRETTY MAIDS. Para endulzar la cosa estaba la voz de Bert y los coritos, y la elegancia a manos del gran y rápido solo central.

«Fighting Against The World» tiene un airecillo neoclásico que rememora los inicios del sueco Malmsteen, pero se dejan de chorradas con el alucinante estribillo que le incorporaron a este más que excelente tema, en plan metal melódico (¿otra vez PRETTY MAIDS? venga, vale). Grandes estos jodidos tulipanes (fíjate en los solos de guitarra y llora si no puedes imitarlos!!). «How Long» es la otra balada del trabajo y cuando la escuches te será fácil saber el porqué Coverdale fue tras Adrian; clásica a rabiar, voz más aor y estribillo muy americano él (con coros muuuuy suaves). ¿Y el solo? Pues siendo una balada, espéralo lleno de sentimiento, jejeje.
Pasamos a «Prelude» y nos topamos con una mínima canción acústica en plan neoclásico/shredder, fabulosa a manos de Adrian.

Continuamos con el tema-título, «Alibi», y el más aor del compacto, aunque la guitarra rítmica le pone pasión al asunto. A mi me suenan con un deje muy británico, a los inicios de DEF LEPPARD. Destacar también el brillante solo central, muy exquisito él.
Cerrando el trabajo tenemos «Kamikaze», un tema instrumental de pura demostración por parte de Adrian. Seguro que recuerdas a Michael Schenker y su «Into The Arena», pues aquí tienes otro tema para unir a la lista de instrumentales favoritas de los ochenta. Además de la guitarra, Adrian incorpora unos épicos teclados que le dan un ambiente la mar de moderno al corte, quizás también de cierta inclinación neoclásica. Simplemente sublime.

Después de la gira de este «Alibi», su vocalista Bert Heerink tuvo serios problemas de salud que le obligaron a abandonar la banda (y casi el mundo de la música), y aunque se le buscó un sustituto, poco a poco se fue enfriando el interés del resto de músicos, así que cuando en 1987 David Coverdale volvió a llamar a la puerta de Adrian, este aceptó gustoso y grabó el solo del tema «Here I Go Again», además de unirse a la banda para girar incesantemente y aparecer en los numerosos vídeos que se grabaron del «1987» de WHITESNAKE (no tocó nada más en el citado disco). Su nombre ya estaba en boca de todo el mundo y la gente estaba ansiosa por oír lo nuevo de la mítica formación británica pero, como ya comenté al inicio, su momento de gloria se vio mermado tras ejecutar unos raros ejercicios a la guitarra y hacerse daño en los tendones, que le obligaron a no poder grabar casi nada del «Slip On The Tongue», trabajo que estuvo en manos del genial Steve Vai, contentándose con que David Coverdale le dejó componer temas para dicho trabajo.

Tras la gira del citado álbum, David Coverdale se mostraba muy cansado y desintegró la formación, momento aprovechado por Adrian para ir tanteando el panorama, de ahí que se relacionara con John Waite (la voz de BAD ENGLISH), para grabar un álbum aunque, desgraciadamente, su compañía discográfica prohibió al músico grabarlo; que se juntara con James Christian (pero quedó en nada debido a diferencias musicales insalvables), que volviera a reunirse con Jon Zoomer para grabar unas demos o que, junto a ex-músicos de la serpiente, montara y grabara el único disco de MANIC EDEN junto al vocalista Rod Young (LITTLE CAESAR), además de girar por todo el mundo.
David vuelve a reformar WHITESNAKE y Adrian cierra el episodio MANIC EDEN para volver junto a su mentor, grabando los discos «Restless Heart» y el acústico «Stalker In Tokyo» en 1997, primeros discos que Adrian graba al completo para la banda en 10 años junto a ellos.
A partir de ese momento (al final de la gira de ambos discos), Adrian abandona definitivamente WHITESNAKE y su bagaje desde entonces es de lo más pobre que te puedas imaginar, ya que se puede decir que colgó la guitarra y no ha vuelto a aparecer en ningún otro trabajo serio (aún arrastra problemas de salud, quizás el motivo de esta ausencia). De hecho, al indagar para presentaros este clásico me he enterado que ahora es pintor y puedes ver sus trabajos en su web: http://www.vandenberg-art.com

Espero que si algún día ves este álbum en alguna tienda, online o de segunda mano, o que algún colega quiera desprenderse de él (hereje llamaría yo a ese «colega»), no te lo pienses mucho y te hagas con una copia (también vale cualquiera de sus otras obras pero esta última especialmente). Te aseguro que no saldrás defraudado.
Por ahora me conformo con que hayas disfrutado de esta lectura tanto como yo lo he hecho escribiendo estas humildes líneas, aunque mi gozo ha sido doble ya que mientras escribía iba escuchando el trabajo por enésima vez.

 

TRACKLIST

01. All The Way
02. Pedal To The Metal
03. Once In A Lifetime
04. Voodoo
05. Dressed To Kill
06. Fighting Against The World
07. How Long
08. Prelude Mortale
09. Alibi
10. Kamikaze

FORMACIÓN

Bert Heenrik – Voz
Adrian Vandenberg – Guitarra, teclados, coros
Dick Kemper – Bajo, coros
Jos Zoomer – Batería, coros

Otra despedida

Llega el turno de finalizar los clásicos que nos ofreció danyfender con su visión de otro de los grandes discos de todos los tiempos. Aquí te dejo su texto:

El día 14 de Abril de 1980 salía a la luz el sexto álbum de estudio de JUDAS PRIEST, “British Steel”, por muchos considerado la biblia del Heavy Metal. Este disco se grabó básicamente en la casa del archiconocido ex-BEATLE John Lennon, Tittenhurst Park (donde antes también vivió Ringo Starr), bajo la producción de Tom Allom que justo acababa de terminar su labor en el “On Through The Night” de DEF LEPPARD. Como curiosidad, muchos elementos que decoraban y pertenecían a esa mansión son claros protagonistas de algunos temas, como las botellas de leche que se escuchan romper en “Breaking The Law” o la cubertería de cuchillos y tenedores que se usaron para hacer efectos de sonido en “Metal Gods”. “British Steel” significó el primer disco de JUDAS PRIEST con el batería Dave Holland (TRAPEZE).

La famosa carátula del disco con la hoja de afeitar fue diseñada por Roslav Szaybo y tiene su por qué, ya que Tipton y Downing habían trabajado en la compañía británica del acero British Steel produciendo hojas de afeitar, compañía que despidió a la mayoría de sus trabajadores, de ahí que el disco en líneas generales tenga tanto trasfondo social/reivindicativo. La portada viene a significar que al igual que se puede coger una cuchilla de afeitar sin cortarse, el Heavy Metal a pesar de su reputación y apariencia externa se podía tomar como algo seguro, algo que no daña.

“British Steel” marcó un antes y un después en la vida de JUDAS PRIEST. Primero porque supuso dentro de su discografía el disco que más y mejor representa le esencia más pura del Heavy Metal de la época, y segundo porque con él consiguieron entrar en el mercado norteamericano de forma triunfal. “British Steel” llegó al disco de oro y ocupó importantes posiciones en las listas británicas y americanas. “Breaking The Law”, “United” y “Living After Midnight” fueron los temas que se lanzaron como singles. En 2001 el disco se remasterizó, incluyendo el bonus “Red, White And Blue” y la versión en directo de “Grinder”, grabada en 1984 durante la gira del “Defenders Of The Faith”.

¿Qué podemos decir de este disco y de sus temas más representativos? “Breaking The Law” (muy básico pero efectivo), “Metal Gods”, “Grinder”, la fiestera “Living After Midnight”, “Rapid Fire” y su enorme trabajo lírico, el himno absoluto “United” con sus toques pop, toda una revelación por aquel entonces… ya lo he apuntado antes, la biblia.

Hace pocas fechas, JUDAS PRIEST han editado la edición 30 aniversario de este esencial “British Steel”. Esta edición consta del disco remasterizado con sus dos temas extra y un directo en cd + dvd grabado en agosto de 2009 durante la gira conmemorativa del 30 aniversario del mismo, donde tocan el disco entero además de otros éxitos.
TRACKLIST:

CD1:

01. Rapid Fire
02. Metal Gods
03. Breaking the Law
04. Grinder
05. United
06. You Don’t Have to Be Old to Be Wise
07. Living After Midnight
08. The Rage
09. Steeler
10. Red White and Blue
11. Grinder (Live)

CD2:

01. Rapid Fire
02. Metal Gods
03. Breaking the Law
04. Grinder
05. United
06. You Don’t Have to Be Old to Be Wise
07. Living After Midnight
08. The Rage
09. Steeler
10. The Ripper
11. Prophecy
12. Hell Patrol
13. Victim of Changes
14. Freewheel Burning
15. Diamonds and Rust
16. You’ve Got Another Thing Coming

DVD:

01. Rapid Fire
02. Metal Gods
03. Breaking the Law
04. Grinder
05. United
06. You Don’t Have to Be Old to Be Wise
07. Living After Midnight
08. The Rage
09. Steeler
10. The Ripper
11. Prophecy
12. Hell Patrol
13. Victim of Changes
14. Freewheel Burning
15. Diamonds and Rust
16. You’ve Got Another Thing Coming

FORMACIÓN:

Rob Halford – Voz
Glenn Tipton – Guitarra
K.K. Downing – Guitarra
Ian Hill – Bajo
Dave Holland – Batería
Scott Travis – Batería (cd/dvd en directo)

A bailar!!!

La cuenta atrás está llegando casi al final, después de este clásico de hoy solo quedarán dos entregas más del enorme puñado recuperado de la web (gracias a Internet Archive). El texto de este clásico corrió de mi cuenta y fue un álbum que disfruté de lo lindo en aquel lejano 1988 (que fue cuando salió). Como ya conocéis mis textos, sobran entradillas largas:

Que grata sorpresa nos supuso a muchos la aparición de esta banda a finales de los 80. Aún recuerdo cuando ví el video del tema «Cult Of Personality» por televisión y no me quedó otra que correr a comprar mi copia del trabajo. La banda tenía una pinta increíble, sonaba cojonuda y, ante la poca aceptación que tiene el rock duro entre la comunidad negra, llamaban mucho más la atención, al menos en aquel 1988.
Aunque la banda tuvo una excelente respuesta, desgraciadamente no todo fue un camino de rosas en esos primeros pasos profesionales; seguro que les dolió el saber que famosos magazines musicales de su país veían como sus clientes les devolvían miles y miles de copias de sus ediciones con la portadas quemadas al haberse «atrevido» a poner a esta banda de color en primera plana (ya sabemos que los norteamericanos no necesitan que nadie muestre sus vergüenzas, ellos mismos lo hacen estupendamente).

Su nacimiento se produjo en 1984 cuando tres músicos con poco bagaje musical decidieron crear la banda (solo el guitarrista tenía experiencias anteriores profesionales, ya que había tocado con gente como DEFUNKT, PUBLIC ENEMY o Bill Frisel). Ellos eran Muzz (bajo), Will (batería) y Vermon (guitarra), aunque Corey (voz) no tardó en ser incluido en la formación.
La banda, neoyorkina de procedencia, iba viviendo gracias a sus múltiples actuaciones en míticos locales de la gran orbe como el CBGB (un verdadero santuario para los hardcoretas), hasta que un famosísimo personaje ajeno a estos «agresivos» ambientes vió actuar a la banda, se enamoró de ellos y se empecinó en ayudarles. Su nombre lo dice todo: Mick Jagger.
Gracias a él, la banda grabó una demo para buscar un contrato discográfico y tras conseguirlo, también le tuvieron como ayudante de producción (que estuvo en manos de Ed Stasium). El álbum salió en 1988 bajo el título «Vivid» y con su lanzamiento muchos dimos las gracias por esa bocanada de aire fresco que supuso su lanzamiento, que en mi caso se alargó con sus dos siguientes trabajos y con esa apertura de miras que me permití con bandas «raras» y que poco a poco fui incorporando a mi, desde entonces, ecléctica discografía (FAITH NO MORE, KING’S X, JANE’S ADDICTION, RED HOT CHILI PEPPERS, MINDFUNK…).

Abriendo la obra nos topamos con el tema ya citado, «Cult Of Personality», una maravilla con los sentimientos a flor de piel, con pocos recordings y ese sentido del ritmo que la gente de color tiene en sus venas de forma innata. Gran y simple ritmo, y como colofón esa enorme voz de Corey invitándonos a seguir su politizada letra.
La obra continuaba a ritmo funky con «I Want To Know» y uno de sus coros más infecciosos, imposible no seguirlo!! Musicalmente la banda sigue con esa maravillosa sencillez, rítmicamente perfecta y teniendo eso que los americanos llaman «groove». También se permitían tirarle guiños a otros estilos, y en este caso nos topamos con algunos pasajes en plan surf rock (seguro que alguna vez has oído a los BEACH BOYS…).
Mucho más marcada y potente, pero aún muy funky, era su siguiente tema «Middle Man», en el que destaca con luz propia la excelente propuesta de Vermon, con mucho guiño al jazz fusión más potente y rebuscado (una constante en todos sus discos). ¿Y como no hacer un alto en el camino para tirarle un piropillo a Corey en la zona final del tema, sacando su vena soul?.

«Desperate People» tiene un inicio mucho más acelerado que los anteriores temas, en plan metalero, aunque tras el minuto inicial volvemos al funk-metal muy marcado y espaciado, con poderosa pegada de la batería/bajo/guitarra. Y seguro que alguno aún se pregunta de donde sacaron sus ideas los RAGE AGAINST THE MACHINE… Gran corte, repetitivo (exceptuando la zona central, más movidita) pero de gran calidad, como podrás comprobar además de los riffs por la gran voz final que nos muestra Corey, ejecutando la letra con garra y redondeando con unos buenos gritos.
Tras recibir una buena ración de riffs marchosos nos quisieron engañar con la intro de «Open Letter», en plan baladístico. Pasado el minuto inicial hay que rendirse ante ese bajo super rítmico y fusionero, la errática guitarra afunkarrada y la mejor actuación de Corey al micro. Simplemente sublime lo que los chicos nos presentaron aquí, con los estribillos volviendo a esa especie de balada soul que ponen los pelos de punta.
Volvemos a darle marcha al cuerpo con la rara y acelerada «Funny Vibe», continuando con lo funky pero de ritmos muy rebuscados y su posterior paso a terrenos callejeros con esos coros en plan pandilleros, con varias voces superpuestas y recordando los inicios del rap ochentero. Eso si, la guitarra solista es super rockera, en plan loco a lo Steve Vai. Conforme van pasando los minutos el tema se va animando de lo lindo, y destacar que cuentan con la colaboración de los miembros de los raperos PUBLIC ENEMY Chuck D y Flavor Flav.

Como si de una versión bluesera se tratara, los cuatro músicos nos ofrecieron la versión del tema «Memories Can’t Wait» de los visionarios TALKING HEAD, otro extraño y colorido tema, plagado de guitarras fusioneras super rockeras, varias voces juntas para las estrofas y voz solista para los estribillos. Llama poderosamente la atención ese cambio que pegan desde la mitad hasta el final, con un Corey nuevamente tremendo al micro, arrimándose a un Lenny Kravitz o un Terence Tre Darby en plan visionario (desconozco como sonaba la original, lo siento).
«Broken Hearts» es uno de los mejores temas del trabajo, con inicio circense y posterior desarrollo muy fresquito y veraniego, con gran trabajo de la batería, pocas y suaves guitarras (en plan hawaiano) y protagonismo absoluto de Corey. Me encanta!!
Jajajaja, ¿qué decir de ese caribeño ritmo de «Glamour Boys»? La madre que los parió, que variedad!! El sonido seguía siendo colorido al máximo y para darle mayor dureza nos ofrecían unos estribillos con rudas voces en plan pandillero y gran y potente guitarra rítmica. Si mal no recuerdo, también sacaron un video de este tema.
Con el siguiente corte se permitieron darse un bañito autocomplaciente y se entiende con solo oír el estribillo, que dice así: «Whats your favorite color baby? Living Colour!!». Perfecto para jugar con el público en directo. Musicalmente se arrimaba a los californianos RED HOT CHILI PEPPERS, añadiendo secciones de viento, coros suaves y sin grandes sobresaltos rítmicos (es muy repetitiva).
Cerrando la obra nos topamos con la marchosa «Which Way To America?», con ese bajo acaparador y la potente guitarra haciendo pupita cuando golpea con saña. Por supuesto que sigue sonando muy funky, pero con un tono muy callejero y «agresivo» (fíjate en la voz de los momentos finales…parece un perro rabioso!!), y con las mismas ganas de agradar al oyente que el resto de cortes.

Y hasta aquí llega este brillante debut que puso de moda, junto con los lanzamientos de otras bandas, el funk-rock a finales de los ochenta. Después de este gran trabajo apareció su segunda obra «Time’s Up» en 1990 (también altamente recomendable) y el ep «Biscuit» en 1991 (con temas en directo), pero problemas internos les llevaron a cambiar su line-up: Muzz decidió dejar la banda, por diferencias musicales, en 1992 y entró para sustituirle Doug. Con Doug grabaron su álbum más cañero e industrial, el también sugerente «Stain», y tras más problemas, en 1995, decidieron poner punto y final a su carrera.
En el 2001 volvieron a reunirse y en el 2003 apareció el que, por el momento, es su último lanzamiento «Collideoscope» (sin contar el dvd que salió, creo, el año pasado). Además hay que añadir que tanto Vermon Reid como Corey Glover (recomiendo su escucha) lanzaron discos en solitario con los años…pero eso ya es otra historia…
Aquí yo os invito a quedaros con la gran y peculiar guitarra de Vermon (decían que era muy Robert Fripp en su propuesta) y la grandísima voz de Corey sobretodo. Te aseguro que disfrutarás de este estupendo trabajo.
Yo hacía un montón de años que no lo oía y me sigue emocionando casi como la primera vez que lo oí.

 

TRACKLIST

01. Cult of Personality
02. I Want to Know
03. Middle Man
05. Open Letter (To a Landlord)
06. Funny Vibe
07. Memories Can’t Wait
08. Broken Hearts
09. Glamour Boys
10. What’s Your Favorite Color? (Theme Song)
11. Which Way to America?

FORMACIÓN

Corey Glover – Voz
Vermon Reid – Guitarra
Muzz Skillings – Bajo
Will Calhoun – Batería

La Dama del metal

Última retro-crítica a manos de Panzer y se va hablando de una de las bandas más queridas de la escena en los 80. El clásico elegido fue la última obra que el quinteto germano WARLOCK nos ofreció en su corta pero intensa carrera y se despidieron a lo grande: mejor interpretación, mejor producción, mejor diseño gráfico…y grandes temas hímnicos por delante (la genial «All We Are»…). Aquí su texto:

En cualquier colección de discos clásicos del Metal que se precie, desde luego que nunca puede faltar alguna de las obras de la más grande entre las grandes féminas que el Hacedor ha tenido a bien poner a disposición de los pobres mortales, la inigualable Doro Pesch. Durante los últimos 25 años esta diosa del Heavy ha sido capaz de encandilar a generación tras generación aunando en una sola persona a la vez ese aire de niña inocente y dulce con ese torbellino de fuerza y sensaciones subida sobre el escenario.

La primera banda que le ofrecería la oportunidad seria de dar rienda suelta a su energía no sería otra que los germanos WARLOCK, allá por 1983. Recién formados y a la caza y captura de vocalista se encontraron en una taberna teutona a este pequeño vendaval, que por aquel entonces hacía sus primeros pinitos en un grupúsculo llamado SNAKEBITE. Poco tardarían en convencerla para subirla a bordo y a partir de ahí arrancarían las andanzas de una de las más laureadas bandas de Heavy de los ochenta.

Tras codearse con las grandes formaciones europeas durante varios años, compartiendo cartel con todo grupo de aquella época que seáis capaz de nombrarme, llegó la hora de la despedida. Y no sería precisamente por la eterna cantinela de querer sacar discos en solitario, ni la de buscar nuevos horizontes, ni tonterías por el estilo, sino por una sencilla pero razón legal (uno de sus miembros fundadores no quiso cederles el nombre), llevaría a la desaparición de la banda como tal, que a partir de 1988 pasaría a llamarse simplemente, DORO.

Cuarta obra (y última con esa denominación de origen) es para mi un auténtico placer presentaros, “Triumph & Agony” o el cómo conseguir la mayor maravilla sonora con el mínimo de ingredientes. ¿Os preguntaréis por qué digo esto? Pues porque a pesar de ser un disco brutal en cuanto a resultado final, musicalmente se trata de una concepción tremendamente simple, con riffs resultones pero sin ninguna dificultad técnica, solos escuetos en los que resulta difícil encontrar ni siquiera media escala, un bajo que a pesar de hacer bien su trabajo acaba diluido entre la niebla… En fin, la simplicidad al poder.
¿Quién no conoce este tema? “All We Are”. Una arrolladora Doro comandando uno de los más escuchados himnos del Metal de la Historia. Poderoso riff acompañado de una atronadora batería que hacen de perfecta escolta a una febril y arrolladora sonoridad vocal por parte de la germana. Dicen los mentideros que este tema ha llegado a tener tanta repercusión que la señorita Pesch casi le tiene odio, debido a que es incapaz de subirse a un escenario sin que poco menos que se le exija la interpretación del mismo. Brutal…

A continuación “Three Minute Warning”, probablemente el corte más rápido y agresivo que el grupo haya compuesto nunca. Un auténtico latigazo que con sus escasos dos minutos y medio aun seguirá resonando en tu cabeza varias horas después de haberlo… disfrutado. Rugen las guitarras para dar la bienvenida a “I Rule The Ruins”, con una configuración más británica en cuanto a composición, con un juego de coros abrumador y de nuevo la vocalista jugando a dos bandas, desde las texturas más desgarradoras hasta esas vocecilla aterciopelada. Exquisita.

Aullar de lobos, arpegios de guitarra, como si se tratara de la introducción a una película de la Hammer nos llega “Kiss Of Death”. Medio tiempo, pesado y semiacustico por momentos, con unos malabarismos en cuanto a los tempos realmente brillante. Y desde luego las cuerdas vocales de la rubia, si no han gripado con esta canción no creo que lo hagan nunca, porque poco más al límite las puede llevar, ¿o no?

Después de tanto ajetreo, llega el descanso del guerrero ¿o debería decir, de la guerrera?. Una semibalada, que va ganando fuerza y pesadez con los minutos. Por primera y, si no me falla la memoria, única vez a lo largo del disco, un solo digno de mención. No por su complicación o virtuosidad, sino por poseer un feeling acorde con el espíritu del tema. ¿Y ese tramo final? Con una Doro dominando con su chorro de voz el espacio, el tiempo… todo. De juzgado de guardia.

En una época en la que los muros no es que se cayeran por si solos, sino que la gente se decidió a derribarlos, nos llega la reivindicativa “East Meets West”. Otro de esos himnos de puño al viento que nos traen estos chicos. Porque cuando algunos no quieres oir palabras de libertad, creo que la mejor forma de hacérselas escuchar es gritándoselas a la cara. ¿Dije antes que Doro había llegado al límite de su capacidad? Pues me temo que me voy a tener que comer mis palabras con patatitas….

“Touch Of Evil”, personalmente uno de los temas de WARLOCK que más me gustan, por esa atmósfera de película de terror con la que se inicia y ese increscendo inmediato hacia un poderoso corte de puro y duro Heavy Metal, rápido y eficaz a partes iguales. Destacar sobremanera la base rítmica con un Eurico que ponen de manifiesto tanto su liderato en la oscuridad como sus buenas maneras de profesional. Vale, tenéis razón, me vuelvo a comer mis palabras de antes y esta vez no solo con patatas, sino con toda la guarnición. Halford, avergüénzate.

Nos acercamos a la parte final del disco y la cosa no decae ni un ápice. “Metal Tango”, no tan iluminada como los antes descritos himnos, pero con esa clara intención de crear un corte para tocar en directo y ser coreado por miles de enfervorecidas gargantas. De nuevo un aplauso para la magnífica sección rítmica de la formación y un Niko Arvanitis que más vale tarde que nunca se decide a darnos una pequeña muestra de sus habilidades, eso sí, sin cansarse demasiado en el empeño.

Otra patada sonora en los dientes, “Cold, Cold World”. Estridente riff y saturación de trémolo sientan cátedra de cómo deben ejecutarse un tema para mover la cabeza hasta partirse la nuca. Compacto, sin fisuras, demostrando una vez más que el grupo solo ha perdido su nombre, que no su identidad ni sus maneras.

Y para cerrar una obra de arte, un auténtico diamante. Probablemente el mejor tema no solo de la banda o de la solista, sino uno de los más brillantes de la última mitad del siglo pasado. La balada “Für Immer”. Desde luego no creo que ningún tema en la historia cantado en alemán haya tenido semejante repercusión en el mundo de la música. Desde luego en la del Rock y herederos seguro que no. Un piano, un tambor de corte marcial y una voz, son suficientes para convertir una canción en un canto a la amistad (y que alguno se baje de la burra, que no todas las baladas hablan del amor y similares). Si ya para cantarla en alemán es necesario tenerlos como los del Espartero, intentar mezclar hasta tres idiomas a lo largo de la lírica es simplemente para quitarse el sombrero.

Ya sabéis que me gusta acabar mis clásicos con una conclusión final y la de hoy es: disco imprescindible para cualquier amante de la buena música. De escucha obligatoria, al menos una vez en la vida y cuando las cosas se os tuerzan en algún momento, una orejada a “Für Immer”. Probablemente no os solucionará vuestros problemas, pero casi seguro que os reconforta el corazón, porque siempre hay un amigo ahí dispuesto a dar su vida por ti (el coyright de estas palabras no es mio).

TRACKLIST:

01. All We Are
02. Three Minute Warning
03. I Rule The Ruins
04. Kiss Of Death
05. Make Time For Love
06. East Meets West
07. Touch Of Evil
08. Metal Tango
09. Cold,Cold World
10. Für Immer

FORMACIÓN:

Doro Pesch – Vocals
Niko Arvanitis – Guitars
Tommy Bolan – Guitars
Michael Eurich – Drums
Tommy Henriksen – Bass

Clásico terrorífico

Dany fue el encargado del clásico que hoy os ofrezco y el protagonista de su texto es uno de los músicos más reputados de la escena europea, fuente de inspiración para las hordas black metaleras (junto con VENOM, HELLHAMMER y CELTIC FROST). Su nombre es Kim Petersen aunque todo el mundo lo conoce por su sobrenombre: KING DIAMOND.
El vocalista comenzó sus andaduras musicales primero con la efímera banda BLACK ROSE (creada en 1979 y desaparecida en 1981) y después con los punkies BRATS aunque solo estuvo con ellos unos meses. Tras estos primeros pasos, y todavía en 1981, conoce al guitarrista Hank Shermann y juntos ponen en marcha una de las más grandes bandas de principios de los 80, los siempre geniales MERCIFUL FATE, que supusieron un verdadero shock para la escena al tratar temas oscuros y satánicos en sus letras e imaginería.
Desgraciadamente tras alguna maqueta, su ep «Merciful Fate» y los discos «Melissa» y «Don’t Break The Oath», en 1985 deciden separarse por diferencias musicales insalvables (Hank quería un sonido más comercial y King mucho más oscuro) y King comienza una carrera en solitario plagada de éxitos, entre ellos el clásico de hoy:

 Voy a viajar en el tiempo hasta el año en el que se publicó este disco, para situarme y situaros a todos. Tendría yo unos 10 u 11 años, si mal no recuerdo. Eran otros tiempos para el Heavy y el Metal en general, digamos que la escena no estaba tan cojonuda como hoy día, no había internet, ni emules, ni Metal Archives… ni nada que se le aproximara lo más mínimo. Era la época del vinilo, de las cintas tdk, de los vaqueros ajustados, de las J´haybers, de irte a la sala recreativa con un walkman para jugar a las maquinitas de moda escuchando JUDAS PRIEST o METALLICA, lo dicho, eran otros tiempos. El caso es que un servidor ya estaba empezando a moverse en estos ambientes pero en su justa escala, tenía por aquel entonces que saber del estilo gracias a lo que las revistas contaban, luego con los años y la Mtv todos dimos gracias a Dios por el programa Headbangers Ball, que para nosotros fue toda una revelación, lo más de lo más. Como decía, todos los meses iba al kiosco a comprarme la Metal Hammer (gran revista en aquellos años), la Heavy Rock y en muy contadas ocasiones otras publicaciones como Kerrang o Rip.

Un día como hoy, hace lo menos 20 años, me compre una Heavy Rock, recuerdo que salían en portada varias bandas como POISON, OBUS y un tío con la cara pintada que se hacía llamar KING DIAMOND. El caso es que a mi temprana edad y en cierta medida por la reputación que tenía el Heavy en la época, mi madre solía ver la revista antes que yo por si había algo que “censurar”, en ese caso cogía unas tijeras y recortaba la foto o texto que ella considerara inapropiado para un niño de 10 años y me la devolvía después. Recuerdo perfectamente que recortó una foto de OBUS, bastante lamentable por cierto, pero curiosamente cuando llegó a la parte donde se hablaba de KING DIAMOND y salían fotos de él, pensé que iba a coger las tijeras y se iba a liar a recortar como una posesa (ya sabéis, lo típico de “este tío es un satánico” o algo parecido), pero no fue así, lo primero que me dijo fue: “¿Ves a este hombre? esto es todo maquillaje, es como un actor, se maquilla para actuar…”, me alegro profundamente y agradezco a mi madre el hecho de protegerme e informarme debidamente de ciertas cosas, cosa que hoy día parece que se ha olvidado, así anda la juventud.

El caso es que por circunstancias, no llegué a escuchar este disco en su momento, sino varios años más tarde, cuando un conocido bastante fanático de KING DIAMOND me dejó el vinilo, a continuación escuché todos sus discos. El caso es que al ser lo primero que escuché de él fue lo que más me impresionó, ya que no pensaba ni por asomo que un personaje con esas pintas hiciera un Heavy Metal de tantos quilates, yo me esperaba algo mucho más extremo. Eso si, a tan tierna infancia escuchar la intro de “At The Graves” sin sentir cómo se erizan los pelos de la nuca es imposible.

Tras editar “Them” en 1988, KING DIAMOND continúa en “Conspiracy” con la historia de su hermana Missy, de la abuela de ambos y sobre todo de aquellos a los que se refería como “ellos” (Them). KING DIAMOND se encargó de todos los detalles (letra, música, portada…) y la producción corrió a cargo de Chris Tsangrides (JUDAS PRIEST, ANVIL). El disco abre fuego con “At The Graves”, con una intro de teclado (madre mía, no hay cosa más tétrica) a la que precede un autentico temazo, para mi de lo mejor que ha grabado y compuesto este hombre en su carrera, con ritmazos, desdoblamiento de voces, melodías por tuberías… acojonante. “Sleeples Nights” no le queda atrás, con multitud de matices y cambios que lo hacen sencillamente brutal. Al ser un disco conceptual, no puedes saltar los temas así por así, pero destaco también temas como “Lies”, “The Wedding Dream” o “Let It Be Done”. El disco en su totalidad es una obra maestra, compositiva y técnicamente muy bueno, con unas guitarras (grande Andy LaRocque) muy trabajadas y con esa atmósfera oscura que tan sólo él es capaz de transmitir en todo lo que hace.

Muchos dicen que el mejor trabajo de KING DIAMOND, también conocido como el hombre de las mil voces, aunque siendo objetivos debería ser el hombre de los mil falsetes… es el “Abigail”, para mi “Abigail” es un disco sublime, pero “Conspiracy”, por todo lo que he explicado antes, me atrapó desde el principio.

TRACKLIST:

1. At the Graves
2. Sleepless Nights
3. Lies
4. A Visit From the Dead
5. The Wedding Dream
6. Amon Belongs to Them
7. Something Weird
8. Victimized
9. Let It Be Done
10. Cremation

FORMACIÓN:

King Diamond – Voces
Andy LaRocque – Guitarra
Pete Blakk – Guitarra
Hal Patino – Bajo
Mikkey Dee – Batería
Roberto Falcao – Teclado

Nueva entrega

Cada vez está más cerca el momento de agotar todos los clásicos que pude recuperar de la anterior web. Hoy despedimos a nuestro ex-bloodfiresteel con su última aportación a la sección, una banda americana de metal melódico que consiguió fama y fortuna tras la entrada de un vocalista europeo en sus filas después de unos primeros discos solo para coleccionistas del metal norteamericano de los 90. Aquí tienes el texto:

En 1995, el primer disco de los americanos KAMELOT sale a la calle. Los tiempos difíciles para el metal ya habían acabado y el power metal estaba empezando a romper esquemas en todo el mundo, la avalancha metalera se acercaba. Pero la banda no establece realmente su formación hasta 1998 con la incorporación del cantante noruego Roy Khan y un jovencísimo batería llamado Casey Grillo. Khan provenía de una banda de metal progresivo de culto y con gran reconocimiento en Europa, CONCEPTION, y su técnica vocal dejó boquiabiertos a más de uno.
Y finalmente llegamos al 2001. Ya habían salido al mercado discos tan exitosos como el directo «The Expedition» y un laureado «The Fourth Legacy», el segundo con auténticos temazos como «Nights Of Arabia» o «Until Kingdom Come», pero si de algo sabía este grupo era de superarse lanzamiento tras lanzamiento. Testigo de lo que digo fue finalmente el clásico que hoy nos atañe, «Karma».

El año se presentaba potente en el estilo, sacaron disco SONATA ARCTICA («Silence»), HEAVENLY («Sign Of The Winner»), ADAGIO («Sanctus Ignis»), EVERGREY («In Search Of Truth») y un largo etcétera que convirtieron aquellos 12 meses en canelita fina.
Pues bien ¿que podría KAMELOT ofrecer ante tanta calidad rebosante en su entorno? De entrada una formación con una calidad instrumental indudable, de segundo unos productores maestros en su trabajo que eran Sascha Paeth y Miro, y de tercero una portada a cargo de Derek Gores que no dejaba indiferente a nadie.
La suma de todo nos dejó a los que estuvimos atento al lanzamiento, con la boca totalmente abierta. Nada había sonado parecido antes, la voz de Khan era de las mejores que podíamos haber escuchado en muchísimos años y el sonido del CD era perfecto en todos los sentidos. Se mezclaba el power metal más cañero con otras partes más sentimentales apoyadas por los delicados teclados de Miro.

El compacto se abría con «Regalis Apertura», una intro en toda regla que nos iba marcando la ambientación que más tarde explotaría con «Forever». Himnos entre los himnos este tema es de los mejores del power moderno y sino que baje el dios del metal y lo niegue. Directo, con feeling, un estribillo simplemente potente e inolvidable hicieron del corte en cuestión de uno de esos esenciales para los conciertos de la banda. Ahí tendremos la característica melodía de voz/guitarra/teclado que llegamos a tararear todos durante semanas. Como nota interesante, según comentaba Khan en algunas entrevistas, el tema estaba dedicado al padre del vocalista.

Que la cosa no pare, y es que «Wings Of Despair» estaba dispuesto a darlo todo y reclamar el trono del metal melódico. Power metal puro y duro a doble bombo pero con excelentes guitarras melódicas y unos coros que apoyaban a Roy elevando su status de genio a cada minuto que pasaba del CD. Atención a ese parón que sufre a mitad, recomendado subir el volumen para luego prestar atención a ese punteo que, simple pero efectivo, llegaba al oyente de una manera pocas veces vista en una banda del estilo.

Elegancia es la única palabra que se me ocurre al describir un tema como «Don’t You Cry», una de las mejores baladas de la historia en la que violines y guitarras acústicas apoyan a Roy con tal de darle su toque de melancolía y feeling. Y es que este hombre posee matices en su garganta que son realmente envidiables, capaz de elevar su tono a niveles estratosféricos o de llenarnos el alma con ese timbre relajado que nos demuestra en dicho corte.
Pero para bombazo otro de los esenciales del grupo, «Karma». ¿Quién que lo haya oído no ha cantado sin darse cuenta «Who will trade his karma for my kingdom»? Esta vez Grillo se pone las botas demostrando que la edad no es excusa para ser un excelente batería y llegar a ser el complemento perfecto para este «Karma» y su adictiva melodía. De nuevo Khan nos regala una capacidad vocal de auténtico orgasmo y sino oíd esas partes previas al solo…
Aunque si ya esperamos que lleguen los temas de relleno vamos listos ya que no hay ni uno. «The Light I Shine On You» empieza lenta pero su verdadero potencial se encuentra en ese estribillo sorprendente y de los que te pegan en la cara para despertarte.

KAMELOT no son sólo una banda de temas rápidos y cañeros, ahí quedó demostrado con «Temples Of Gold», otro corte con un océano de melancolía y una parte instrumental pausada perfecta para relajarnos previo a lo que más tarde vendría. Ya que como recta final nos presentan por una parte la directa «Across The Highlands» con otro estribillo powi pero que se nos graba como si de un sello se tratara; y por otra parte tenemos la parte épica del asunto. Son 3 cortes dedicados conceptualmente a la triste vida de Elizabeth.
Una temática dramática que comienza en «Mirror Mirror» en la que oíremos a Khan casi a cappella para ir metiéndonos en la historia. A continuación el medio tiempo «Requiem For The Innocent» nos presenta el nudo para más tarde «Fall From Grace» meternos en el bombástico desenlace con uno de los mejores cortes del CD y de los mas agresivos tanto instrumental como vocalmente.

Para los más afortunados que pudieran tener la edición amaricana tendremos la versión en francés de «Don’t You Cry» llamada esta vez «Ne Pleure Pas», mientras que la japonesa poseía un tema mucho más heavy titulado «Once And Future King», y es que eso de que exijan los japoneses bonus tracks especiales para su mercado sigue siendo algo incomprensible a día de hoy.
De todos modos y sin duda alguna «Karma» es una de esas obras maestras actuales tanto de una banda que sigue al pie del cañón como de un género que con trabajos como este consigue que aún nos sigamos emocionando con la piel de gallina. Todo un clásico.

TRACKLIST

1. Regalis Apertura
2. Forever
3. Wings Of Despair
4. The Spell
5. Don’t You Cry
6. Karma
7. The Light I Shine On You
8. Temples Of Gold
9. Across The Highlands
10. Elizabeth, Part I: Mirror Mirror
11. Elizabeth, Part II: Requiem For The Innocent
12. Elizabeth, Part III: Fall From Grace
13. Ne Pleure Pas
14. Once And Future King

FORMACION

Roy Khan – Voz
Thomas Youngblood – Guitarra
Glenn Barry – Bajo
Casey Grillo – Batería

Clásico progresivo

El progmetal, durante largos años, no gozó ni de reconocimiento, ni de grandes ventas, pero mira tu que en 1992 unos jovenzuelos músicos neoyorkinos tuvieron a bien lanzar su segunda obra y con ella se abrió la caja de Pandora, empujando a cientos y cientos de músicos a practicar aquellos acojonantes ritmos y consiguiendo que un estilo que se veía condenado al más oscuro underground floreciera rápidamente.
Años atrás, con su debut, recibieron bastantes críticas acusándoles de «mucho ruido y pocas nueces» pero tras ponerse las pilas y deshacerse de su antiguo vocalista (con mucho el elemento más flojo de aquel primerizo trabajo) para fichar a un desconocido canadiense, su carrera se catapultó rápidamente hasta lo más alto y todo empezó con el clásico que hoy os ofrecemos, a manos de stryper_maniac:

Atco Records, división de Atlantic Recordings, una de las más importantes compañías discográficas que ha dado el rock y el metal en toda su historia, empresa que dio sentido a nombres como METALLICA,  PANTERA, RUSH o STONE TEMPLE PILOTS, fijó su atención a principios de los años noventa en una curiosa formación que por aquel entonces emergía y pretendía editar, con su ayuda, su segundo trabajo. Un año antes de la edición del clásico que hoy nos ocupa, se produciría uno de los pocos cambios que tendrían lugar en el seno de la hoy mítica formación, el cambio de vocalista. Entraba James LaBrie, quien ocupaba el sitio de un Charlie Dominici en cuyo haber quedará para siempre aquel “When Dream and Day Unite”. El cambio permanece hasta nuestros días, y salvando algunas variantes en cuanto a teclistas (un par de cambios), no puede decirse que el grupo se haya visto sometido a un constante ir y venir de músicos. Quizá sea ese uno de los puntos clave que determinen a DREAM THEATER como una de las bandas
más solidas, conjuntadas y que mejor se entienden dentro y fuera de los escenarios. Un auténtico teatro de los sueños de cuyo segundo acto damos buena cuenta hoy en nuestro clásico semanal.

Lo suyo era el metal. Pero claro, la banda atesoraba tal talento, tan alto grado de virtuosismo fruto de varios lustros de conservatorio, que había que hacerlo notar y exteriorizarlo de algún modo. Inspirados en bandas como RUSH, KING CRIMSON, YES, PINK FLOYD o MARILLION, desde su debut, incluso desde sus primeras demos, quedaba muy claro que el quinteto sería uno de los más grandes del metal progresivo, pero les quedaba la etapa más dura: la de demostrarlo, tarea para la cual John Petrucci, John Myung, Mike Portnoy, Kevin Moore y James LaBrie contarían con unos ayudantes de excepción.

Una vez captada la atención del destacado sello, allá por el año 1991 – 1992, la tarea de conquistar a un gran público que por entonces apenas si habían oído alguno de sus temas, quedaba únicamente en sus manos. Compusieron, se metieron en los Bear Tracks Studio de Nueva York, su ciudad, contaron con los servicios de un grande de la música soul como fue David Prater para la producción y mezclas y, a principios de 1992, ya estaban listos los 8 temas para presentarlos y ver si, finalmente, lograban tan ambicioso reto que se habían propuesto, porque una cosa es ser talentoso, virtuoso incluso, y otra bien destina lograr llegar al público, atraparle con tu feeling y provocarle la necesidad de escuchar tus temas una, dos y mil veces más. En definitiva, enamorar a la gente con tu propia personalidad musical.

…Y lo hicieron, ¡vaya si lo hicieron! Todo empezó con “Pull Me Under”, un corte largo pero con partes ciertamente accesibles, de estribillo pegadizo y muchos quilates. Gran parte del éxito se lo deben a aquel videoclip que grabaron para ese mismo tema, el cual fue todo un hit en la MTV y les catapultó sobre manera hacia el éxito. Sin embargo, no fue es el único tema destacable. “Another Day” es, sin duda, una de las canciones más versionadas de DREAM THEATER de toda su carrera, y su piano, saxo, voz y solo perduran en la memoria de todos como una de las baladas más bonitas que la banda jamás hayan grabado.

Del mismo modo, “Take The Time” sorprendió por sus guiños funkies y ritmos imposibles, como “Sourrounded” lo hizo por su feeling y sus partes progresivas de guitarra. “Metropolis part.I” fue sin duda otro de los pelotazos del disco, y su éxito fue tal que pese a engendrarse como un tema más sin intención de nada, tras las múltiples cartas y peticiones, finalmente en 1999 decidieron grabar una segunda parte, la cual puede ser escuchada en “Metropolis part II”. “Under A Glass Moon”, la breve pero fantástica “Wait For Sleep” (genial con ese dueto entre Kevin al teclado y James a la voz) y “Learning to Live”, completan una obra redonda como pocas, un auténtico manual del buen metal progresivo que, como no podía ser de otra manera, cuajó de una manera brutal y es, hoy día, ejemplo y manual de cuantas bandas pretenden seguir el camino del progresivo y cualquier otro palo del metal.

Es de honestos reconocer que el éxito y la buena acogida de “Images & Words” no hubiese tenido sentido sin el fuerte papel protagonista del mercado japonés. Y es que Japón siempre ha sido como una segunda casa para los neoyorkinos, quienes visitaron a primeros de los 90’ por vez primera la tierra del sol naciente y quedaron impregnados de sus buenos ambientes y el cariño de los fans. Fue allí donde “Images & Words” mejor se vendió y donde mejor acogida tuvo también en directo. Prueba de ello es “Images And Words; Live in Tokyo”, una cinta VHS que hoy día puede encontrarse no a buen precio, testimonio directo del furor que en aquellos años causaba la banda de Mike Portnoy y cía. No tan difícil de conseguir es “Live At The Marquee”, el concierto con temas de “When Dream And Day Unite” y “Images & Words” que la banda grabara en 1993 y editara en vinilo y con el extra del tema “Another Day” especialmente para, como no, Japón y también Corea. Se dice que el título probablemente tribute al mismo “Live At The
Marquee” de sus admirados KING CRIMSON.

Discos tan redondos se hacen una vez en la vida, y pese a que DREAM THEATER han seguido sacando grandísimas obras en años posteriores, pocas, por no decir ninguna, como este “Images & Words” que les catapultara a la fama y al estrellato. Japón continuó siento territorio fetiche para ellos (como prueban documentos como “Live at Budokan”), pero a su vez la lista engordó, hasta tal punto que hoy día no es concebible un concierto de DREAM THEATER en un recinto que no supere las 10.000 localidades. En España ya giran por recintos como el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, y pocos vaticinan cual puede ser el techo de un grupo que sigue sorprendiendo, innovando y enamorando con cada nueva edición. Simplemente, unos genios de nuestro tiempo. Que duren.

TRACKLIST:

01. Pull Me Under
02. Another Day
03. Take The Time
04. Surrounded
05. Metropolis Part I
06. Under A Glass Moon
07. Wait For Sleep
08. Learning To Live

FORMACIÓN:

John Petrucci – Guitarra
Mike Portnoy – Batería
John Myung – Bajo
Kevin Moore – Teclados
James LaBrie – Voz

Jeringazo clásico

Cierto, falté a la cita pero unos pequeños problemas caseros requerían de toda mi atención; lo bueno es que en HOM nunca es tarde (y más aún desde que estoy solo, jejeje)… El clásico de hoy fue obra de Panzer (y ya sabes lo que le gustaba teclear!!) así que lo mejor es darle paso, sin más, a su visión de una de las más grandes bandas de finales de los 70, principios de los 80:

Hablar de una banda como los míticos RAINBOW es hablar en singular de uno de los más encumbrados a la vez que idolotrados músicos que ha dado la escena musical de los últimos cincuenta años, Sir Ritchie Blackmore. Tras su paso por la prehistoria de nuestra familia rockera en DEEP PURPLE y sobre todo debido al inmenso Ego que atesora este personaje conseguiría dinamitar a esta gran leyenda para formar su propia banda y, como dirán algunos, explorar nuevos horizontes.

Como si se tratara de un auténtico depredador en la selva y envuelto en un halo de misticismo y de vanidades fundaría RAINBOW allá por el año 1975. A pesar de que a algunos os suene como una ardua tarea eso de fundar «tu propia banda», este (con todos mis respetos) auténtico tirano tomaría el camino más recto: coger una banda en expansión, despedir a su guitarrista para que no hubiera malos entendidos y valerse de la fama y el poder atesorado con los años para decir… esta es MI banda. En las garras de este hombre caería por aquel entonces un conjunto de buenos músicos, con un par de curiosos trabajos a sus espaldas y comandados por una de las más gloriosas voces conocidas hasta el día de hoy, la de Ronnie James Dio. Si, si, por supuesto que me refiero a los ELF.

A partir de ese momento y a pesar de innumerables cambios de formación generalmente ocasionados por desavenencias con el Amo y Señor del Universo del Arco Iris verían la luz obras que han pasado a los anales de la historia contemporánea de la música como serían, entre otros, los grandiosos «Long Live Rock´n´Roll» o «Down To Earth».

La cosa funcionaba a las mil maravillas y los éxitos se fueron sucediendo uno tras otro hasta codearse con los más grandes de la época en el Viejo Continente. Pero la ambición del Hombre de Negro no podía ni debía parar aquí. El quería más, siempre más y su mirada se posaría en un mercado casi prohibitivo para cualquier grupo europeo de aquellos años, la conquista de América.
¿Cual era el plan? Pues evidentemente la cuestión consistía en «americanizar» las composiciones y como espejo en el que mirarse surgiría una banda que dominaba por aquel entonces los territorios de Yanquilandia, los soberbios FOREIGNER. ¿Con qué medios se prepararía la invasión? Evidentemente con un buen general, el propio Blackmore, y un buen ejército formado por tres de los más lucrativos y espectaculares soldados del Hard Rock (el teclista Don Airey, el bajista y mil cosas más Roger Glover, y el maleable y poderoso Graham Bonnet a las voces). Y como guinda del pastel, un batería americano con gran desparpajo y brillante porvenir llamado Bobby Rondinelli.

El desembarco estaba preparado y a finales de 1980 la banda entraría al estudio para ensamblar su quinta obra, «Difficult To Cure». Con todo el material pregrabado y la función en marcha, se produciría un altercado, como no, entre Ritchie y su cantante que daría con los huesos de este último fuera de la banda. Comenzó la búsqueda y captura de un nuevo vocalista y tras más de un centenar de candidatos, algunos de la talla del mismísimo Ian Gillan, sería finalmente un muchachito que en esa época lideraba una banda de segunda fila llamada FANDANGO, el amigo Joe Lynn Turner, quién a contrareloj puso su pincelada para retocar uno de los temas del disco, «Freedom Fighter» y grabar las voces solista en los restantes cortes que ya estaban totalmente finiquitados, y finalmente el 19 de Enero de 1981 nacería la obra de la que hoy os hablo, «Difficult To Cure», uno de los trabajos con más gusto y personalidad que había salido al mercado hasta ese momento.

Destilando exquisitez arranca el viaje con «I Surrender» con una melodía pegadiza, tan del gusto de los gustos norteamericanos, con un trabajo vocal que con el tiempo les daría la razón a la hora de reclutar a Turner, porque si bien él mismo confesaría poco después que tuvo que cantar a lo largo de todo el disco en un tono mucho más agudo del que nunca lo había hecho, demuestra una versatilidad fuera de toda duda. Aunque pueda parecer una broma, el siguiente tema está dedicado por parte de Glover a su jefe y amigo Blackmore, «Spotlight Kid», un corte alegre y ligero en el que la combinación entre teclados y guitarras le confieren una velocidad preciosista muy de agradecer por el oyente. Mención especial ese toquecillo cíngaro hacia el final del corte que se ha convertido en todo un mito. Sencillamente, genial.

Nos ponemos ligeramente más serios con el tercer corte «No Release» dónde la guitarra explora caminos al ciento por ciento purpelianos y con un acompañamiento mucho menos festivo y alegre que los dos temas iniciales. Grandilocuente y pomposa arranca «Magic», la única canción del álbum junto a «I Surrender» que en esta ocasión no contó con la elaboración ni por parte de Blackmore ni por parte de Glover. Aquí podemos observar claramente el acercamiento que se busca hacia los sonidos más americanos de la época como los FOREIGNER o los mismisimos APRIL WINE, como dijo aquel, música sin estridencias… yo diría más bien, maravilloso AOR.

A continuación nos vemos envueltos en un tema instrumental en el cual este portento de las seis cuerdas nos demuestra no solo su infinito potencial a la hora de ejecutar una obra, sino a la vez un despliegue de sentimiento que hoy en día tanto echamos de menos algunos de los amantes de este instrumento. Arrancamos con notas de Blues para acercarnos raudos y veloces a otro tema rockerillo y vacilón «Can´t Happen Here». Sencillo a la vez que magistral y con un estribillo de esos que encandilan y que una vez escuchado sigues tarareando durante semanas.

Otra perla nos asalta con «Freedom Fighter», con un espectacular despliegue de medios por parte de toda la banda y de nuevo con unos coros cuidados hasta el más mínimo detalle. El tema más pesado, si es que se le puede denominar así teniendo en cuenta de quienes estamos hablando es este «Midtown Tunnel Vision» dónde veremos mezclados a la vez sonidos desde las profundidades de unos BLACK SABBATH con ligeras reminiscencias del Soul más superficial y con un sentimiento y una dedicación que espanta, pero de gozo.

Y para cerrar el quiosco, nada como la grandilocuencia de Beethoven. El tema que da título al disco es una libre y preciosista adaptación de Blackmore de la 9ª Sinfonía y claro, cuando a un artista con todas las letras le pones entre manos una herramienta de este calibre solo puede salir algo como esto, una joya.

¿Qué puedo decir como colofón? Sencillamente una obra de arte con mayúsculas y que debería ser de obligada escucha (sin excusas) por cualquier amante de la música, independientemente de cual sea su género preferido.

P.D.- Como pequeña anécdota, el disco se cierra con la risa de uno de los mayores cómicos de la Historia, Oliver Hardy. ¿Por qué este detalle? Habría que preguntárselo a Ritchie, por supuesto.

TRACKLIST:

01. I Surrender
02. Spotlight Kid
03. No Release
04. Magic
05. Vielleicht Das Nächste Mal (Maybe Next Time)
06. Can´t Happen Here
07. Freedom Fighter
08. Midtown Tunnel Vision
09. Difficult To Cure

FORMACION:

Joe Lynn Turner – Vocals
Ritchie Blackmore – Guitar
Don Airey – Keyboards
Roger Glover – Bass
Bobby Rondinelli – Drums

Clásico azucarado

Aquí os traigo otra entrega de aquellos clásicos que solíamos postear en la web hace ya unas lunas. Para la ocasión nuestro ex blood nos llevó de viaje hasta tierras británicas para rememorar a la banda que dió fama al genial vocalista Tony Mills, siempre contando con el permiso de sus compañeros, que el éxito no fue solo de él!! (de hecho consiguieron fichar con un sello grande para su segundo disco sin haber conseguido grandes críticas con su debut).
Aquí tenéis su texto:

Grandioso año 1987. Seguro que os sonarán discos como WHITESNAKE «1987», KING DIAMOND, «Abigail», DEF LEPPARD «Hysteria» o DOKKEN «Back For The Attack» entre otros tantos. Está claro que los 80 era una década excelente para el hard & heavy mundial. Levantabas una piedra y te salía una banda nueva, pero lo más grande de todo es que abundaba la calidad y no la morralla. Algo que desgraciadamente hoy día es más difícil ya que la gran culpa se reparte entre las descargas de Internet y las propias discográficas que se han cavado su propia tumba llegando a sacar subproductos sin sentido musical ninguno.

Siguiendo esa mirada hacia el pasado que nos ofrece este nuevo clásico semanal para Hall Of Metal, nos vamos a fijar especialmente en SHY. La banda de origen inglés tuvo como componentes originales a Tony Mills, Steve Harris, Paddy McKenna, Mark Badrick y Alan Kelly. Tocaban un hard/A.O.R. de raíces muy europeas y con un alto contenido en teclados, tal y como marcaban los cánones de la época.
La similitud más posible es con la banda noruega TNT (en la cual se halla ahora el voceras de Mills), ambas formaciones comparten un vocalista de voz aguda y que alcanza tonos altos de niveles estratosféricos, un lujazo los dos. Y no es para menos las guitarras de Steve Harris, el cual lo mismo te hace un solo ultra melódico que simplemente acompaña a la música con una perfección absoluta llena de arreglos y cambios de ritmos.
Está claro que presentando a un grupo así, la cosa creo que promete. Pues bien, SHY tienen 10 trabajos en la calle más un EP. Para los 4 primeros contaron con Mills pero en el quinto álbum éste no se quedo satisfecho con la dirección musical que se estaba tomando y puso pies en polvorosa.
Los ingleses siguieron adelante ya que se veían en plena ebullición de su carrera, por lo que contaron en sus filas con el vocalista John Ward. Pero por fortuna para sus fans, Tony regresó para realizar los dos últimos álbumes de la banda hasta la fecha, los grandiosos «Unfinished Business» y «Sunset And Vine».

Pero si de una cosa se está de acuerdo es que el mejor trabajo de SHY, y uno de los más grandes de los 80, es «Excess All Areas». Para este LP el bajista original ya no estaba y fue sustituído por Roy Stephen Davis. Incluso se contó con la producción de Neil Kernon (DOKKEN, AUTOGRAPH, FM, etc.) y una gran colaboración por parte de Don Dokken en 3 temas.

No os voy a engañar, encontraréis melodías ultra cargadas, producción pomposa y voces muy agudas. Ese será el sello de la casa y no hay mejor muestra que uno de los mejores cortes de toda la década, «Emergency». Este será el primero co-escrito con Dokken y no hay mejor elección para abrir un LP que ese teclado con reverb al máximo cuando segundos más tardes irrumpe Mills con su grandiosa voz. Pero que aún no se os caiga la baba puesto que lo mejor es el estribillo, un auténtico himno con el cual ya me he desgallitado alguna que otra vez.

Si eso no os parece lo suficientemente cojonudo, oíd «Can’t Fight The Nights», puro A.O.R. del bueno y con un solo que quita el hipo cuyo único defecto es que se hace muy breve. Más adelante «Young Heart» pone una nota un poco más popera que nada desmerece de todo el conjunto, el corte es pegadizo y cuesta quitárselo de la cabeza con una radio-fórmula muy identificable emparejada con un Steve Harris haciendo auténticas malabares.

«Just Love Me» es la balada típica ochentera por antonomasia. Nos vendrán aires EUROPE o incluso DEF LEPPARD siendo quizás demasiada pastelosa pero que dentro del contexto en la cual la oímos hace que le cojamos incluso cariño ya sea por ese teclado omnipresente o por la preciosa voz de Tony. Y cambiamos de tercio a otras dos tracks co-escritas con Don Dokken que serán «Break Down The Walls» muy a lo RATT y con un sonido de guitarra fuera de serie retumbando a puro hard rock de medio tiempo, y «Under The Fire» que viendo el nivel de su predecesora lo tenía difícil pero lo consigue gracias a la melodía principal que conduce la composición y a otro gran solo que hará las delicias de los más exigentes.

«Devil Woman» resuena a una gran influencia AC/DC en su comienzo y «Talk To Me» irrumpe en escena con un sonido de órgano de iglesia para luego llegar el propio estribillo cantado por un Mills en estado de gracia. Y así vamos a ir dejando atrás otra balada que será «When The Love Is Over» la cual considero de mucha más calidad que la primera y «Telephone» siendo otro tema marchoso y pegadizo en la línea de «Break Down The Walls».

Para finalizar la revisión al gran clásico que es «Excess All Areas», en 2001 se añadieron 3 bonus tracks para nada desmerecedoras, sobre todo «Don’t Wanna Lose Your Love» que es de los mejores temas de todo el disco con un estribillo rompedor, corte el cual se tenía que haber incorporado en un principio.

Ya tenéis un nuevo disco al que echarle el guante ya que es «relativamente» fácil encontrarlo en tiendas, y además para el 2009 están preparando un nuevo disco con Lee Small al micrófono. Ya veremos con qué nos sorprenden, esperemos que no sea tan lamentable como el último esfuerzo discográfico de TNT, banda hacia la cual se incoporó Tony Mills.

TRACKLIST

01. Emergency
02. Cant Fight The Nights
03. Young Heart
04. Just Love Me
05. Break Down The Walls
06. Under Fire
07. Devil Woman
08. Talk To Me
09. When The Love Is Over
10. Telephone
11. Run For Cover (Bonus)
12. Only You (Bonus)
13. Dont Wanna Lose Your Love (Bonus)

FORMACION

Tony Mills – Voces
Steve Harris – Guitarra
Roy Stephen Davis – Bajo
Alan Kelly – Batería
Paddy MaKenna – Teclados

El clásico

Aquí os traigo otra de nuestras entregas rescatadas de la antigua web. En esta ocasión el texto salió de mi teclado y se lo dediqué a una banda que siempre me gustó y a buen seguro que muchos ignoráis (arderéis en el infierno por ello!!). Ahí va el texto:

Hoy me he decidido por rescatar a uno de los grandes perdedores de la escena norteamericana, los míticos Y&T, aunque un poco después del disco que hoy os ofrezco sí que tuvieron cierta repercusión en cuanto a ventas (sus singles «Don’t Stop Running» de 1984 y «Summertime Girls» de 1985 fueron pelotazos y «Don’t Be Afraid Of The Dark» de 1990 también, el resto….)
Hablar de ellos es hacerlo, casi en exclusiva, de su líder Dave Meniketti. Un vocalista con un timbre de voz facilmente reconocible (un gran punto a su favor) y también excelente guitarrista, que siempre ha sabido rodearse de grandes músicos (el impresionante guitarrista Stef Burns, el batería Jimmi Degrasso…) pero al que jamás le ha sonreído la diosa fortuna como se merecía.
Comenzaron su andadura como banda en 1974 y hasta 1976 no consiguieron lanzar su debut de título homónimo. Tras él apareció «Struck Down» en 1978 y con su tercera obra «Earthshaker» (1981) consiguieron que los amantes de la buena música ya nos fijáramos en ellos y les consideráramos un grande. Es a partir de dicho álbum cuando la cosa ya iba viento en popa, apareciendo disco tan fundamentales para el hard/heavy de aquellos años como «Black Tiger» (1982), el increíble «Mean Streak» (1983), «In Rock We Trust» (1984), «Down For The Count» (1985)…. Todos álbumes imprescidibles para comprender el auge posterior del heavy rock, como se hizo llamar el «estilo» en aquellos años, y puestos a elegir, me he decantado por uno de los discos más potentes de su discografía, este «Mean Streak», editado en 1983.

Como es lógico el sonido es sencillo pero muy bien producido, con las guitarras como grandes protagonistas de su propuesta, amén de la voz de Dave, ya que ese el punto álgido de su sonoridad. Y abriendo apetito nos topamos, nada más comenzar, con una de sus andanadas más queridas por sus fans, la potente «Mean Streak» que daba título al álbum, dotada de unos riffs de los que después beberían gente como George Lynch para sus DOKKEN o Ron Keel/Marc Ferrari para sus KEEL.
Continuamos con la excelente y bastante más calmada «Straight To Your Heart», medio tiempo fuente de inspiración para gente como BATON ROUGE y mostrando esa típica sonoridad que esta gente tan bien supo cultivar. Ahhh, puede ser que también te suene parecida a los posteriores VAN HALEN de Sammy Hagar.
«Lonely Side Of Town» es otro de esos temas que pueden servir como ejemplo típico de su sonoridad, jugando como los mejores en esto de los medios tiempos melodiosos, rozando por momento la balada. Eso si, las guitarras son espectaculares, como siempre (no te pierdas ni uno de los solos de este fastuoso disco).

«Midnight In Tokyo» es una de las mejores baladas de esta gente, sencilla, popera (en algún momento puede recordar a THE POLICE) y con unas solistas que se te quedan grabadas a fuego una vez las escuchas. Y bueno, ¿qué decir de ese estribillo? Te invito a oír este corte y a ver si eres capaz de no acabar cantando con ellos.
«Breaking Away» es un tema cálido, veraniego en algún momento pero chulesco, con David dibujando una línea vocal enorme, y que puede recordar a aquellas primerizas bandas aor yankies de finales de los 70. Pido un poco de atención sobre el solo central, ¿no echáis de menos esos solos en la actualidad?
«Hang’em High» es aprovechado por la banda para pisar el acelerador y meterle un poco de buen metal al disco (como ya pasara en el primer corte). Potentes riffs, gran y conciso coro, y unas guitarras soberbias!!! Pido atención para un pasaje en este corte, en esta ocasión esa zona central en plan redoble militar y las guitarras levemente dibujando el riff principal para desembocar en otro gran y rápido solo. Que grandes estos jodidos.

«Take You To The Limit» comienza como una balada para acabar sonando al bueno de Sammy Hagar en solitario (el de los años 70/80), es decir, rockero y con mucha guitarra al aire, con la voz como mayor y mejor protagonista. «Sentimental Fool» creo que deja clara su sonoridad con solo ver el título, si, semi balada con el sabor añejo típico de aquellos años (si te gustan formaciones como KISS, TRIUMPH, APRIL WINE…), acompasada, con pocas guitarras y estribillo fácil de recordar.
Y cerrando tenemos «Down And Dirty» con voz a lo Gene Simmons muy descarada!! Incluso en lo musical este tema nos recuerda a los más cañeros KISS de su maravilloso «Creatures Of The Night» (un clásico que tengo que currarme por webos!!). Todo, todo, todo nos recuerda a los neoyorkinos (esas guitarras y sus riffs, la batería, la voz, los coros…). Parece un homenaje, por no decir otra cosa, jejeje.
Gran álbum el que nos ofrecieron los Y&T y que he rescatado por puro placer (me puse a oírlo el otro dia… y una cosa me llevó a la otra). Ahora que Meniketti ha anunciado que vuelve con nueva obra de Y&T es el momento adecuado de ir calentando motores con, por ejemplo, este gran «Mean Streak», aunque nunca es tarde para descubrir a una de las mejores bandas que ha dado el panorama hard americano.
Lo que si siento es que jamás tuvieran el éxito que se merecían y acabaran desdibujados y faltos de la chispa que sus primeras obras tenían a manos llenas. No pierdas la oportunidad de darle un repaso a su discografía, tu alma te lo agradecerá.
TRACKLIST

01. Mean Streak
02. Straight Thru The Heart
03. Lonely Side Of Town
04. Midnight In Tokyo
05. Breaking Away
06. Hang ‘Em High
07. Take You To The Limit
08. Sentimental Fool
09. Down And Dirty

FORMACIÓN

Joey Alves – Guitarra, voz
Leonard Haze – Batería, voz
Phil Kennemore – Bajo, voz
Dave Meniketti – Guitarra, voz solista

Las damas primero

Nunca fui fan de los Maiden y eso a pesar de que los colegas me bombardeaban constantemente, día a día, con las composiciones de los británicos y comentarios del tipo «cómo coño no te va a gustar la mejor banda heavy». Quizás aquel acoso mareante fuera una de las razones por las que no me entraban (siguen sin hacerlo) y yo seguía centrado a lo mío, que en aquellos primeros años metaleros era seguir a Judas y Accept sobretodo, y en terrenos más «blandos» flipar con los años ochenta de los míticos KISS (la de veces que oiría los «Lick It Up», «Animalize» y «Asylum»!!!).
Lo único que consiguieron fue que me pillara la camiseta que sacaron para el single «Stranger In A Stranger Land» (extraído del único disco que puedo soportar de ellos, precisamente el que tratamos hoy) por su increíble dibujo …y el gasto obró milagros, trayéndome algo de paz.

El texto de hoy corre a cargo de nuestro lector seventh son:

 

“Somewhere In Time”…un disco que me transporta automáticamente a los recuerdos de mi adolescencia…una época en la que iba al Simago en los recreos de las clases del instituto a, simplemente, admirar y perderme en los detalles de su portada y contraportada…para quedarme absorto, embobado.

“Somewhere In Time” fue el disco con el que descubrí a Iron Maiden y al Heavy Metal, pues fue el primer disco del estilo que escuché. Sí, cierto que comencé escuchando cosas como EUROPE, BON JOVI y el “Blow Up Your Video” de AC/DC…pero el primer disco genuinamente Heavy que escuché fue “Somewhere In Time”. Por tanto, le debo mucho. Comencé grabándome en una cinta, para rellenarla, los temas “Caught Somewhere In Time” y “Wasted Years”…pero me gustaron tanto que rápidamente sucumbí al hechizo, y me grabé rápidamente todo el disco que mi primo tenía en su casa.

La historia de este album comenzó el día que Iron Maiden terminaron su “World Slavery Tour” ’84 –’85…o puede que incluso un poco antes. Una banda agotada, extenuada, casi al borde de la destrucción, se enfrentaba al reto de editar un nuevo Lp con el propósito de evolucionar su sonido…la escena Metal estaba en completa ebullición, el panorama Glam – Hard Rock estaba repleto de grandes grupos que se lo estaban comiendo todo a nivel USA y no había que olvidar al Thrash Metal, estilo en el que jóvenes grupos con hambre de llegar muy alto como METALLICA, MEGADETH o SLAYER estaban pegando muy fuerte…por tanto, no es de extrañar que los grandes del Heavy Metal como IRON MAIDEN o JUDAS PRIEST no se quedasen quietos: tenían que editar material que fuese un paso más allá de sus obras anteriores…y de calidad, claro.

“Somewhere In Time” fue concebido como un cambio con respecto al pasado…una evolución en cuanto a sonido se refiere sobre todo, aprovechando los sintetizadores tan de moda por aquel entonces…que fueron aplicados a las guitarras, consiguiendo un sonido distinto al de los anteriores álbumes de la banda. Guitarras sintetizadas que también utilizaron JUDAS PRIEST en su exitoso “Turbo” de ese mismo año.

Es un disco curioso en muchos aspectos, a parte del ya mencionado en cuanto al cambio en el más puro sonido Maiden: ni una sola idea aportada por Bruce Dickinson, y mucho, mucho material propio de Adrian Smith, tanto música como letras, lo cual lo coronaba ya, definitivamente, como una pieza fundamental en el sistema de la banda a nivel de composición.

El álbum está estructurado a la vieja usanza, como a mí me gusta: ocho potentes temas, repartidos en cuatro por cada cara del vinilo.

El trabajo se abre con el tema que da título al disco, “Caught Somewhere In Time”, una composición de Steve Harris. Un tema típico de la banda para abrir el disco y los conciertos del “Somewhere On Tour”, a todo trapo, con el galopante bajo de Harris y con unas guitarras muy inspiradas por parte del dueto Murray/Smith, amén de un gran estribillo con Dickinson pletórico, en el que se luce especialmente. Y mención especial para la primera parte de la canción, con un excepcional fondo de teclados que arropa a la melodía principal de esas guitarras dobladas, que hace que enseguida te des cuenta de que te encuentras ante un disco de IRON MAIDEN que no es como los anteriores. Gran tema.

“Wasted Years” es la siguiente en caer, la primera del gran Smith. ¿El primer tema “comercial” de IRON MAIDEN? Puede que sí; Adrian tiene un don especial para componer temas directos y pegadizos, que no exentos de fuerza y caña. Con una gran intro de guitarra y un estribillo que engancha a la primera, qué duda cabe de que es uno de los temas estrellas de “Somewhere In Time”. Además, Adrian se luce en los coros. Grandioso.

El siguiente tema, “Sea Of Madness” es, para mí, el tema más Heavy que han grabado en toda su carrera. Sin duda. Es, además, la prueba inequívoca de lo que decía anteriormente: Adrian Smith compone temas pegadizos, pero también con caña. Este, sin duda, lo es. Y mucho.
Porque el riff de entrada del tema es matador…esa guitarra rugiendo…y de repente, entran todos los instrumentos, con un ritmo de bajo machacón a más no poder, marca de la casa.
La parte del estribillo que enlaza con el solo de guitarra de Adrian es sencillamente magistral, para mí esos segundos son lo mejor del tema.
Y llegamos al final de la primera parte del disco con “Heaven Can Wait”, otra composición de Harris. Tema también bastante largo (al igual que sus otras composiciones para este disco) y que siempre fue un fijo en sus conciertos.
Tema rápido, con una parte central en la que hay un marcado cambio de ritmo (parte en la cual la labor vocal de Dickinson es exquisita) y unos coros grandilocuentes. En “Heaven Can Wait” el bajo de Steve luce en su máximo esplendor, pareciendo ser como siempre el instrumento que “guia” a los demás.

“The Loneliness Of the Long Distance Runner” da comienzo a la segunda parte del disco. También compuesto por Steve Harris, comienza lentamente para convertirse en un tema rápido.
Se lucen aquí especialmente Bruce Dickinson en el estribillo y el dúo Murray/Smith (una vez más) con su buen hacer con sus instrumentos. La parte central de guitarras dobladas es, sencillamente, magistral. De matrícula de honor.
Un tema que, seguramente a más de uno le hubiese gustado escuchar en los conciertos de la banda.

Y entonces nos encontramos ante otra joya del disco: “Stranger In A Strange Land” es, como no, otra composición del por aquella época, tocado por los dioses Adrian Smith. Un medio tiempo bestial. Fijáos en el comienzo del tema: aplastante entrada con bajo y batería al unísono, y de repente la irrupción de las guitarras sintetizadas…un placer para nuestros oídos.
¿Y qué me decís de la parte lenta central, en la que Harris y Smith se lucen con sendos solos? Delicioso…están a otro nivel, ya no solo por virtuosismo, sino en el plano compositivo y de “feeling”.
Fuí un privilegiado por verles tocar este tema en directo en Madrid en el “Ed Hunter Tour ‘99” No creo que se repita la ocasión. De lo mejor del disco, sin duda. Y tremenda portada la del single, por cierto. No puedo dejar de mencionar este detalle.

“Deja – Vú” es una canción firmada por Murray y Harris, y de ella me encantan especialmente las guitarras dobladas cortesía de Dave y Adrian. No en vano, esas dobles guitarras siempre fueron una de las señas de identidad de la banda.  Me gusta mucho “Deja – Vú”; tema rápido, directo, pegadizo, rítmico y con un buen solo de guitarra.

Y llegamos al final con el tema más épico de todo el álbum, el magno “Alexander The Great”.
Tema compuesto íntegramente por Harris, repasa en ocho minutos y treinta y cinco segundos la vida del más grande conquistador de todos los tiempos. La letra es formidable, y el tema musicalmente hablando es una delicia, con varios cambios de ritmo y un fantástico duelo de guitarras. Es otro de los temas de la banda que a más de uno nos hubiese gustado escuchar en directo, y más en este último “Somewhere Back In Time Tour”.

Como reflexión final, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Fue “Somewhere In Time” un disco de transición? ¿Sirvió de enlace entre la época hasta el “Powerslave” con el “Seventh Son Of A Seventh Son”, disco en el cual IRON MAIDEN siguieron utilizando las guitarras sintetizadas, así como los teclados?
Yo creo que sería una gran equivocación calificarlo como disco de transición. Pero sí que fue un disco necesario y que desbrozó el terreno para lo que había de venir después, pues supuso una evolución en el sonido de la banda, sin rehusar a sus señas de identidad.

Además, las caras “b” de los singles “Wasted Years” y “Stranger In A Stranger Land” son también temas formidables, destacando sobremanera “Reach Out”, donde Adrian Smith se destapa además como un formidable cantante.

Y por supuesto, una vez más, el trabajo de Martin Birch en las labores de producción es encomiable, descomunal. Supo guiar al grupo hacia esa evolución pero sin perder la más pura esencia de una banda de la grandeza de IRON MAIDEN.

Un disco para la historia.

TRACKLIST:

01. Caught Somewhere In Time
02. Wasted Years
03. Sea Of Madness
04. Heaven Can Wait
05. The Loneliness Of The Long Distance Runner
06. Stranger In A Strange Land
07. Deja-Vu
08. Alexander The Great

FORMACIÓN:

Bruce Dickinson – Voz
Steve Harris – Bajo
Dave Murray – Guitarra
Adrian Smith – Guitarra
Nicko McBrain – Batería

Clásico vikingo

Aquí os dejo la última participación (que pude rescatar) de nuestro ex wildchild y para la ocasión nos remite a tierras suecas para hablar de una de las bandas con más solera de su panorama extremo. Aquí tienes el texto:

Una semana más estamos aquí con un clásico bien calentito para vosotros, ahora que aprieta el frío. Escoger este clásico al contrario que otros no me supuso ninguna duda, ya que vi que no había nada de este gran grupo que es HYPOCRISY. Vamos a empezar con una obligada situación en el espacio y en el tiempo. Peter Tagtren es un famoso productor conocido por muchos y también líder de un par de bandas, PAIN e HYPOCRISY. Mientras que en PAIN da rienda suelta a su imaginación e inquietudes, en HYPOCRISY su banda madre, practican un death metal que mucho ha evolucionado a lo largo de los años. Entre los discos de ésta genial banda, podemos encontrar desde death metal old school al principio, a metal extremo con samplers, sin dejar de lado canciones pegadizas y melódicas en “The Arrival” o brutales, técnicas y rápidas canciones en su último y majestuoso “Virus”.

Todo tiene cabida en la cabeza del señor Tagtren, per éste disco fue grabado hace ya muchos años, y todo empezó como un chaval superdotado musicalmente que se puso a tomar metal extremo. “Penetralia” fué su primer y genial disco, y a éste le siguió “Osculum Obscenum”, uno de los mejores discos de death metal que he escuchado en mi vida. Y es que aquí no hay sitio para las melodías ni los samplers que más adelante incluirían, pero si hay sitio para los riffs brutales, los rápidos blast-beats y los más oscuros guturales.

Cabe destacar que tanto en “Penetralia” como en éste disco, no fué Peter quien se encargó de las voces principales, sino que fue Masse Broberg, mas conocido como Emperador Magus Caligula, el vocalista actual de Dark Funeral. Peter sólo se encargaba de algunos gritos y coros. Bajo mi punto de vista, Masse está más aprovechado aquí que en Dark Funeral, aunque supongo que éso será por ser fanático de Hypocrisy.

Fue en el año 1993 cuando esta joya salió a la calle y desde entonces HYPOCRISY no ha parado de sacar grandiosos álbumes como “Abducted” o el homónimo, pero ya ninguno recuperaba ese sonido death metal de “Osculum Obscenum”. Eran diferentes, no mejores ni peores. El plástico en cuestión se abría con uno de los mejores temas de HYPOCRISY de todos los tiempos, “Pleasure Of Molestation” que empieza de una manera brutal. Siempre recordaré la primera vez que escuché el “Conquest is My Art…!” del inicio. Musicalmente hablando el álbum se compone de riffs rápidos y luego otros algo más lentos que siempre caracterizan las composiciones de Peter Tagtren. La batería y la voz está ala altura así como el bajo. Las composiciones no son muy complejas, apostando por buenos y contundentes riffs en vez de enrevesar mucho el tema. “Exclamation Of A Necrofag” y sobretodo “Osculum Obscenum” siguen manteniendo el nivel de un álbum que no lo pierde en ningún momento. Quizá el tema más flojillo bajo mi punto de vista es la quinta canción que no es sino una cover del clásico de Venom “Black Metal”. No es que sea mala, es que yo la veo más como una bonus track, pero qué más da.

La segunda mitad del disco apuesta más por riffs lentos y pesados que por la velocidad, pero es igualmente de altísima calidad. Recomiendo a todo el mundo amante del buen death metal que sino ha escuchado éste clasicazo lo escuche, y si no ha indagado en la discografía de ésta espectacular banda que lo haga, pues no creo que a ningún amante del buen metal le pase desapercibido.

TRACKLISTING

1. Pleasure of Molestation
2. Exclamation of a Necrofag
3. Osculum Obscenum
4. Necronomicon
5. Black Metal (Venom Cover)
6. Inferior Devoties
7. Infant Sacrifices
8. Attachment to the Ancestor
9. Althotas

FORMACIÓN

Masse Broberg − Vocals
Peter Tägtgren − Guitar
Michael Hedlund − Bass
Lars Szöke − Drums

El clásico de la semana

Ayer me fue imposible atender la cita semanal así que le pongo remedio ahora mismo. Para esta entrega nuestro viaje parte de Alemania aunque se desarrolla, en un primer momento, en Usa ya que fue allí donde el protagonista conoció las mieles del éxito y donde fue publicado este trabajo. El texto corrió de mi cuenta hace ya muchas lunas pero, como pasa cuando hablamos de clásicos, creo que nunca pierde vigencia. ¡Que lo disfrutes!!

Muchos consideraréis este disco quizás poco acertado el considerarlo un clásico pero me he decantado por él por el gran revuelo que se montó con su salida, además de que siempre me emociona volver a oírlo. Seguro que muchos no lo conocéis y os extrañará, tal y como está hoy el día de la música, alguna de las cosas que os voy a contar.

Lenny Wolf es un cantante alemán que, tras intentarlo sin suerte en su país con sus LENNY WOLF’S GERMANY, se mudó a Usa para ver si allí sonaba la flauta del éxito. Poco después de instalarse en aquel país conoció al guitarrista Bruce Gowdy (UNRULY CHILD, WORLD TRADE, FREDERIKSEN/PHILIPS, James Christian, Glenn Hughes…) y con él montó a los STONE FURY, una formación hard rockera que tuvo cierta repercusión con los dos discos que consiguieron grabar a mediados de los 80, «Burn Like A Star» y «Let Them Talk».
Tras aquella aventura se puso a componer nuevos temas y una vez conseguido un contrato discográfico, tocó ponerse a buscar músicos para el nuevo proyecto que tenía en mente, estos KINGDOM COME. Poco a poco fueron llegando gente como James Kottak (batería, MSG, SCORPIONS, CAGE, MONTROSE, WILD HORSES, WARRANT…), Danny Stag (guitarra), Rick Steier (guitarra, WILD HORSES, WARRANT) y Johnny B. Frank (bajo), y una vez atados todos los cabos, la banda se metió en estudio para grabar su debut «Kingdom Come»…, y con su edición, llegaron los «problemas». La prensa, casi de manera unánime, puso el grito en el cielo ante el clamoroso plagio que la banda hacía de los LED ZEPPELIN más clásicos e incluso las críticas se volvieron más feroces por parte de otros músicos, siendo el cúlmen de esta serie de ataques y descalificaciones el tema que Gary Moore compuso para su «After The War» llamado «Led Clones». En él, y con la ayuda de Ozzy Osbourne al micro, se mofaba grotescamente de ellos y de todos esos músicos que se aprovechan en exceso de lo creado por otros… En fin, yo no digo nada.

Ante este oscuro panorama el oyente hizo lo que siempre hay que hacer: escuchar y opinar. Y los números cantaron por si solos, porque consiguieron vender más de 1 millón y medio de copias de aquel debut.
Pero ¿y la banda? Pues hizo de tripas corazón, se guardó los insultos que más de uno se merecían y se lanzó a la carretera a presentar su obra, ganándose el respeto del público y consiguiendo el suficiente apoyo para lanzar un nuevo trabajo. Desgraciadamente aquel segundo disco, llamado «In Your Face», lejos de afianzarles en una buen posición, supuso el final de esta primera y exitosa etapa de la banda. Al poco tiempo se desintegró la formación y Lenny decidió que era el momento de volver a Hamburgo, su casa, para volver a pisar el suelo con los pies, alejándose de los 3 años de locura que vivió en California.
Casi de puntillas ha pasado su carrera posterior bajo KINGDOM COME a pesar de lanzar un buen número de discos, con nada menos que nueve discos de estudio, un directo y un recopilatorio de baladas. Pero ya nada fue igual y su nombre se ha desvanecido entre las brumas del negocio musical. Eso si, jamás ha tirado la toalla y sigue luchando por presentar su música, y como muestra sirva el que el artista está preparando una nueva obra que, esperemos, salga en breve (todo apunta al 2009).

Desde aquí os invito a descubrir este gran álbum llamado «Kingdom Come», y os invito sin tener en cuenta nada de lo dicho. Os daréis cuenta de que el gran sonido conseguido por la banda bebía en exceso del clásico sonido que Robert Plant/Jimmy Page crearon en los setenta, incluso de gente como los primeros WHITESNAKE, pero todo hecho con mucho respeto y una grandísima calidad, como así lo demuestran temazos como el inicial «Living Out Of Touch», la inmensa balada «What Love Can Be», la rápida «The Shuffle», «Get It On» que fue lanzado como single inicial, «Now Forever After», la exquisita y épica «Hideaway»…
Un señor discazo.

TRACKLIST

01. Living Out Of Touch
02. Pushin’ Hard
03. What Love Can Be
04. Seventeen
05. The Shuffle
06. Get It On
07. Now Forever After
08. Hideaway
09. Loving You
10. Shout It Out

FORMACIÓN

James Kottak – Batería
Rick Steier – Guitarra rítmica
Lenny Wolf – Voz
Johnny B. Frank – Bajo
Danny Stag – Guitarra solista

Mr. Dedos de goma

Al final he tenido que esperar a la noche para tener un huequecito para dedicárselo al blog. Hoy os ofrezco otro de nuestros clásicos, a manos de danyfender, y versado sobre uno de los guitarristas más espectaculares que ha dado la escena rockera. Siempre ha procurado dar algo más que notas (inolvidable cuando hizo «hablar» a su guitarra en el inicio del tema «Yankee Rose» de Dave Lee Roth), poseedor de mil y una caras cuando solea, armado de gran humor, increíble técnica e, incluso si avanzamos en su discografía, voz. Pero bueno, el turno es de dany, así que dejo que él siga:

(Por cierto, aprovecho para recomendar su VAI «Sex & Religion» de 1992 junto al increíble bajista TM Stevens, el monstruo de la batería Terry Bozzio y el, por entonces desconocido, alocado Devin Townsend a las voces)

Nacido el 6 de junio de 1960 en Long Island, Nueva York (cumplió seis años el sexto día del sexto mes de 1966, como así comentó en la introducción de su libro de transcripciones de Frank Zappa). A los 12 años, Steve es atraído por el instrumento que luego iba a ser su profesión: la guitarra. Esto hace que empiece a tomar clases con Joe Satriani, quien tenia 16 años por aquel entonces. Steve Vai conquistó el reconocimiento general trabajando para el legendario músico, productor y compositor Frank Zappa. Al principio Vai solo le hacia las transcripciones de sus partes de guitarra hasta que cumplidos sus veinte años Frank le pidió que se uniera a su banda (ndr: recordar a los lectores que la mayoría de edad en Usa es 21 años, así que imaginad los problemas que tuvo Frank para que Steve pudiera entrar en los garitos a tocar en aquellos primeros momentos).

Tras 2 años abandonó la banda de Zappa y poco después grabó su primer disco como solista, «Flex-Able», además sustituyó a Yngwie Malmsteen en 1985 como guitarra solista en ALCATRAZZ, aunque él mismo admitió más tarde no poder reemplazarle, el sueco era demasiado rápido, y aquel mismo año también toca en el disco «Album» de PUBLIC IMAGE LTD (la nueva banda del ex-cantante de SEX PISTOLS). Poco tiempo después saca su segundo disco solista «Flex-Able Leftovers» con temas grabados durante la preparación de su primer álbum pero finalmente no incluidos. Entonces se unió al antiguo front-man de VAN HALEN, David Lee Roth para grabar dos álbumes, «Eat Them And Smile» y «Skyscraper», además de una versión en español del primero titulada «Sonrisa Salvaje». En 1986 saltó a la pantalla grande apareciendo en el legendario duelo final de la película Crossroads (Cruce de caminos) del director Walter Hill donde hizo el papel del guitarrista del diablo llamado Jack Butler enfrentándose a un joven guitarrista virtuoso de la escuela de Julliard en un duelo guitarrístico, Ralph Macchio (famoso por su papel en Karate Kid). En esta película Vai interactúa interpretando su parte con Ry Cooder, que interpreta la parte de Ralph Macchio, y William Kanengiser interpretando las partes de guitarra clásica.

Posteriormente tocó para WHITESNAKE en el álbum «Slip Of The Tongue» y en 1990 grabó su tercer álbum «Passion And Warfare», obteniendo la atención mundial en su carrera como solista. Por estas fechas gana un Grammy por su participación en el disco tributo a Zappa «Zappa’s Universe». En 1991 participa junto a Joe Satriani, entre otros, en el concierto Leyendas de la Guitarra organizado con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Sevilla 1992 (Expo´92).

Disco para heavies y no heavies, para guitarristas y no guitarristas, un disco que suele gustar a todo aquel que lo escucha, con temas asequibles, no demasiado complicados para ser digeridos por un oyente medio (cosa que se agradece al ser un trabajo instrumental). Steve Vai se rodea aquí de grandes músicos para llevar a cabo su misión. Voy a dejarme de tecnicismos y palabrería especializada en el mundo de la guitarra, no quiero que el lector deje de leer este texto por aburrimiento o falta de comprensión, me limitaré as destacar los mejores temas y más comerciales, a mi gusto, como “Liberty”, un tema aparentemente sencillo, con una melodía principal asequible y muy pegadiza.

“The Audience Is Listening” tiene una parte cómica que se refleja al 100% en su clip, con una parte final apoteósica, al igual que “I Would Love To”, no dejeis de ver estos dos videos en youtube y entenderéis un poco mejor lo que pasa por la cabeza del señor Vai. No podía faltar la joya de la corona, “For The Love Of God”, el sentimiento hecho canción. Todo guitarrista que esté aprendiendo y que quiera llegar a tocar algo más que “Smoke On The Water” o “Highway To Hell”, tarde o temprano intentará chapurrear las notas iniciales de este enorme tema. Ver a este hombre en directo es una de las cosas más alucinantes que he visto en mis 30 años. Me hubiera gustado verle en esa época, o solo o con WHITESNAKE, con esa estética rompedora y esos aires de místico de la guitarra absolutamente bien conseguidos, aunque no me puedo quejar ya que lo pude ver con Tony Macalpine y Billy Sheehan.

Sin meterme más a fondo en los temas, por los motivos que he dado antes, recomiendo encarecidamente que el que no haya escuchado este disco lo haga lo antes posible, no bajéis el disco de internet, esta joya está en serie media en cualquier tienda de discos y no os va a salir por más de 7 euros, una compra obligada lo suficiente barata para lo que el cd contiene, y atentos a la portada y sus detalles. Un disco de cabecera universal, te guste el estilo de música que te guste.

TRACKLIST:

1. Liberty
2. Erotic nightmares
3. The animal
4. Answers
5. The riddle
6. Ballerina 12/24
7. For the Love of God
8. The audience is listening
9. I would love to
10. Blue powder
11. Greasy kid’s stuff
12. Alien water kiss
13. Sisters
14. Love secrets

FORMACIÓN:

Steve Vai – Guitarra
Chris Frazier – Batería
Stuart Hamm – Bajo
Dave Rosenthal – Teclados
Tris Imboden – Batería
Bob Harris – Teclado
Pía Vai – Teclados

Clásico hispano

Con un pelín de retraso aquí os traigo otro rescatado clásico y para la ocasión nuestro ex stryper_maniac nos llevaba hasta Granada para conocer a una de las más ilustres bandas metaleras de la ciudad. Aquí su texto:

Oleadas de metal. Movimientos musicales formados por un número elevado de formaciones que practican estilos de música iguales o muy similares entre sí. Se genera una auténtica fiebre en la zona / país que los acoge, hasta el punto de sepultarlo todo bajo sus fauces. NWOBHM en Inglaterra en los años 80’, thrash metal en América del Norte o Alemania, black metal en Noruega y Escandinavia a principios de los 90’… Todas ellas tuvieron como protagonistas a inconformistas, cabezas pensantes que en un momento dado optaron por desmarcarse y por crear algo distinto, o llevarlo más lejos. Lo hicieron MAYHEM, por ejemplo, a principios de los 90’, llevando al extremo las bases del death metal con melodías oscuras y letras inspiradas en la mitología escandinava o el satanismo popularizado por Anton LaVey en su biblia satánica. Su “De Misteriis dom Sathanas”, del que ya se elaboró su correspondiente clásico semanal meses atrás en esta misma sección, significó un precedente de excepción para las cientos de bandas de jóvenes exaltados que años más tarde formaran sus propios grupos y dieran sentido con su música y actos a todo un hito dentro del metal y la música en general como fue el black metal noruego, del que se han escrito incluso libros. Cada una de las oleadas que hoy se conocen mundialmente es un ejemplo de triunfo, de cómo empezando desde 0 y haciendo las cosas bien, se puede escribir una página de oro en la historia de este arte que es la música… O incluso un libro entero. Pero no todas las tentativas de crear escuela tienen éxito…

Octubre de 1990. Miguel Robles (batería), Paco Clemót (guitarra), Juan Miguel (bajo) y Miguel Hernández (guitarra y voz), se unen para formar una nueva banda de metal. Nombres como CEREBRAL CORROSION, BEHEMOTH (los granadinos, no los polacos), GRAVITER, DETRASH, HORMIGÓN, REBORN o PERPETUAL ya contribuían por aquel entonces al engrandecimiento de un movimiento que desde los inicios de la nueva década y extendiéndose a lo largo de su primer lustro, se situara muy probablemente en la cima del metal extremo en España. La provincia de Granada les vio nacer y, bajo el nombre de CANKER y en el año citado, se agruparía este combo procedente de diversas agrupaciones musicales de la zona para dar forma y tributar a su manera a los más grandes del metal extremo en general, y a los mitos de un sebgénero relativamente nuevo por aquellos años como era el death metal, de forma más generalista.

“Canker”, grabado en la localidad-fetiche de Peligros con los hermanos Sánchez, fue la antesala de un proyecto que terminaría por adquirir unas dimensiones inimaginables para sus formadores. Cerca de 2000 copias vendidas de una cinta-demo de 5 temas eran un buen presagio. Cambios en su formación, conciertos por Granada y Andalucía, títulos en concursos tan prestigiosos como el Villa de Bilbao o conciertos como el que dieron junto a SU TA GAR y THE GUN en el Pabellón la Casilla de Bilbao son hechos históricos relevantes, determinantes a la hora de entender la suerte que los chicos de una ilusionada formación como era y es CANKER, corrieron a la postre. Y es precisamente a partir de aquel concierto en Bilbao cuando reciben el fruto de su esfuerzo, trabajo y dedicación. Tras el concierto, la prestigiosa compañía Romiral D les ofrece un contrato discográfico.

En Junio de 1993 CANKER, con algunos cambios en su formación pero con la misma ilusión y calidad que siempre, se encierran en el estudio para, casi a contrarreloj, dar forma a los 10 temas que más tarde formarían “Physical”, el que les sirviera como disco debut carta de presentación perfecta. El beneficio que conciertos anteriores les había reportado bien les sirvió para pagar los servicio de gente muy importante en el mundo del metal extremo en el viejo continente. Así, la producción de Colin Richardson (BOLT THROWER, ENTOMBED, NAPALM DEATH, FEAR FACTORY, MACHINE HEAD) y las mezclas de Thomas Scorberg en los Sun Light de Estocolmo (Suecia), fueron utilizadas como reclamos a la hora de vender las más de 6000 copias que a los 6 meses de su edición ya habían volado. Momentos de ensueño, de felicidad y de tocar el cielo con sus propias manos fueron los que se produjeron cuando, tras editar “Physical”, volvían después de varias veces a la mítica sala Canciller de Madrid para telonear a la leyenda del death metal DEATH. Y allí estaban CANKER, en la cresta del metal extremo en España, codeándose con unos DEATH que ya creaban escuela por todo el mundo con su recién estrenado “Symbolic” y recibiendo personalmente las felicitaciones de Chuck “Evil” en pleno camerino. La cosa no podía ir mejor.

En realidad su historia es una relación directa de calidad y merecimiento. Si bien CANKER contaron desde sus inicios con unas ganas e ilusión desbordantes, nada de lo que hasta ese momento lograron hubiera sido posible sin la calidad y técnica que cada uno de sus integrantes atesoraba. En términos más actuales, bien podría decirse que los death metaleros eran en realidad una “all star band”, como hoy puedan serlo gente como BLOODBATH… pero desde Granada y con la modestia por bandera.

“Physical” es el mejor disco de metal extremo que se ha hecho en España. Hago esta afirmación a sabiendas y llevándome por delante grandes obras como las tres que editaron los barceloneses LEGIÓN, las dos que materializaron los también catalanes FUCK OFF o muchas otras. Pero la realidad es que, pese a que CANKER no llegaran tan alto probablemente como lo hiciera cualquiera de las formaciones antes citadas, es justo y necesario reconocerles lo que por derecho les pertenece. Su calidad y técnica transportadas a la partitura y su manera de combinar riffs cambiantes y bases destructoras con solos de auténtico vértigo, bien podían compararse e incluso superar a las de la élite del death metal y el extremo de cualquier punto de América o Europa. La escena en el sur de España quizá no era tan masiva ni tan rica como la de Florida en EEUU u Holanda en Europa, elemento que a la postre quizá sea el que mande para arriba o para abajo a una formación, pero no cabe duda de que, a juzgar por lo oído, la música e ideas estaban cuanto menos al mismo nivel.

Un total de 9 canciones, alguna ya incluida dentro de “Canker”, aquella demo, con 45 minutos de duración y 0 concesiones. Se inicia con una intro que ambienta con aires de misterio. Después, “Inquisition” azota con brutalidad pero con orden y sentido. Death metal de vieja escuela y tempo no excesivamente elevado. Guturales deliciosos, riffs originales, armonías que dejan la boca abierta y solos con una ejecución digna del propio Chuck “Evil”. “Opus Death” es una de las viejas y más conocidas del grupo. Con aires thrash y reminiscencias suecas es a buen seguro de lo mejor del disco.

“Obliteration” es un tema largo con un inicio instrumental en el que destaca un solo no especialmente largo pero con un sentimiento y un feeling asombroso. El tema estalla después en una patada en las pelotas de proporciones bíblicas, con un estribillo además con ecos y con unas trazas muy oscuras. “Big Shit” por su parte es una canción muy corta pero intensa. Bases rapidísimas y gritos que recuerdan a unos viejos UNLEASHED son inherentes al corte. Después “Canker”, la homónima, muy parecida en cuanto a esquema a “Inquisition” pero con mayor propensión al directo por sus partes de riffs combinados parte-cuellos del inicio.

“Dark Destiny” tiene un trabajo de guitarras enmudecedor. Solos, armónicos, riffs… una auténtica orgía de buen metal que todo el mundo debería haber oído. Encarando la recta final del disco, “Torture” es death metal en esencia pura, nuevamente con una trabajo de instrumentación excelente. Sin embargo, la palma se la lleva “Physical”, la canción que bien merecidamente da nombre a un disco cuya guinda no podría ser más dulce. Con una duración de 10:36 minutos, la canción reúne todos los elementos característicos de cada uno de los temas, los reúne y los eleva a la 1000. Calidad, técnica, sentimiento… CANKER dejan de un lado el tópico y el esquema típico y predecible para cerrar los ojos y plasmar sobre el papel cuantas ideas se ven capaces de realizar, sin importar su complejidad o su naturaleza. Inicio magistral a la guitarra, cera de la buena después más de lo mismo al final hacen de este sin lugar a dudas el mejor corte del disco y una de las obras maestras con mayúsculas que se han hecho en este país.

Tras saborear las mieles del éxito y recibir las mejores críticas posibles de la mano de una prensa especializada en la que aparecieron en multitud de ocasiones en artículos, entrevistas o crónicas de conciertos, después incluso de salir a Europa (Francia, concretamente), llegan las vacas flacas para el grupo. Su manager empieza poco a poco a desvincularle da la banda que él mismo proyectara, hasta el punto de cerrar conciertos muy esporádicamente. Su trabajo, prácticamente inexistente, hizo que, entre otras cosas, su segundo disco de nombre “Exquisites Tenderness” apenas tuviese promoción, y que por extensión la mayoría de personas ni se percatasen de su existencia. Fue un buen disco, una evolución lógica de un “Physical” prácticamente insuperable, un LP que debió consagrarles pero que, dramáticamente, terminó por enterrarles. Tras los infructuosos intentos de los granadinos por hacer llegar su segunda obra a todo el mundo, en 1997 y tras la edición de su segundo disco CANKER pierden la ilusión que les había guiado desde sus inicios y se separan…

Tras una exitosa etapa como teclista para AZRAEL, banda que junto a CANKER mejor representaba el espíritu del metal en el sur de Andalucía, Miguel Hernández decide reactivar su vieja banda en el 2002, con energía y fuerzas renovadas. En este punto es en el que necesitan todo el apoyo y cariño del mundo ya que, mucho de eso hará falta para que los que antaño dominaran el panorama extremo en nuestro país, con el respeto y la admiración de los fans incluidos, recuperen el trono que la falta de profesionalidad y compromiso de un impresentable les arrebataron. El 21 de Noviembre estarán en la que será la última edición del Panollo Rock en la Sala Salatal de Villarreal. Quizá sea ese el comienzo de una nueva juventud para ellos… Todo un clásico brillante dentro del panorama extremo español.

TRACKLIST:
Intro
Inquisition
Opus Death
Obliteration
Big Shit
Canker
Dark Destiny
Torture
Physical
FORMACIÓN:

Miguel Hernández – voz y guitarra
Juan Miguel Lozano – bajo y voces
Ramón Astorga – guitarra y voces
Miguel Robles – batería

El diamante irlandés

Después de clásicos ofrecidos por lectores vuelve Panzer con otro de sus interesantes textos. Para la ocasión nos invitaba a seguirle entre la bruma, cerveza en mano, para visitar Irlanda y conocer a uno de los grandes iconos rockeros de aquellas húmedas tierras.
La formación protagonista del retroclásico nació en 1969, en Dublín, cuando Phil y Brian (los miembros fundadores) aún estaban en la escuela. A partir de ahí, la actividad de esta joven formación fue tan frenética que en los 16 años de historia sacaron 12 discos de estudio, 16 recopilaciones, 2 directos y más de 30 singles/ep. Desgraciadamente los abusos de drogas y alcohol llevaron a situaciones insostenibles en sus filas (arrestos por peleas, perderse conciertos por las malas condiciones físicas, comas etílicos, sobredosis, constante baile de músicos…) y el final de la banda llegaba en 1985 aunque Phil ya había comenzado una carrera en solitario (además de otra banda llamada GRAND SLAM) un poco antes.
La fatalidad estaba a la vuelta de la esquina y el 4 de enero de 1986 Phil cerraba definitivamente los ojos tras graves problemas de salud complicados (o a causa de) por su adicción a las drogas.

Sin más dilación, aquí el texto original:

Hoy nos complace presentaros a todos otra de esas maravillosas bandas que han escrito su nombre con letras de oro en la Historia del Rock`n`Roll, y me refiero ni más ni menos que a los THIN LIZZY. Este reconocimiento no les vendrá únicamente por el par de centenares de magníficas canciones que nos dejarían para el recuerdo, sino que además por ser uno de los grupos más innovadores en muchos aspectos, como por ejemplo en ser pioneros en el uso de dos guitarristas o en haberse convertido en una auténtica cantera de talentos que pasarían con los años a engrosar las filas de innumerables bandas de renombre mundial como GARY MOORE, WHITESNAKE, MOTORHEAD, BLUE MURDER o los mismísimos 21 GUNS.

Pero hablar de THIN LIZZY es hablar de su alma y fundador Phil Lynott. Compositor, cantante, bajista y letrista, supo aunar a su alrededor a un elenco de músicos noveles con hambre de gloria que sabrían darle a la banda esa energía que les llevaría a la cumbre a lo largo de los años setenta y principios de los ochenta con auténticas obras de arte como “Chinatown”, “Black Rose”, “Renegade” o “Jailbreak”. Finalmente una de las más terroríficas plagas de los dos últimos siglos acabarían con el hombre, pero nunca con el mito que supuso para la historia de la música este mestizo de sangre brasileña e irlandesa, de cuyo mestizaje supo sacar el mayor provecho en beneficio del arte.

Podría haber escogido cualquiera de sus discos para reseñarlo en esta sección de “Clásicos de HoM”, pero por muchos motivos me he decidido por “Thunder & Lightning”. Entre dichos motivos, a parte de mis preferencias personales, quiero llamar la atención sobre la intemporalidad de las composiciones que forman este disco, por un trabajo coral como pocos han sabido elaborar, y por una veteranía y una calidad a raudales que inunda los nueve cortes de principio a fin, sin el más mínimo relleno.

Entre rayos y truenos abre la sesión “Thunder & Lightning”, que a la postre le daría título al disco. Un tema duro para lo que nos tienen acostumbrados los LIZZY hasta este momento a lo largo de su discografía y con un trabajo soberbio a cargo tanto de teclados y de guitarra como de una fulgurante voz de Lynott, más cercana a estilos mucho más rápidos y veloces. Otro punto a favor es que no nos quedaremos insatisfechos con un único solo de guitarra, sino que incluso disfrutaremos de una segunda cabalgada de mástil a cargo de un Gorham bestial.

Continuamos con “This Is The One”, más pesada y machacona, pero siempre envuelta en esa neblina de suma calidad compositiva y con un duelo de guitarras digno del mayor de los elogios. Y si a alguno de vosotros le sobran cinco minutitos y quiere echarle una visual a la letra de este tema, comprenderá el por qué a Lynott se le considera uno de los magos de la lírica de todos los tiempos. Sublime.

Nos ponemos más intimistas con “The Sun Goes Down”, un medio tiempo con una sensibilidad que al menos a mí, me hace poner los pelos como escarpias. Y de nuevo otro solo que no dejará a nadie indiferente, por técnica, ejecución y sobre todo, algo tan en desuso hoy en día, feeling, porque tocar con velocidad es ciertamente complicado, pero hacerlo con sentimiento lo es mucho más (animo a cualquiera que desee aventurarse en esto de darle a las seis cuerdas que le preste especial atención al escaso minuto con el que nos deleita John Sykes. Sencillamente, alucinante).

Cabalgan los sonidos de una bajo para darle la bienvenida a “The Holy War”. En esa época hablar de “guerra santa” en un territorio como Belfast suscitó mucha literatura en medio mundo, pero a pesar de todo los LIZZY tuvieron el atrevimiento de usar esta pequeña joya como estandarte en forma de single, aunque en las democráticas Islas Británicas nunca se permitió su publicación. De nuevo otra maravilla innovadora nos la encontramos hacia el final del tema en forma de una batallita coral entre Lynott, la banda y una invitada desconocida que hacen que un buen tema se convierta en toda una genialidad.

Nos ponemos las gafas oscuras, la gabardina y nos vemos envueltos en una de espias… jajaja… y me refiero a “Cold Sweat”, el quinto corte del álbum, un trallazo envuelto con esa atmósfera de “guerra fría” y en la que Phil nos anima a “correr con la pasta aunque un frio sudor nos corra por la nuca”. Para que después muchos digan que solo sabemos hablar siempre de lo mismo. Tres minutos de brutal originalidad y de una ejecución, otra vez, perfecta.

Si hace poco os comentaba de la polémica suscitada con “The Holy War”, el siguiente tema no se va a quedar a la zaga, ya que habla de una mujer maltratada que tal vez algún día decida con devolver los golpes, “Someday She Is Going To Hit Back”. Un tema ágil y rápido, con una labor de nuevo elegante por parte de todos los músicos, sobre todo de un Wharton a los teclados y sin la mínima concesión de cara a la galería.

Uno de los buques insignia y probablemente de lo más conocido de THIN LIZZY son los dos siguientes cortes, la explosiva y enérgica “Baby Please Don´t Go” y la más divertida y juguetona “Bad Habits”. Y para cerrar por hoy, “Heart Attack”. Un emblemático corte donde se aúnan todas las cualidades de uno de los grupos más laureados y queridos de la escena del Hard, los THIN LIZZY. Líricas actuales, brillantez de conceptos y estructura compositiva, una ejecución sin el mínimo titubeo.

Para concluir solo deciros una cosa, desde aquí mi más ferviente admiración por una de las bandas más exquisitas con las que me he tropezado en mi vida y mi esperanza de que nunca nadie más vuelva a ser víctima de esa plaga de la que os he hablado hace unas líneas y que nos privó a todos de uno de los mayores genios de la música contemporánea, Phil Lynott. El hombre se fue, pero aquí nos queda su obra, disfrutadla.

TRACKLIST:

01. Thunder And Lightning
02. This Is The One
03. The Sun Goes Down
04. The Holy War
05. Cold Sweat
06. Someday She’s Going To Hit Back
07. Baby Please Don’t Go
08. Bad Habits
09. Heart Attack

FORMACIÓN:

Phil Lynott – Vocals & Bass
John Sykes – Guitars
Scott Gorham – Guitars
Brian Downey – Drums
Darren Wharton – Keyboards

Una delicatessen

Nuevo clásico el que os acerco y la banda protagonista es de las que dejaron huella en el oyente. Los dos artífices de esta genial formación son hermanos (el fallecido Chris y Jon) y comenzaron sus carreras por separado aunque aquello duró poco y en 1978 decidían unir fuerzas bajo el nombre de AVATAR, nombre con el que continuaron hasta 1983 cuando se vieron obligados a cambiarlo por haber otra banda llamada igual. A partir de ahí, primero con paso lento, comenzaron a forjarse un nombre desde su Tampa natal (el hogar de muchas bandas death) y lanzaron un par de discos con un pequeño sello que consiguieron llamar la atención de un gigante como Atlantic Records. Sin duda el contar con mejores medios y un canal de distribución enorme ayudó lo suyo, con lo que la banda se dispuso a conquistar nuevos terrenos primero con su «Power Of The Night» de 1985 y con «Fight For The Rock» en 1986, dos buenos discos que prepararon la alfombra para lo que vendría después… comenzando con el clásico de hoy.
Aquí os dejo el texto obra de uno de nuestros lectores (Yeyo):

SAVATAGE. Siempre que pienso en el nombre de esta banda me viene a la cabeza una palabra: elegancia. La música que hacía SAVATAGE no se puede explicar con palabras, era un grupo “distinto”. Se caracterizaban por tener algo que otros grupos no tenían: mucha clase, demasiada clase, una forma de ver el heavy metal muy distinta a la de otras bandas. SAVATAGE ha sido, es y será por siempre un grupo que te puede gustar más o menos, pero lo que no se puede poner en duda es la calidad que rebosaban estos tíos.

Corría el año 1987. Un año próspero para el metal, muchas de las grandes bandas del momento había sacado disco (BLACK SABBATH, JUDAS PRIEST, MOTORHEAD, etc.) y una banda, no demasiado conocida por aquel entonces saca un disco llamado “Hall of the Mountain King”, la banda que lo publicaba era SAVATAGE. Esta banda había sacado anteriormente otros cuatro discos de estudio, de buena calidad (en especial el primero, “Sirens”), pero no tenían la fama de Judas o Maiden. A partir de este año SAVATAGE no sería para nada una banda desconocida.

Este álbum representa un asentamiento en las bases musicales de lo que la banda había estado haciendo discos atrás. Un heavy metal clásico con un toque progresivo y con el estilo exquisito que le da SAVATAGE a su música. Este disco será recordado por siempre como el álbum que definió lo que seria su música a partir de entonces.

Pero vayamos ya a analizar los temas uno por uno. El disco empieza con “24 Hours Ago”, un tema muy heavy con buenísimos rasgueos de guitarra y un gran Jon Oliva con uno de sus registros mas heavys y mas crudos, nada que ver con otros temas en los que utiliza una voz mas dulce, temazo 100% heavy metal. En contraste el segundo tema, “Beyond The Doors Of The Dark” empieza de forma aparentemente tranquila, pero no es asi, es un tema muy rapido donde de nuevo Jon es el protagonista con su grandísima forma de cantar, además de unos grandes trabajos de guitarra a cargo del difunto Criss Oliva. A continuación encontramos “Legions”, que empieza con un gran trabajo de bajo y guitarra y donde lo mas destacable de nuevo es el excelente trabajo de Criss Oliva. Un tema quizá no tan rápido como los anteriores, pero totalmente heavymetalero con grandísimos solos de guitarra que ponen los pelos de punta. Luego llega “Strange Wings”, tambien iniciada con un buen punteo y con un Jon Oliva que nos muestra ahora su voz menos cruda. Un tema muy melódico y con cierto aire hardrockero. Grandísimo tema.

El quinto tema del álbum, “Prelude To Madness”, es un tema instrumental donde el virtuosismo de Criss Oliva, unos arreglos orquestarles y una excelente atmósfera son los principales factores. De forma seguida llega el tema que da titulo al disco, “Hall of the Mountain King”, en el que Jon Oliva hace su mejor trabajo del disco con sus contrastes de voz. Ademas este tema es un buen ejemplo de lo que serían los próximos álbumes de la banda. “The Price You Pay” es el siguiente corte, un gran tema con tintes mas melódicos y de nuevo con un gran Jon a las voces. A continuación encontramos “White Witch”, un tema rapidísimo con un estribillo bastante pegadizo y 100% heavy. Muy grande la guitarra en este temazo. “Last Dawn” es un pequeño interludio de poco mas de un minuto totalmente instrumental que sirve para introducirnos en el ultimo tema: “Devastation”, una cancion donde la simbiosis entre los hermanos Oliva es perfecta. Un tema buenísimo para cerrar un discazo como este.

No diré que es mi favorito de la banda, pues quedarse con un solo disco de este grupazo es imposible. Pero si diré que es quizá el disco más importante (o al menos uno de ellos) de SAVATAGE, a partir de aquí el heavy metal y el metal progresivo cambiarían mucho.

Esta crítica va dirigida al recuerdo de Criss Oliva, que hace poco se cumplieron 15 años de su muerte. Solo espero que algún día vuelvan.
TRACKLIST:

01. 24 hours ago
02. Beyond the doors of the dark
03. Legions
04. Strange wings
05. Prelude to madness
06. Hall of the mountain king
07. The price you pay
08. White witch
09. Last dawn (Instrumental)
10. Devastation

FORMACIÓN:

Jon Oliva – Voz
Criss Oliva – Guitarra
Johnny Lee Middleton – Bajo
Steve Wacholz – Batería
Robert Kinkel – Teclados

Nuevo clásico desempolvado

Aun quedan clásicos rescatados de la anterior web, así que me estoy tomando con calma la nueva ración metalera que os ofreceré cuando haya finalizado de colgar los viejos (os adelanto que tengo dos encima de la mesa). Eso será en un futuro próximo, hoy toca traer un clásico de una colaboradora extrema que, desgraciadamente, duró poco en la web. Ella era Hekate y su clásico elegido para debutar en la sección fue una banda finlandesa dedicada al satanismo y lo oscuro. Aquí su texto:

Cierto es que el Black Metal nació en Noruega, de la mano de las legendarias bandas del llamado Inner Circle. Comenzaron sus carreras a finales de los 80s, pero sus mejores álbumes no llegarían hasta los 90s. Mientras tanto, antes de que MAYHEM y DARKTHRONE sacaran al mercado sus obras maestras, surgió la primera hornada Black Metal en Finlandia, de la mano de los veloces IMPALED NAZARENE, los ya desaparecidos BEHERIT y los sinfónicos GLOOMY GRIM. A estos hay que sumarles a BARATHRUM, una increíble banda que mezcla Black Metal crudo, pero bien producido, con riffs propios del Doom. Todas estas bandas finesas se crearon en el invierno de 1990, justo cuando los creadores del Black Metal aún le daban forma al estilo que es, para la persona que escribe estas líneas, el más grande que hay dentro del Metal y de la música en general.

Formados por el cantante Janne “Demonos” Sova, BARATHRUM han sacado grandes discos muy apreciados en la escena Black mundial, y además pueden presumir de una carrera ejemplar, manteniendo una buena línea en todos sus lanzamientos. La verdad, toda su discografía se podría calificar de sobresaliente, no habiendo lugar para discos mediocres. Pero también es cierto que tan solo dos de sus ocho discos han pasado a la lista de los mejores del Black Metal: “Legions of Perkele” (1998), y “Saatana” (1999). Ambos han hecho de BARATHRUM una de las bandas más originales, auténticas y legendarias del Black Metal.

El disco que nos ocupa está respaldado por un sobresaliente apartado visual, con una portada bien elaborada y en concordancia con la temática del álbum, además de un libreto de calidad notable, con unas fotos de lo más interesantes. Para que vean que cuando alguien trabaja duro para un disco, incluso para lo externo, al final recibe recompensa. Pero si el apartado externo ya de por sí es bueno, no digamos del contenido musical del disco. Las peculiares voces de Demonos quien, dicho sea de paso, nunca ha sido un gran cantante que destaque por su potencia, pero ha sabido aprovechar sus limitaciones usando una técnica muy personal que le distingue del resto de vocalistas del género, aparecen acompañadas por los riffs mitad Black, mitad Doom que caracterizan a los fineses. El bajo, instrumento considerado como “secundario” por la mayoría, toma una gran importancia en sus composiciones. El inicio del propio tema-título, “Saatana”, comienza con un solo de bajo durante el cual las guitarras tienen asignado un rol más rítmico. Para rematar la jugada, unas guitarras ejecutadas con una técnica más que correcta (en ocasiones se permiten ciertos guiños experimentales usando ciertas distorsiones, como mitad del tema que acabo de mencionar), y un batería que cumple con su papel y no decepciona.

Los temas son variados y generalmente, cortos. El disco inicia con una pequeña intro, para continuar con”Dark Sorceress II (Winter Siege)”, uno de los mejores temas de la carrera de BARATHRUM. Le siguen “Boundless Arts” y “Beltane”, temas más rápidos y directos, pero igual de intensos. Lo mismo ocurre con el increíble “Helluva Agitator”, mi tema preferido (y miren ustedes que es difícil tener un favorito entre tanta genialidad), que sabe fusionar brevedad con la suficiente intensidad como para que no nos quedemos con ganas de más. Después, una pequeña pausa con “Melancholy, Infinity, Agony”, un tema de corte oscuro, con música que roza lo ambiental y unas voces más incorpóreas, donde Sova olvida ese estilo tan directo y explora otros terrenos vocales. Tras esto, el disco prosigue con “Regent of Damnation”, un tema pegadizo que nunca falta en sus conciertos. “Countess Erszebeth Nadasdy” y “Sacrilegium” preceden a “Saatana”, el tema más variado del álbum y de toda la carrera de la banda en general. Podría dividir el tema en dos partes: una más rápida y rítmica, más Black; y otra más lenta y oscura, donde hacen más hincapié en su faceta Doom.

En definitiva, y para acabar, decirles que escuchen este gran clásico del Black Metal finés y que indaguen un poco en la carrera de esta banda, que seguro que no les decepciona. Yo llevo siendo fiel a ellos, como una de sus mayores fans (no les engaño, tengo su discografía íntegra y he asistido a numerosos directos) y la verdad es que aún no me han decepcionado.
TRACKLIST:

01. Intro
02. Dark Sorceress II (Winter Siege)
03. Boundless Arts
04. Beltane
05. Helluva Agitator
06. Melancholy, Infinity, Agony
07. Regent of Damnation
08. Countess Erszebeth Nadasdy
09. Sacrilegium
10. Saatana

FORMACIÓN:

Janne “Demonos” Sova – voz
Raakalainen – guitarra
Antti Pekka Karppinen – guitarra
Nuklear Tormentörr – bajo
Agathon Frosteus – batería

Devorando la manzana del pecado

Ahora que tienes un poco más de tiempo libre (suerte la tuya), te dejo otro de esos CLÁSICOS con mayúsculas que han quedado para la historia, escrito por drourecito. Curiosamente el álbum tiene tres títulos (según la zona donde fue lanzado) y tres listado de temas, a saber: en Usa se le conoce como «Whitesnake», en Europa como «1987» y en Japón como «Serpens Albus».
Como en un próximo clásico ya contaré alguna anécdota que tiene que ver con esta banda/obra, diré que tras varios cambios de formación y problemas de salud, David Coverdale quiso fijarse más en el mercado americano y decidió dar un pequeño vuelco a su sonido. Un movimiento que le llenó los bolsillos de dinero, incluso hasta le proporcionó una nueva esposa (la pelirroja protagonista de varios de sus videos terminó cazando al británico), y que quedó como la gran obra de la banda, jamás superado (ni de lejos). Aquí va el texto:

Corría el año 1987 y grupos como EUROPE o MOTLEY CRUE reventaban los charts de medio mundo con sus éxitos de Hard Rock melódico. El Rock convencional había pasado a mejor vida en cuanto a ventas y la opción era unirse a la corriente o desaparecer (algunos aguantaron y más tarde recogieron sus frutos, pero fueron muchas las bandas que desaparecieron en la segunda mitad de los años 80). David Coverdale eligió reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos, dejó atrás el Hard Rock con toques de Blues de antaño y se lanzó a hacer un Hard Rock mucho más melódico y comercial. Lo que uno jamás espera cuando un artista cambia de estilo es que nos regale una de las mayores obras jamás creadas en el y un disco que es considerado como el mejor de la banda por la mayor parte de los fans. Evidentemente, estamos hablando de «1987», el disco que cambió para siempre la trayectoria de WHITESNAKE. 

La entrada de John Sykes en la banda en 1984 realmente había rejuvenecido el espíritu de la banda y ya en «Slide it In» se podían intuir muchas de las cosas que nos deparaba este maravilloso «1987» siendo para muchos críticos y fans (entre los que me incluyo) el auténtico punto de inflexión en la carrera de la banda. Sin más dilación, veamos que nos depara el album.

El disco se abría con una de las mejores canciones de la historia de la banda, el magnífico «Still Of The Night», ochentera a más no poder, con unas guitarras potentísimas y un riff de los que se queda a la primera escucha acompañados por la melódica y menos desgarrada que de costumbre voz del señor Coverdale. No se puede decir mucho más de un tema que seguro que todos hemos disfrutado en innumerables ocasiones. «Bad Boys» es un trallazo hardrockero con melodía a raudales, un gran riff y sobre todas las cosas, uno de los mejores estribillos que Coverdale haya escrito en su carrera. A día de hoy sigue en los set list de WHITESNAKE con todo el merecimiento del mundo.

«Gimme All Your Love Tonight» era a buen seguro el tipo de canción que Coverdale tenía en mente cuando se propuso cambiar de estilo. Rápida, con un gran riff, y por qué no decirlo, muy comercial. No en vano fue uno de los singles del disco y por supuesto destrozó las listas de ventas de singles en su día. «Cryin’ In The Rain» es una versión del blues que la banda ya publicara en el «Saints And Sinners» del año 1982, y aunque seguía siendo Blues, el tema perdió toda su esencia en la regrabación hasta convertirse en una auténtica parodia del original. Es con mucho la peor regrabación de este disco aunque Sykes hace un trabajo MAGISTRAL a las guitarras.

¿Quién no conoce «Is This Love»? Será ñoña, dulzona y comercial, pero para quien escribe es simplemente la mejor Power Ballad de la historia y mal que a algunos les pese, la canción por la que WHITESNAKE serán recordados hasta el fin de los tiempos. Dicho eso, no tengo una palabra más que añadir al respecto de este tema. «Straight For The Heart» es uno de los temas más defenestrados de este album. Siempre he pensado que es el tema más comercial de este disco, tan recargado de teclados, tan parecido a todo lo que se hacía en esa época. Cualquier cosa menos un tema de WHITESNAKE, realmente, no merece tener cabida en este álbum aunque personalmente siempre me ha gustado bastante, es de largo el tema más flojo del disco.

En cuanto a «Don’t Turn Away» puedo hacer extensivas mis palabras acerca «Straight For The Heart», sólo que esta era un intento de Power Ballad, aunque por contra, «Don’t Turn Away» es probablemente la canción que menos me gusta de Coverdale en toda su carrera incluyendo «Good To Be Bad» y su proyecto con Jimmy Page.

La regrabación de «Here I Go Again», también editada originalmente en el «Saint And Sinners» es ni más ni menos que el single más vendido en toda la carrera de la serpiente y en este caso he de decir que personalmente me gusta más esta versión que la original. Potente, ochentera y con un Coverdale cantando mejor que en el año 1982, una de las mejores canciones de este «1987» y sin ningún tipo de discusión, de lo mejor que WHITESNAKE hayan hecho jamás. El disco se cierra con «You’re Gonna Break My Heart Again», el tema más Heavy de WHITESNAKE, y tristemente abandonado por la banda en sus directos. Guitarras con fiereza y un Coverdale cantando más grave que de costumbre hasta llegar a un estribillo pegadizo como pocos que pone un broche de oro perfecto al disco.

A estas alturas no seré yo quien descubra este maravilloso álbum, pero nunca está de más hablar de uno de los mejores discos de la historia del Hard Rock melódico. Sin duda, «1987» se encuentra en el olimpo del estilo por merecimientos propios.

TRACKLIST

01. Still Of The Night
02. Bad Boys
03. Give Me All Your Love
04. Criyin’ In The Rain 87
05. Is This Love
06. Straight For The Heart
07. Don’t Turn Away
08. Children Of The Night
09. Here I Go Again 87
10. You’re Gonna Break My Heart Again

FORMACIÓN

David Coverdale – Voz
John Sykes – Guitarras y coros
Neil Murray – Bajo
Aynsley Dunbar – Batería

Natural born killers (asesinos natos)

Tras saltarme la cita «lunera» aquí me tenéis con una nueva entrega de los clásicos de la anterior web. Para la ocasión nuestro ex blackfame nos ofrece su visión de una de las más poderosas bandas germanas que bajo bandera thrashica estuvieron atormentando a medio mundo entre los 80 y 90. Quizás se echase en falta que el clásico elegido fuera su anterior trabajo ya que fue el que les dió fama internacional (amén de unos buenos dineros para sus cuentas bancarias) y la posibilidad de pisar escenarios de medio mundo, pero bueno, en esta sección tampoco estaban los discos que uno esperase encontrar (y creo que esa fue la razón de su éxito, el no ser muy predecibles). Aquí os dejo el texto:

A mediados de los 80, el heavy metal empezó a sufrir una extraña mutación que dejó perplejos a todos los seguidores del estilo. Un género más rápido y más agresivo nacía, mostrando una nueva y brutal manera de entender la música heavy llamada thrash metal. Si bien poco a poco se fue extendiendo por todo el globo, la explosión de dicho estilo se focalizó básicamente en dos países muy distintos y con una manera diferente de entender este nuevo género: USA y Alemania. Si bien el thrash de corte americano se distinguía por tener unas raízes más heavies, voces más claras y cierto gusto generalizado por la limpieza sonora y la técnica musical, la manera de ver el estilo en tierras germanas era más bien todo lo contrario. En Alemania, los grupos de thrash metal se decantaban por dejar de un lado la técnica instrumental y la calidad sonora para poder sonar lo más crudos y brutales posible donde la producción era menos importante y donde lo que primaba era la actidud más extrema, escuela que acabo influyendo directamente en el nacimiento del death y del black.

En tierras bávaras tres grupos se alzaron por encima de los demás llegando a ser considerados los tres reyes del estilo en Europa. DESTRUCTION, SODOM y el grupo que nos ocupa hoy, KREATOR. Liderados por el guitarrista y vocalista Mille Petrozza, KREATOR empezaron su andadura sin rodeos, sabiendo como querían sonar, llevando el thrash metal ya desde el principio hacia sus extremos más salvajes llegando a ser considerados por muchos como co-precursores del death metal.

Si bien no abandonarían el estilo ni su visión brutal de interpretar el género, poco a poco los de Essen fuero puliendo su thrash disco a disco, mejorando su producción, madurando sus temas y reduciendo en parte esos tintes totalmente extremos en favor de un thrash menos juvenil, más compacto, más refinado y más maduro sin olvidar sus raíces germanas y su agresividad sonora. Así es como en 1990 KREATOR sacó a la venta el quinto disco de su carrera, un LP que, para muchos y junto a su anterior álbum «Extreme Aggression», sería considerado no solo la cúspide de uno de los reyes del thrash metal sino también uno de los pináculos del thrash europeo. Estamos hablando, como no podía ser de otra manera, de esa obra maestra llamada «Coma of Souls».

Pondría la mano en el fuego que cuando aquel grandioso «Extreme Aggression» salió a la venta, los thrashers del lugar pensaban que mejorar ese hito era imposible (de hecho muchos creen que fue así) pero bajo mi punto de vista, KREATOR consiguieron lo impensable que era volver a superarse a si mismos. Con «Coma of Souls», KREATOR mantuvieron esa extraordinaria calidad musical pero ganaron en matices, equilibrio y madurez y además, su productor Randy Burns consiguió mejorar de nuevo el sonido final del grupo en una mezcla compacta, orgánica y envolvente que bajo mi punto de vista KREATOR no volvió a conseguir en ninguno de sus discos posteriores hasta el día de hoy.

Con solo un pequeño cambio en sus filas (ya que el guitarrista Jörg Trzebiatowski fue sustituido por el hasta ese momento miembro de sus compatriotas SODOM, Frank Blackfire), KREATOR editó un disco redondo, impecable, insuperable y sin ningún altibajo durante los 45 minutos de tormenta sonora que dura este «Coma of Souls». No hay tema malo, ni tan solo regular, ni siquiera aceptable o correcto. Todos los cortes del disco tienen un nivel apabullante. No es solo un disco, es un auténtico tsunami de riffs que parece no tener fin. Una locura desatada de increíbles riffs para la posteridad, de solos impresionantes y de baterías humeantes.

Si tuviera que reseñar todos los temas no terminaría nunca deshaciéndome en elogios y en detalles así que destacaré unos pocos, tarea harto complicada si tenemos en cuenta la calidad que tiene el disco en su plenitud. Escoja las que escoja seré injusto pero es algo que tengo que hacer si no quiero que este escrito no tenga fin.

Tras una enigmática melodía de guitarras acústicas acompañadas de una delicada y suave guitarra eléctrica entonando lo que sería la calma antes de la tormenta, llega el infierno. Una serie de devastadores riffs y baterías incesantes unidas al grito desgarrador de Mille nos avisan de que ya ha llegado el fin. «When The Sun Burns Red» es uno de los mejores inicios que podría tener un disco de thrash metal sin paliativos. Directo al cuello. Imposible no headbangear o mover los pies de forma frenética en este corte que letrísticamente nos lleva al mismo fin del mundo tal y como lo conocíamos en la tierra. Los truenos suenan por doquier, las secciones aceleradas son avasalladoras, los solos (con cierto espacio para la melodía) son fantásticos y los diferentes riffs que contiene el tema son grandiosos.

A continuacion llega el tema título, «Coma Of Souls», con un riff totalmente memorable y con una batería que poco a poco va ganando en matices y se va volviendo más dura hasta que uno de los temas más reconocidos del grupo termina de explotar por completo. Esto es thrash metal amigos. Todo un festival de riffs, de solos de infarto, de cambios de ritmo y de partes muy duras para un tema de lo más completo.

«People Of The Lie», de lírica anti-fascista implícita (pensamiento que siempre ha defendido el grupo), es un agresivo y bélico medio tiempo machacón al más puro estilo de sus compatriotas SODOM que contiene algunos riffs que son difíciles de olvidar. Se trata de uno de los temas más conocidos del grupo y del disco en el que Ventor se sale por todos lados (demostrando porque es uno de los baterías más respetados en el thrash) mientras Mille escupe cada letra de la canción con toda la rabia posible.

Las melodías de guitarra que tiene el inicio y el final de «Terror Zone» es posiblemente uno de los comienzos y finales más épicos de la carrera del grupo. El batería empieza a golpear el kit y las estructuras de guitarra se van forjando sin prisa. La pequeña pausa previa al mastodóntico riff que viene a continuación es de lo más conseguido que se puede oír en el metal. Evitar mover la cabeza es tarea imposible. El tema tiene un comienzo lento, duro y machacón y los punteos de guitarra doblando melodías son de otro mundo. La cantidad de riffs que se te quedan grabados a fuego en la cabeza en todo el disco son muchos y este tema no podía ser menos. Las guitarras cesan, Ventor se queda solo con su batería y en un momento no sabes ni como pero aquello revienta por todos lados. El tema se vuelve frenético, imparable y digno del pogo más salvaje mientras Petrozza sigue soltando toda la desesperación que pudiera llevar dentro. El tema termina como ha empezado, o sea, sencillamente immejorable.

«Agents of Brutality» arranca con una oscura melodía inicial llena de maldad que puede ser engañosa ya que de nuevo nos encontramos con un tema que explota por los aires poco después de comenzar. Se trata de un corte grandioso, con algunos de los riffs y redobles de batería más rápidos del disco y con dos de los mejores solos del disco, muy diferentes entre sí: uno muy oscuro y pérfido y otro jodidamente heavy y melódico que casa perfectamente con la agresividad que se respira en la canción en cuestión.

No quisiera terminar sin pasar por alto la canción con la que se cierra el disco. Si decía que «When The Sun Burns Red» era uno de los temas más perfectos con los que se puede abrir un disco de thrash metal, «Mental Slavery» es de aquellos que ponen la guinda a un disco impecable de cabo a rabo y sin discusión posible. Hay grupos que dejan para el final de sus discos los temas menos apetecibles. No fue el caso de KREATOR. «Mental Slavery» es un medio tiempo acelerado con conseguidísimos riffs y solos, de aquellos que hacen que resoples constantemente de pura excitación. El disco termina y sabes que acabas de escuchar un disco imposible de mejorar, una obra de arte atemporal, perenne, sin fecha de caducidad, que se mantiene fresco siempre y que, lo pinches cuando lo pinches, siempre te parecerá igual de increíble.

«Coma of Souls» es, sin duda alguna, uno de los puntos más altos a los que llegó el thrash europeo y probablemente la cima de uno de los grupos más grandes de la historia del thrash metal. Un disco básico y de compra y de estudio obligatorio para cualquier thrasher que se precie. Perfecto.
TRACKLIST

01. When the Sun Burns Red
02. Coma of Souls
03. People of the Lie
04. World Beyond
05. Terror Zone
06. Agents of Brutality
07. Material World Paranoia
08. Twisted Urges
09. Hidden Dictator
10. Mental Slavery
FORMACIÓN

Mille Petrozza – Voz y Guitarra
Frank «Blackfire» Gosdzik – Guitarra
Rob Fioretti – Bajo
Jürgen «Ventor» Reil – Batería

El lamento de los dioses

Nuestro ex aldarion se ocupaba, en exclusiva, del lado más agreste del metal y sus clásicos también iban en esa onda. Hoy os acerco su visión de un álbum sublime como pocos, de esos escasos discos que más que un conjunto de temas es una monumental obra de arte (vaya por delante que son una de mis bandas preferidas desde que cayó en mis manos este mismo álbum cuando se editó). Estoy seguro que el texto de alda conseguirá emocionar a quién los conozca y picar la curiosidad de aquellos que guiados por extraños prejuicios musicales han obviado a estos dioses de lo oscuro y quizás les empuje a darle una oportunidad a la banda y, sobretodo, a este increíble álbum. Aquí lo tenéis:
(Nota: recomiendo escuchar el primer tema con auriculares y a oscuras, con especial hincapié a partir del minuto 7)

Corría la primavera del año 1995. Tras un par de albums magníficos como son «As The Flowers Wither» y especialmente el sublime «Turn Loose The Swans» los fans de los pioneros del doom britanico MY DYING BRIDE estaban deseosos de escuchar su nuevo material, cuya edición estaba programada para este momento en concreto. Realmente no tengo ni idea de que esperaban sus seguidores de su nuevo disco, lo que si sé es que probablemente no esperaban algo como «The Angel And The Dark River». Con este nuevo disco el sexteto inglés rompian de manera muy significativa con el sonido de sus discos anteriores. En este nuevo trabajo no hay cabida para la vertiente más extrema de la banda. Su nuevo sonido divagaba por unos mundos bastante más densos y ciertamente más melódicos, haciendo especial hincapié en la generación de atmósferas epico-esotéricas con un grado de tristeza y lugubrosidad máximos, a su vez combinados con un cierto aura romántico pero siempre con su toque macabro. Este album supuso sin duda la encumbración definitiva de MY DYING BRIDE como uno de los más grandes grupos de las historia del metal y que a posteriorí ha influienciado a multitud de grupos de la escena del doom metal de la que ellos son padres.

«The Angel And The Dark River» mantiene la potencia de sus anteriores lanzamientos (excepto los pasajes deathmetaleros) pero debido principalmente al cambio en un único elemento de su música su sonido varía enormemente. Y este elemento es sin duda la voz de Mr. Aaron Stainthorpe. Este album es problemente el mejor trabajo que  jamás ha realizado. Su forma de cantar se torna dramática, sensible, atormentada y poética a la par. Y es que este señor es uno de los vocalistas que mejor plasma los sentimientos en su forma de cantar. Las tormentosas letras que siempre tienen las canciones de MY DYING BRIDE se materializan a la perfección a través de las cuerdas vocales de Aaron. Todo esto es apreciable ya desde la primera canción, uno de los grandes temas del doom metal: «The Cry Of Mankind». Este tema emana tristeza por todos sus costados, partiendo de la tremenda sección rítmica que crea perfectamente un aura de melancolía junto con una sensación de lejanía y potencia contenida impresionante. Mención a parte debe tener el amigo Martin Powell, que en este album muestra la capacidad que tiene para crear arreglos de piano y violín. Basta con escuchar las desoladoras notas de violín que introduce en «From Darkest Skies», las cuales llevan completamente el peso de la melodía durante todo el tema.

Bien, de estas lineas podemos extraer las que son las lineas generales que particularizan el disco: sección ritmica muy marcada, con la voz de Aaron abarcándolo todo y con el el violín (incluso a veces el piano) de Martin marcando gran parte de las melodías. Ahora lo mejor será continuar describiendo «The Angel And The Dark River» más particularmente. Se puede decir que este es uno de esos discos que han de escucharse de principio a fin, ya que cada tema es un perfecta progresión del otro y todo en su conjunto es una magnífica oda creada para satisfacer los deseos más profundos de las almas oscuras y de todo aquel que disfrute con la tristeza hecha música. El album esta compuesto por 6 extensos temas de excelsa belleza. Cada canción posee su porpia personalidad pero se nota que forman parte de un conjunto perfectamente engrasado: la larga epopeya de «The Cry Of Mankind», la poética «From Darkest Skies», la densa y sugerente «Black Voyage», el tremendo himno «A Sea To Suffer In», la suave y desgarradora «Two Winters Only» y la elegiaca «Your Shameful Heavens». Todas y cada una de ellas aporta un mundo de sentimientos y sensaciones únicas que hacen que este album esté considerado como el clásico entre los clásicos, la obra cumbre del doom metal.

Es probable que muchos de nuestros lectores, especialmente los menos familiarizados con los sonidos más tristes del metal sean un poco reticentes ante tal cantidad de tristeza y despesperanza. A ellos les digo que no tengan miedo, este es en efecto un disco increiblemente desolador pero es de esos que no debes dejar de escuchar jamás. Como bien dijo Aaron en una ocasión :»no penseis en ningún momento que somos personas depresivas ni de lejos. El plasmar tanta tristeza en nuestra música nos sirve para eliminarla de nuestras mentes, toda la miseria reflejada en las letras de MY DYING BRIDE es expulsada con la consiguiente liberación personal». No es una mala forma de verlo, y una interesante manera de afrontar la escucha de este tipo de música.

En conclusión «The Angel And The Dark River» es un must-have, una piedra de toque para todos los adoradores del doom metal de los 90, una joya brillante dentro de un mundo de tristeza y belleza lacrimosa. Por supuesto, aunque haya elegido este album entre toda la discografía de los ingleses, estoy en mi deber de recomendar la escucha de otros grandísimos discos de los británicos como el mencionado «Turn Loose The Swans», pasando por «Like Gods Of The Sun» o el más reciente «Songs Of Darkness, Words Of Light». Aun así la mejor forma de comenzar es sin duda «The Angel And The Dark River». Doom ‘til die!!

Tracklist:

1. The Cry Of Mankind
2. From Darkest Skies
3. Black Voyage
4. A Sea To Suffer In
5. Two Winters Only
6. Your Shameful Heaven

Formación:

Aaron Stainthorpe – Voz
Andy Craihan – Guitarra
Calvin Robertshaw – Guitarra
Ade Jackson – Bajo
Martin Powell – Teclados / Violín
Rick Miah – Batería

Clásico al canto

Nuestro ex, blood, nos acerca el debut en solitario de un músico norteamericano multiuso, capaz de liderar vocalmente a una de las más famosas bandas hard de su país, ayudar con coros a bandas noveles, compartir micro con el genial David Readman (PINK CREAM 69, ADAGIO…) en ANDERSEN-LAINE-READMAN, hacer sus pinitos como productor o juntarse con músicos desconocidos y liarse con el rock alternativo tintado de aor (por no decir popero!!!) encargándose de voz, guitarra y teclados. Os dejo el texto:

Y aquí llega otro disco clásico de la semana. Este es un gran disco desconocido y difícil de encontrar dentro del hard rock. Es el primero en solitario del cantante Paul Laine (ex-DANGER DANGER). ¿Cómo lo encontré y cómo es que me dio por buscarlo? Digamos que siempre he tenido una gran predilección por este cantante, de hecho su etapa en DANGER DANGER es fantástica y su voz única y genuina con esa mezcla de tonos altos con timbre rajado es para alabar. A decir verdad, y algunos me crucificarán, lo prefiero antes que a Ted Poley. Tiene una gran personalidad en sus cuerdas vocales y se quiera o no eso a veces hace recordar más a un tema que las propias guitarras que lo compongan.

Básicamente nos encontraremos un compendio de temas hechos con un gusto por el hard más comercial de la época, lo que no implica que esté falto de calidad. De hecho Laine se rodea de un elenco de músicos que da susto, a destacar sobre todo la labor del propio Paul a las guitarras y de Kenny Kaos. Este álbum salió a la venta algunos años antes que aquel disco con DANGER DANGER llamado «Dawn» y por lo tanto hasta que el personaje en cuestión no se hizo lo suficientemente famoso no llegó a incidir demasiado en el público este LP. Incluso gracias a la popularidad que llegó a alcanzar el cantante se llegó a editar una estupenda reedición con nada menos que 4 bonus tracks, que cuesta la misma vida encontrar en el mercado a un precio decente.

Pues bien a partir de esa surrealista portada (en la primera tirada únicamente salía Paul Laine en una foto en blanco y negro) comienza la atmósfera que impone «One Step Over The Line» con una batería muy en la onda de VAN HALEN la cual se ve rodeada por un teclado típico de la época sintetizado hasta la muerte pero que le da el tono suficiente para situarnos en un principio que se ve interrumpido por el genial sonido de guitarras. El solo de influencias LED ZEPPELIN con un toque a lo MOTLEY complementan un corte muy sleazy con el cual a más de uno le entrarán ganas de ponerse el pañuelo en la cabeza y salir un sábado por la noche con su coche mientras pasea por las calles.

Más tarde y ya en el segundo tema nos encontramos a la obra maestra del CD. Personalmente opino que es uno de las mejores composiciones de hard de los 90 y sino prestadle un poco de atención. De entrada esas guitarras con efectos nos descolocan para luego empezar el riff 100% melodía mientras Laine ya comienza la estrofa con una voz cálida y que se introduce en nuestros oídos con mucha facilidad. Poco a poco va subiendo el tono hasta llegar a un estribillo pegadizo. Pero no todo acaba aquí, cuando creíamos que el medio tiempo continuaría así todo el rato. Justo antes del solo, la canción sufre un cambio bestial. Es precedido por unas contundentes notas de teclado para luego dar paso a la guitarra sonando simplemente ESPECTACULAR. Para subir el volumen lo máximo que se pueda porque merece la pena, creedme. No solo es un lucimiento de las capacidades del guitarra sino una melodía introducida con una exquisitez absoluta. Todo ello mientras casi al final del mismo la voz repite varias veces «We Are The Young» finalizando con unos agudos que asustan, recordándome incluso al Robert Plant de los mejores tiempos. Desde luego no hay mejor forma de acabar un tema.

El LP hay que reconocer que está lleno de clichés del rock de finales de los 80. Sino mirad la balada por antonomasia del álbum, «Dorianna». Menudo nombre debía tener la mujer en cuestión, con una sola palabra ya conlleva que tenga una belleza tremenda y que no te olvides de ella jamás. Perfecta para escuchar en esos momentos sensibles en los que de nuevo la cálida y rasgada voz de Laine nos rodea con el enorme feeling que es capaz de transmitir. La misma pura esencia del AOR.

«Is It Love» es otra enorme balada que compite por el podium junto con la anterior. Para nada despreciable, transmite tanto sentimiento que es capaz de poner los vellos de punta en ese subidón que pega en su estribillo y en su agudo final. Y qué decir del solo que parece tocado con cuerdas de oro de 18 kilates. Afortunadamente no todo va a ser pasteloso ya que más adelante vemos como «Heart Of America» de temática reivindicativa como todo lo relacionado de aquella época con el continente americano, teniendo en cuenta que se convirtió en la cuna del hard. Se termina de poner la puntilla marchosa con «Main Attraction» perfectas ambas para animar la fiesta y en las que la voz se luce como si hubiera sido bendecida por el mismo dios del Olimpo.

La nota bluesera la pone «Doin’ Time» el cual queda muy original dentro de todo el conjunto. Excelente el tempo que da esos riffs de guitarras a lo GARY MOORE demostrándonos que este hombre tiene una versatilidad que asusta, con harmónica incluída. Pasando por delante de la típica canción de la MTV y de videoclip que es «I’ll Be There» llegamos a «Break Down The Barricades», el último corte rockero de la antigua edición y que resultaba un buen final para todo lo oído antes. Coreado estribillo de puño en alto que para cerrar un concierto que tenía que ser como para alterar la sangre.

Para acabar nos regalan 4 bonus tracks que no tienen nada que desmerecer junto a lo anterior. «My Hometown» recuerda a los ICON en más apogeo de su carrera con un medio tiempo conducido por la batería y de nuevo con el típico coro ochentero. Fenomenal trabajo de las guitarras que no aburren en ningún momento algo difícil hoy en día con tal saturación musical que apenas sabemos identificar lo que está falto de calidad de lo que le sobra.

Y en la misma línea pero más movida se maneja «Only Your Heart» de influencia mucho más AOR y en la que la producción que rodea todo el redondo ayuda para tener un sonido en el que no flojea ni un solo instrumento y que impulsa el gran feeling de la canción. «Keep On Running» echa la mirada a los tiempos BON JOVI de aquel «Wanted Dead Or Alive» con sonido a lo antiguo oeste americano y «After The Rain» cierra con un tono de balada nuevamente pero compuesta de tal manera que no aburre. Aunque yo soy el típico que no ve tan adecuado cerrar un disco con este tipo de cortes, he de reconocer que en este caso queda muy bien.

Producción, grandes temas con garra y un buen curro de composición detrás de ellas. Eso es lo que nos encontraremos en este típico disco de hard de los 80 que no por ello es de menor calidad que otros más famosos que si conozcamos. Un gran desconocido el cual ojalá llegue a más gente a partir de esta crítica que os he intentado transmitir con tanto gusto.

TRACKLIST

1. One Step Over The Line
2. We Are The Young
3. Dorianna (vídeo)
4. Is It Love
5. Heart Of America
6. Main Attraction
7. Doin’ Time
8. I’ll Be There
9. Break Down The Barricades
BONUS TRACKS
10. My Hometown
11. Only Your Heart
12. Keep On Running
13. After The Rain

FORMACION

Paul Laine – Voces, guitarras, teclados
Mickey Curry – Batería
Pat Steward – Batería
John Webster – Teclados
Rene Worst – Bajo
Kenny Kaos – Guitarras
Scott Brown – Bajo y coros
Paul GoGo – Teclados y coros
Bruce Fairbairn – Pianista invitado

El hombre que susurraba a las vacas

El protagonista de nuestro siguiente clásico esta hecho todo un personaje: entre alocado y genio. Comenzó su carrera en la banda FROZEN EYES (con un solo disco en 1988) para dejar su Suecia natal y marcharse a probar fortuna a Dinamarca con los geniales FATE (grabó su entrañable «Scratch ‘n’ Sniff» de 1991), aunque finalmente decidió montárselo por su cuenta con la banda que hoy te acercamos en 1992 intercalando, desde entonces, dicha labor con innumerables colaboraciones a lo largo del tiempo (destacan, sobremanera, gente como SOILWORK, EVERGREY o el genial vocalista Ken Tamplin) o lanzando discos instrumentales.
Nuestro ex-compañero Lobo nos acerca el que fue su primer álbum (de los 7 que tiene bajo este nombre):

Si tuviera que describir con una sola palabra a los suecos FREAK KITCHEN elegiría, sin duda, “excéntrico”, y es que la música que sale de la cabeza de Mattias es muy difícil de definir, incluso a veces de encajar, para el típico seguidor de heavy/rock. Para quien no lo sepa Mattias IA Eklundh es un virtuoso guitarrista sueco que tras colaborar en el famoso disco de los daneses FATE “Scratch ‘n Sniff” se lió la manta a la cabeza y decidió emprender una nueva carrera con su propio grupo.

Sólo con leer el nombre de la banda, a muchos les entrará pánico y es que los prejuicios pesan mucho, pero os puedo asegurar que cualquiera que le de una oportunidad a FREAK KITCHEN y a su obra “Appetizer”, como mínimo dará un par de sacudidas de cabeza, coreará durante minutos algún que otro estribillo, emulará con la boca los esquizofrénicos solos de Mattias y finalmente soltara alguna carcajada causadas por sus geniales letras.

En “Appetizer” se nos presenta una banda con sólo 3 miembros y con una calidad, me atrevería incluso a decir, casi nunca vista antes por tierras europeas en terrenos de rock/metal. En resumen, a FREAK KITCHEN les importan las buenas canciones, sin caer en el pecado de la paja técnica aburre-ovejas, pero sí dando ligeras pinceladas de genialidad técnica tanto a la guitarra como al bajo y a la batería, y todo este sin olvidar los momentos cañeros.

Mejor que yo explica todas estas sensaciones la inicial “Blind”, todo un himno de la banda que rebosa actitud y hace gala de un ritmo terriblemente pegadizo, al igual que su brillante estribillo, y todo esto coloreado por la estrambótica sección solista. La propia “Appetizer” combina en su inicio un rápido barrido de guitarra junto con un grito a lo “heavy” de Mattias, para luego más tarde encontrarnos con limpios acordes y de camino al estribillo aumentar la contundencia de las guitarra y la sección rítmica. Muy divertido el solo y buenísimo el interludio rockero posterior. Sin duda una de las mejores cualidades de FREAK KITCHEN es la facilidad que tienen de combinar sin sonar forzadas partes pesadas y duras, con otras suaves y melódicas.

“Lie Freedom” confirma la frase anterior ya que en un inicio nos muestra un claro lado jazzero y en cuanto vamos avanzando en el minutaje escuchamos las guitarras duras marca de la casa, claro está junto con el raro solo que parece sacado de un videojuego de los 80. Con “Hollow” FREAK KITCHEN muestran su lado más sensible; “See You In Pitterburgh” vuelve a traernos a los FREAK KITCHEN divertidos, energéticos y con irreverentes líricas, ojito al super pegadizo estribillo de Eklundh y al melódico solo que se marca, de los mejores del álbum. En «Paperdance» Mattias saca a relucir el guitar heroe que lleva dentro en este corte instrumental de guitarra con claras influencias indias (de los de América con plumas).

Tras este descansito prosigue la fiesta con “Raw”, rock en estado puro que animará al más soso a mover los pelos. “Some Kind Of Love Song” se describe por si misma, tema muy fresquito y comercial que da paso a “Are You For Real?”, otro corte muy divertido pensado estrictamente para pasarlo bien y hacer el cabra bailando y, aunque peque de pesado, telita con la sección instrumental que se marcan los 3, ¡¡¡brutal!!!. Y si decía que la canción anterior era divertida de “The Healthy Man” ya no se como catalogarla, una locura de Mattias con geniales líneas de bajo (parecen casi de concurso de tv) y multitud de sonidos raros graciosos de guitarra, más de un critico seguramente usaría la palabra experimental para definir estas frikadas.

“What’s The Problem?” vuelve a acogerse dentro de los parámetros del rock-fusión muy dinámico, con mucho protagonismo del bajo y con los raros sonidos de guitarra de Mattias. Y como punto final FREAK KITCHEN se despiden con “The New Part” un tema instrumental muy intimista y tranquilo con una melodía principal genial.

Esto es todo lo que tenia que decir de esta obra prima de FREAK KITCHEN, un gran disco que en Suecia causó mucho furor y que espero que el que no lo conozca se anime a escucharlo. Recomendado para todos los oídos.

TRACKLIST

1. Blind
2. Appetizer
3. Lie Freedom
4. Hollow
5. See You in Pittsburgh
6. Paperdance
7. Raw
8. Some Kind of Love Song
9. Are You For Real
10. The Healthy Man
11. What’s The Problem

FORMACIÓN

Mattias «IA» Eklundh: Voz y guitarra
Christian Gronlund: Bajo
Joakim Sjoberg: Batería

El dulce beso de la muerte

Hoy os acerco otro clásico y la banda protagonista de él (con texto del amigo danyfender) es, sin lugar a dudas, de las más famosas de mediados de los 80. Daba igual el poder de convocatoria de otras bandas u otros estilos, pero si no les escuchabas a ellos, y sobretodo a su espectacular guitarrista, tu vida musical estaba incompleta. A lo largo de su extensa carrera han sabido ganarse al público, se han peleado (míticas son las broncas entre el vocalista y el guitarrista), han desaparecido, han colaborado con distintos proyectos, montado bandas paralelas, han renacido, vuelto a desaparecer…; si eres de los que gustan de conocer la historia de nuestra música estoy seguro que lo de esta gente te apasionará. De momento te invito a rememorar una de sus mejores obras aunque yo me quedo con el anterior, aquel mítico «Under Lock And Key», que me enamoró a la primera escucha.

La historia de DOKKEN comienza a finales de los 70’s, cuando el guitarrista George Lynch y el batería Mick Brown se juntan con Don Dokken como vocalista y Jim Monanteras como bajista para formar XCITER. En 1978 Juan Croucier reemplazó a Jim Monanteras al bajo, el mismo año que la banda publicaba los singles «Hard Rock Woman» y «Paris Is Burning». En 1981 el grupo pasa a llamarse DOKKEN, entonces graban su primer álbum llamado «Breaking The Chains» en 1982. El disco se hace bastante popular en Europa, pero no tanto en Estados Unidos.

Después de un tour por Alemania, en el que lograron una gran amistad con la banda local SCORPIONS, consiguen un contrato con Elektra Records, que re-editó «Breaking The Chains» en 1983. Jeff Pilson se integra como el primer bajista oficial sustituyendo a Juan Croucier que dejó la banda en 1982 para unirse a RATT. 1984 fue el año en el que debutó realmente DOKKEN, pues se publicó el 13 de Septiembre el álbum «Tooth And Nail», que logra bastante éxito gracias a los singles “Into The Fire”, “Just Got Lucky” y “Alone Again”, vendiendo más de un millón de copias en Estados Unidos y alcanzando el puesto 49 en las listas de éxitos. Después de salir de gira con SCORPIONS, en 1985 graban «Under Lock And Key», que logra un éxito similar al del disco anterior con temas como “In My Dreams”, «The Hunter» o “It’s Not Love”.

Después de una exitosa gira una vez más con SCORPIONS en 1986, vuelven al estudio para grabar “Dream Warriors”, tema para la banda sonora de «Pesadilla en Elm Street 3”. La canción más tarde se publicó como un single de su disco “Back For The Attack” el 10 de Febrero de 1987 y con un videoclip con los actores de la película que posiblemente fue su video más conocido. Además el escultor Steve Fiorilla realizó una guitarra con forma de esqueleto para este video. Hubo un período de casi medio año antes de volver al estudio para grabar «Back For The Attack», el cual vio la luz el 27 de Noviembre de 1987, y se convirtió en poco tiempo en su tercer Disco de Platino.

Sin duda, desde mi humilde punto de vista, es el trabajo más completo y mejor de estos americanos. Nada más empezar con ese trallazo llamado “Kiss Of Death” la banda te mete en su bolsillo. Su mezcla de Hard Rock americano con toques muy dignos de Heavy Metal y con una estética acojonante hace del combinado musical algo explosivo, sumando a todo esto la genialidad, originalidad y espectacularidad de su guitarrista George Lynch, todo un as de las seis cuerdas. Míticos de este trabajo son los temas “Burning Like A Flame”, muy en la onda del sonido Mtv de la época, “Heaven Sent”, con un gran videoclip promocional en el que el señor George Lynch se marca un solo estratosférico en las sombras de un cementerio, “Mr. Scary”, un tema instrumental marca de la casa Lynch y “Dream Warriors”, comercial y muy potente a la vez, con Freddy Krueger asomando sus cuchillas por el videoclip, muy llamativo. El resto del disco no desmerece lo narrado en absoluto, no hay temas de relleno, no sobra absolutamente nada, es un disco redondo, destacando entre mis favoritas “Night By Night” y “So Many Tears”.

Lástima que el grupo actualmente no sea ni la sombra de lo que fue, sus elementos están desperdigados por otras bandas y sólo Mick Brown y Don Dokken resisten al frente del grupo, este último con una voz muy castigada. Hay rumores de reunión con George Lynch y Jeff Pilson, pero mucho me temo que si la voz no está a la altura, va a ser peor el remedio que la enfermedad. Sería un triste final para esta gran formación, esperemos que todo vaya por buen cauce.
TRACKLIST:

1. Kiss Of Death
2. Prisoner
3. Night By Night
4. Standing In The Shadows
5. Heaven Sent
6. Mr. Scary
7. So Many Tears
8. Burning Like A Flame
9. Lost Behind The Wall
10. Stop Fighting Love
11. Cry Of The Gypsy
12. Sleepless Nights
13. Dream Warriors

FORMACIÓN:

Don Dokken – Voz
George Lynch – Guitarra
Jeff Pilson – Bajo
Mick Brown – Batería