No recuerdo si ya os ofrecimos en la antigua web algún retro-análisis de Manowar y como no se encontraban entre los rescatados, ya iba siendo hora de traerlos y nada mejor que hacerlo con el disco que les dio fama a nivel mundial, el genial «Fighting The World».
La historia de la banda arranca cuando el bajista Joey DeMaio y el guitarrista Ross The Boss se conocen durante una gira de Black Sabbath. Joey era el técnico del bajo, además de encargado de la pirotecnia, de la mítica formación británica y el punky Ross hacía de telonero con su banda Shakin’ Street. Poco tiempo después llegaban el fabuloso cantante Eric Adams y el batería Carl Canedy (The Rods).
Al comienzo la formación actuaba como una banda de versiones dando conciertos aquí y allá hasta que al año siguiente grabaron una demo con material propio. Justo tras dicha demo, Carl abandonaba la formación y entraba como nuevo aporreador Donnie Hamzik, con el que comenzaron a preparar su debut tras conseguir fichar con Liberty Records.
En 1982 aparecía «Battle Hymns» y la banda encaraba su primer tour nacional (teloneando a Ted Nugent), además de dar el salto hasta Reino Unido y Alemania. Desgraciadamente tanto concierto seguido consiguió que Donnie dijera adiós y se produjera la entrada del que siempre será considerado el batería del clásico sonido Manowar, Scott Columbus (rip).
Como la situación parecía ir viento en popa deciden fichar con el sello Megaforce para su país y con Music For Nations para Europa, y se ponen manos a la obra con su segundo álbum «Into Glory Ride» que sería publicado en 1983. Debido al éxito del álbum en Reino Unido planean una gira por aquel país que, finalmente, se cancela a última hora, así que a modo de disculpa, la banda tiene a bien tirarle un guiño a su público británico para su tercera obra titulada «Hail To England» (además del título, la bandera Union Jack ondea en la caratula) que saldría en 1984. Curiosamente aquel mismo año sale su cuarta obra, «Sign Of The Hammer», y álbum con el que les conocí (era imposible conseguir sus primeros discos en aquella época).
El nombre de la banda ya estaba en boca de todo el mundo y los músicos conseguían montar una gira que les llevaría 2 años finalizar, afianzando su posición de aspirantes al trono del heavy metal además de reclutar más adeptos para blandir espadas contra el falso metal. Y hubo más movimientos en su carrera: dejaban a Megaforce para fichar con la gigantesca Atlantic Records, contrato que les proporcionó mayores y mejores medios para encarar el cambio que se produjo con su siguiente álbum.
El primer cambio era visual. Atrás quedaban las portadas poco afortunadas y se contrataba al mítico artísta gráfico Ken Kelly (los comics de Tarzán, Conan… o, en terrenos musicales, portadas para Kiss y Rainbow). El segundo cambio era sónico; la banda grabó todo el disco en digital (el primer álbum heavy grabado con esta mejora tecnológica) y, además, todos se ponían las pilas y refinaban una barbaridad sus canciones, dando casi la sensación que nos encontrábamos delante de otra banda. Solo hay que ponerse a oir, después de haber escuchado algo anterior suyo, esa sección rítmica (impresionante DeMaio al bajo), esos coros, las guitarras y, sobretodo ello, la increíble voz de Eric -que está que se sale por los cuatro costados tanto en melodías como con esos espeluznantes y alargados gritos-, para ver que la banda iba a por todas.
Las cartas estaban echadas y la siguiente jugada recaía en el oyente. Era darle al play y tu vida (juventud, más bien) cambiaba. Un disco con temazos de puño en alto como «Fighting The World», «Blow Your Speakers» (alentando a molestar al vecindario, jajaja), la genial «Carry On», la más animada «Violence & Bloodshed», la maravilla épica de «Defender» («dueto» vocal entre el actor/director Orson Wells y Eric, proveniente de su primera demo de 1982), el himno «Holy War» y, rematando faena, la espectacular y acelerada «Black Wind, Fire And Steel» que nos dejaba extasiados cantando a grito pelado su estribillo y flipando con la velocidad que DeMaio le metía a su bajo.
Ni una sola pega se le puede poner al álbum, quizás que se hagan muy cortos esos 34 minutos que dura (aunque se disfrutan intensamente).
A partir de aquí, y aunque nunca han sido unos super-vendedores, conocieron las mieles del éxito y engordaron sus cuentas bancarias con enormes giras mundiales, el lanzamiento de sus posteriores «Kings Of Metal» (me emociona enormemente esa maravilla titulada «Kingdom Come» o su himno «Kings Of Metal»), «The Triumph Of Steel» (con los 28 minutazos de «Achilles…»), «Louder Than Hell»…. , aunque tampoco ha sido un camino de rosas llegar donde están ya que por el camino se han quedado varios músicos, con los consiguientes cambios de formación.
Dudo mucho que si te gusta el Heavy Metal no conozcas este disco, pero si fuera tu caso, te recomiendo que no pierdas tiempo y lo devores sin pudor, como si no hubiera un mañana (mira en la sección Vídeos).
1. Fighting the World 3:46
2. Blow Your Speakers 3:36
3. Carry On 4:08
4. Violence and Bloodshed 3:59
5. Defender 6:01
6. Drums of Doom 1:18
7. Holy War 4:40
8. Master of Revenge 1:30
9. Black Wind, Fire and Steel 5:17
Eric Adams – voz
Ross the Boss – guitarra, teclados
Joey DeMaio – bajo de 4 y 8 cuerdas
Scott Columbus – batería