Muchos se preguntarán qué hace la siguiente banda protagonizando uno de nuestros rescatados clásicos si no son una banda metálica. La razón es mucho más simple que dejar caer aquello de “son uno de los favoritos del autor del retroanálisis” y es que nadie puede negar que son los padres del progresivo pero, al menos para mi, también del metal técnico y de los sonidos rebuscados, incluso maquinales si uno avanza en su discografía. Así que si quieres saber de donde sacaban ideas los canadienses VOIVOD o los norteamericanos MINDFUNK (entre muchas otras), aquí te dejamos pistas… Ahh, el texto fue de wildchild:
Se me hace enormemente difícil hablar sobre éste disco, ya que habrá muchos aspectos de él y de lo que le rodea que se me escapan. Mucho se podría decir de él y con ésta pequeña crítica solo quería recordar a la comunidad metalera que sigue ahí. No se ha ido. Y aún estando a punto de cumplir los 40 años, sigue dando mucha guerra.
Este álbum debut de la banda liderada por el guitarrista Robert Fripp vió la luz en 1969 y sencillamente arrasó con todos los esquemas consagrándose como una piedra angular de los sonidos posteriormente llamados progresivos. Cuatro músicos con un feeling descomunal y una técnica soberbia más un letrista que más que eso es un poeta confeccionaron este viaje musical, ya que más que un disco parece un billete para un fantástico viaje al mundo de los sueños. Cinco son los temas que lo componen pero tranquilos, no es un disco corto, los temas tienen larga duración y están subdivididos en subtemas, como el título de cada tema indica.
Sobra decir que la primera vez que escuché el disco fue por culpa de una crítica de este estilo y me pareció una completa pérdida de tiempo. Pero la semilla estaba plantada y no haría falta mucho tiempo para hacerla florecer. A las tres escuchas estaba completamente maravillado con el disco, no sé si fue por el desarrollo de los temas, por su sabor a clásico, por la emotiva voz de Lake o por su innegable musicalidad. Para resumir, es un disco que hay que ponerse de cabo a rabo y tumbado en la cama para poder llegar a intuir la infinidad de pequeños detalles que esconde.
La mágica portada, que tiene algo de misterioso a la vez que grotesco, es posiblemente un reflejo de como te debes quedar la primera vez que escuchas el disco. No me preguntéis por qué, pero la primera vez que la vi, me pareció terriblemente familiar. Dejemos este dato apartado y pasemos a desvelar los temas.
El disco abre con la única canción cañera por así decirlo del disco. “21st Century Schizoid Man” es un tema con innumerables influencias jazzísticas pero llevadas a otro nivel. Es desquiciado y aquí hasta los silencios tienen musicalidad. un tema perfecto para abrir un disco de tales carcaterísticas. Unos geniales solos de Robert Fripp bordan el tema. Seguido de éste tenemos una preciosa balada, “I Talk To The Wind”, con la que vemos una mezcla de minimalismo musical al principio y cómo el tema va subiendo de nivel a medida que avanza. Es toda una invitación al mundo de los sueños. Atención a la flauta que le da un toque místico y colorista al tema. Genial.
“Epitaph” es sin duda uno de los momentos claves del disco, y el tema que les llevó al éxito. Un tema exquisito donde tienen cabida el sentimiento, la pasión, el misticismo, el feeling por los cuatro costados y una exquisitez musical a la que cualquier oyente dbe caer rendido. Podemos apreciar el dominio que tenia esta gente de los distintos instrumentos, todo está en su justa medida aquí. Aquí llegamos al tema más extraño del álbum “Moonlight” con una indudable parte melódica, y otra que consiste en sonidos aleatorios que pueden llegar a aburrir, pero que si te pones el disco entero no desentonan. No sé realmente qué buscaban aquí, y el minutaje quizá sea excesivo pero la parte cantada del tema lo cubre con creces.
Y llegamos así al final del disco con la incommensurable “In The Court Of The Crimson King”, que se usó hace poco como banda sonora de la película “Los Hijos De Los Hombres” pero que no viene al caso. Un tema majestuoso y espectacular que sirve de despedida de este gran disco. Nuevamente la parte instumental es exquisita y la parte vocal fuera de serie.
Llegados a este punto sólo puedo animaros a los que no lo habéis escuchado que lo hagáis, y a los que sí, que lo desempolvéis. Seguro que más de uno os quedáis como el de la portada.
TRACKLISTING
1. “21st Century Schizoid Man” incluyendo: “Mirrors”
2. “I Talk to the Wind”
3. “Epitaph” incluyendo: “March For No Reason” y “Tomorrow And Tomorrow”
4. “Moonchild” incluyendo: “The Dream” y “The Illusion”
5. “The Court of the Crimson King” incluyendo: “The Return Of The Fire Witch” y “The Dance Of The Puppets”
FORMACIÓN
Robert Fripp – Guitarra
Greg Lake – Bajo, voz líder
Ian McDonald – Teclados, flauta, mellotron, coros
Michael Giles – Batería, percusión, coros
Peter Sinfield – Letras