Crónica por Abel. Agradecimiento especial a Pablo, de Moshpit Site.
El pasado 17 de febrero se celebró en la ciudad alemana de Stuttgart la primera edición del Niflheim Festival. Thrudvangar, Menhir, Moonsorrow, Fimbulvet… Ante semejante despliegue de metal pagano épico no podíamos faltar, especialmente teniendo en cuenta que el concierto de Moonsorrow, cabezas de cartel, contaría con la presencia del cerebro del grupo, Henri Sorvali, según los promotores “leyenda del folk metal”, según un servidor el mejor compositior que vio la humanidad desde Chaikovski, y además duraría cien minutos. Todo apuntaba a que sería una gran tarde/noche, como en efecto fue.
Al estar en una ciudad desconocida, hallarse la sala bastante lejos del centro, etcétera, nos llevó más tiempo del deseado llegar al sitio, y entramos a la LKA Longhorn cuando el grupo austriaco Flammensturm ya había tocado y el croata Manheim estaba terminando. De Manheim oímos dos canciones desde la entrada y la verdad es que no me da ninguna pena habérmelos perdido, porque lo que pude oír era un black/punk muy sucio que no me gusta nada. Los anteriores no sé qué tal estarían.
El primer grupo que vimos, pues, fue el alemán Thrudvangar. Sin estar mal del todo, tampoco me acabó de convencer. Hacen un black épico con ocasionales voces limpias, pero las canciones no me parecieron muy allá; sólo hubo una que realmente me gustara. Aunque de la actuación en sí tampoco cabe queja: el cantante se mueve un montón y es muy enérgico, aunque grita demasiado para mi gusto, y los otros, pues bueno, se mueven lo esperable. En fin, grupo aceptable, pero los puestos de venta de discos y la barra estaban petados. Luego salieron otros alemanes, Fimbulvet, de un estilo no muy distinto pero quizá más solemne, lo que consiguen al incorporar más voces limpias, y con canciones mucho más coreables y entretenidas, para mi gusto al menos. Traían un atuendo acorde, con pieles y cosas así. Estuvieron sobre el escenario aproximadamente tres cuartos de hora, al igual que sus predecesores.
Llegados a este punto debo decir que en este minifestival vi más borrachos que en ningún concierto en España. Había algunos que simplemente bailaban y hacían el mono, con descontrol y a veces molestando, pero que se disculpaban si te quejabas y se iban a otro lado; pero también había unos cuantos que claramente buscaban pelea. Y claro, póntele chulo a un bicharraco de dos metros. Estoy acostumbrado a ser “el alto” en los conciertos, pero allí estaba en la media de estatura. Sinceramente, estar tan tranquilo viendo un concierto y que de repente un gilipollas te dé un empujón que casi te tira y se te quede mirando de brazos cruzados corta bastante el rollo, más si lo hace varias veces seguidas y al ver que no respondes empieza con los cabezazos. En fin. Me pasé el rato escapando de borrachos violentos. Y tuve suerte, porque a uno de mis colegas le derramaron una cerveza sobre la cámara de fotos, buena y cara. Hasta hubo dos que casi empiezan a hostias, por suerte se contuvieron.
Pero volvamos a los conciertos. Luego vino Menhir, otro grupo alemán. De su actuación poco puedo comentar, porque muy a mi pesar hubo otros asuntos que distrajeron mi atención y me los perdí casi enteros; y me jode porque en estudio están muy bien. Podemos decir más o menos que son a Fimbulvet lo que Fimbulvet a Thrudvangar, o sea: parecidos pero aún más épicos, con más voces limpias, con canciones más chulas en general y con trajes más curiosos. Uno de los guitarristas llevaba pantalones de Obélix, otro tenía pinta de druida… También se notó que tienen bastante fama por su tierra, porque mucha gente se sabía las canciones. Me atrevo a decir, un poco arriesgadamente, porque no vi a Flammensturm, que fue el mejor grupo hasta ese momento. Lo que está claro es que fue el que más atención atrajo, pues congregaron a mucha más gente delante del escenario que los anteriores y hubo muchos sing-alongs de esos en los que el cantante se callaba.
Pero lo mejor de todo estaba a punto de empezar. Me refiero, cómo no, a los Jefes finlandeses. Estoy por apostar que Moonsorrow es la razón por la que mucha gente se desplazó hasta allí, ya que muchos de los presentes venían de otras ciudades alemanas, si no del extranjero, como nosotros; pero extranjeros creo que éramos pocos. Tampoco es que estuviera demasiado lleno el sitio, la verdad.
Al grano. Siendo un concierto especial y habiendo terminado ya la gira de presentación de su más reciente álbum, Varjoina kuljemme kuolleiden maassa, la intro fue “Tyven” y abrieron con “Sankarihauta”, del que probablemente sea su disco más conocido y apreciado en general, Voimasta ja kunniasta. Se les fue la pelota nada más empezar y se alargaron un montón en el principio de la canción, antes de que entre la voz. Marko la terminó acelerando la batería; le gusta mucho variar los ritmos a su antojo, lo hace en muchas canciones. La siguiente fue “Tähdetön”, y de las canciones que les vi tocar en directo hasta ahora (once) creo que es de las más resultonas en directo, aunque en estudio no sea mi favorita. Esa pesadez no exenta de melodía y ritmo lento pero seguro la convierten en muy efectiva, a mi ver. La canción que vendría a continuación la presentó Henri como que trataba “about me being a folk metal legend” y la carga que eso suponía; parece que se traían bastante cachondeo con ese calificativo de folk metal legend que le habían puesto los promotores. Su título es “Kivenkantaja” (portador de piedras) y el inicio sonó horrible porque no se oía el teclado, que es el único que lleva la melodía en esa parte. Por suerte lo arreglaron pronto desde la mesa. Tras esta, otra intro grabada dio entrada a una de las canciones más animadas de la noche: la épica y jovial “Jumalten kaupunki”, y aquí hay que aclarar que tanto este tema como todos los demás fueron tocados en su totalidad, nada de versiones resumidas ni recortadas, con lo que incluyó el trozo más lento del final. Más tarde vendría “Köyliönjärven jäällä (Pakanavedet II)”, una de las favoritas del público y que menos me gustan a mí, incluyendo nuevas idas de olla de Marko en forma de blast beat al principio y al final, para dar paso a continuación a la que para mí supuso la gran sorpresa de la noche: “Pimeä”. No es raro que la toquen, pero por alguna razón no me la esperaba, y además me gustó muchísimo en directo, podemos decir que en cierto modo la redescubrí. Fue la que más me gustó junto con “Tähdetön”; curiosamente, mis favoritas en estudio no lo son en directo, y viceversa. Además hubo un detalle que me encantó: “pimeä” en finlandés significa oscuro, y durante los primeros minutos, TODAS las luces del escenario estuvieron totalmente apagadas. Luego se encendieron algunas, pero pocas. Aunque en general fue un concierto bastante oscuro (imposible sacar fotos decentes con una cámara normalita), pocas luces y niebla constante durante la más de hora y media que duró. Las que cerrarían el repertorio serían la coreadísima “Sankaritarina”, que, a diferencia de como sucedía hasta hace cosa de un año, también pudimos disfrutar en su totalidad, y la desesperada “Kuolleiden maa”. Como siempre, al final de este tema se fueron “muriendo” todos los instrumentos uno a uno, empezando por las guitarras, que quedaron apoyadas contra sus respectivos amplis acoplando insoportablemente, Motörhead style; luego el teclado, y aunque tradicionalmente suele quedarse Marko solo al final, se ve que se hartó de esperar por Ville y se fue dejando al bajo solo. Al cabo de un minuto de vaciarse el escenario volvió Henri, apagó la maldita estridencia del amplificador y se puso a decir una parrafada muy poética (“escuchad el sonido del invierno” y nosequemás) mientras comenzaba la preciosa intro de “Jotunheim”. Y con ese bis, que en los coros contó con Mitja cantando como en el disco y con Henri variando la melodía como le dio la gana (pero encajaba igualmente, que para eso es el compositor de todas las canciones y de casar melodías sabe un rato), se despidieron de Stuttgart, dejando contentos a la mayoría o, por lo menos, a cierto grupito de españoles que allí se hallaban.
SETLIST MOONSORROW:
Tyven / Sankarihauta
Tähdetön
Kivenkntaja
Jumalten kaupunki
Köyliönjärven jäällä
Pimeä
Sankaritarina
Kuolleiden maa
—
Jotunheim